Zaplana pide al Consell que controle el gasto pero exige nuevas iniciativas

El presidente de la Generalitat ha asumido que la deuda p¨²blica es un serio problema en el ecuador de su segunda legislatura. Pero a la vez Eduardo Zaplana exige a los miembros del Consell que impulsen nuevas iniciativas y apela a 'f¨®rmulas imaginativas' para llevar a cabo proyectos y derivar costes a terceros. El resultado es el recurso a todo tipo de convenios con entidades privadas y financieras para afrontar nuevas inversiones o el traslado de obligaciones a empresas p¨²blicas y, a la postre, m¨¢s deudas.

El equipo de Zaplana vive una curiosa esquizofrenia. El presidente mantiene el tipo ante la galer¨ªa pero, puertas hacia adentro, exige rigor en el control del gasto p¨²blico. Sin embargo, simult¨¢neamente, pide nuevas iniciativas y apela a la imaginaci¨®n para poder financiarlas.

Empe?ado en dejar huella, Zaplana se olvid¨® de controlar la caja durante la primera legislatura y permiti¨® ciertas alegr¨ªas a su equipo.

Despu¨¦s de paralizar durante un a?o las obras de la Ciudad de las Ciencias que hab¨ªan dise?ado los socialistas debido a su coste desobirtado, por ejemplo, Zaplana rebautiz¨® el proyecto y los relanz¨® a lo grande.

El mapa escolar sufri¨® un proceso paralelo. Las quejas sobre la ausencia de cobertura financiera de las exigencias de la LOGSE coincidieron con recortes sistem¨¢ticos en las inversiones de Educaci¨®n. Pero, cinco largos a?os despu¨¦s de llegar al poder, el PP constituy¨® una empresa p¨²blica que debe ejecutar todas las obras en dos o tres a?os. La ausencia de planificaci¨®n deriva en el sobrecoste de las obras y, necesariamente, en el crecimiento de la deuda.