El Bar?a de Rexach empata (1-1) con el Celta
Los azulgrana, tras una rectificaci¨®n t¨¢ctica de Rexach, ¨²nicamente lograron el empate ante un Celta muy batallador
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Apremiado por la necesidad de ganar, el Barcelona se qued¨® clavado en un empate ante el Celta que le deja en muy mal lugar, descolocado en la Liga, v¨ªctima sobre todo de su pasado, por mucho que el resultado de anoche sea insuficiente, poco acorde con el esfuerzo del equipo. M¨¢s que bien jugado, el partido fue peleado con todas las de la ley, aunque estuvo mal medido por el colegiado, cuya actuaci¨®n desquici¨® por igual a los que jugaban y a los que se lo miraban, tanto que la contienda acab¨® con una tangana propia de un torneo veraniego. El intervencionismo desmesurado del ¨¢rbitro ensuci¨® y solap¨® un partido que tuvo tres actos. El primero correspondi¨® al Celta, el segundo lo protagoniz¨® el Bar?a y el ¨²ltimo fue an¨®nimo, por no decir que se lo repartieron entre todos, incapaces unos y otros de doblegar al adversario o al colegiado. El discurrir del encuentro estuvo en consonancia con el quehacer de Rexach, un t¨¦cnico que m¨¢s que planificar sabe actuar sobre la marcha, leer los partidos y corregirlos. El de ayer acab¨® tan desbocado que super¨® al propio Charly.
BARCELONA 1| CELTA 1
Barcelona: Dutruel; Puyol, Frank de Boer, Reiziger, Zenden (Petit, m.71); Gabri, Guardiola, Luis Enrique (Dani, m.81), Cocu; Overmars y Rivaldo. Celta: Cavallero; Velasco (Yago, m.80), C¨¢ceres, Djorovic (Giovanella, m.66), Juanfran; Berizzo; Vagner, Mostovoi, Edu, Gustavo L¨®pez; y Catanha (Jesuli, m.61). Goles: 0-1. M.4. Gustavo L¨®pez asiste desde la banda derecha a Mostovoi que, viniendo desde atr¨¢s y al primer toque, lanza un chut ajustad¨ªsimo al palo derecho que acaba en la red. 1-1. M.28. Guardiola saca un c¨®rner, Frank de Boer cabecea hacia atr¨¢s y Gabri, desfde fuera del ¨¢rea, empalma el bal¨®n y bate a Cavallero de un potente chut. ?rbitro: Rodr¨ªguez Santiago, del colegio castellano-leon¨¦s. Amonest¨® a Cocu, Guardiola, Berizzo, Edu, Gabri, Jesuli, Puyol y Juanfran. Unos 40.000 espectadores en el Camp Nou.
El Barcelona le regal¨® la primera media hora al Celta. El cambio de entrenador no hab¨ªa afectado para nada al equipo azulgrana, que segu¨ªa acobardado, tieso, clavado en la cancha, seco de f¨²tbol, pese al optimismo y buen humor que contagia Rexach, en consonancia con la austeridad que desprende Serra Ferrer. Espantado por el desequilibrio del equipo, roto por la mitad a cada partido, a Charly le dio en su debut un ataque de p¨¢nico, o vete a saber qu¨¦, y plant¨® el futbol¨ªn: una alineaci¨®n convencional, timorata, con jugadores desubicados, que dej¨® el Camp Nou a oscuras. Nadie encontraba el sitio. Desde el entrenador al extremo izquierdo, pasando por el compa?ero de asiento, no hab¨ªa personajes reconocibles en un Bar?a que comenzaba por el reaparecido Dutruel en la meta y acababa con Rivaldo como extremo derecho.
Pese a defender con cuatro, los azulgrana tomaron un gol nada m¨¢s empezar, en el primer remate del Celta, un precioso y ajustado disparo de Mostovoi a la cruceta izquierda. El Barcelona pas¨® un mal rato. Por m¨¢s vueltas que le daba no encontraba el hilo para suerte del Celta, muy c¨®modo, con Berizzo como limpiaparabrisas de la zaga, siempre jugando con ventaja, dos contra uno, matando el partido. Al Barcelona le faltaba un futbolista en cada jugada, de manera que no pod¨ªa pivotar. Falto de juego de transici¨®n y de l¨ªnea de pase, pues el Celta presionaba la salida de De Boer y Guardiola, el encuentro era un dialogo entre Reiziger y/o Puyol con la l¨ªnea de medios vigueses.
Llegada la media hora el partido vir¨® de forma espectacular. Incapaz en el arranque, Rexach fue clarividente en la correcci¨®n, un don que siempre le ha acompa?ado. Charly limpi¨® el campo con un cambio que tuvo un efecto domin¨®: dispuso que Zenden dejara el lateral izquierdo para pasar a la ala derecha, y el Barcelona recuper¨® la cordura, su esencia futbol¨ªstica, el gusto por el ataque, un juego m¨¢s respetuoso con la naturaleza de la plantilla. Apareci¨® de nuevo la defensa de tres, el rombo y los dos extremos, y Cavallero tuvo que frotarse los guantes. Iban a por el portero del Celta. El empate lleg¨® al instante, y Rivaldo, Luis Enrique y Overmars tuvieron repetidamente el segundo gol en la punta de la bota. El Celta aguant¨® como pudo y se recompuso en la caseta, para salir otra vez a escena dispuesto a disputar de nuevo el choque. Qued¨® parado un segundo acto entretenido estropeado por el ¨¢rbitro, malo donde los haya, pues par¨® reiteradamente la contienda a destiempo, se equivoc¨® en sus decisiones y maltrat¨® el f¨²tbol.
Entre el ¨¢rbitro, el Celta y sus propias deficiencias el Bar?a fue decayendo, turbado en su empe?o por ganar m¨¢s que por jugar. Nunca fue un equipo al que le gustaran los partidos ¨¢speros como el que ten¨ªa enfrente en el ¨²ltimo tramo. No supo salir de la suciedad y se entreg¨® a un mal final, con el Celta dispuesto al cuerpo a cuerpo, igualmente alejado de su buen gusto por el f¨²tbol. Adem¨¢s de trabajo t¨¢ctico, al Barcelona le falta todav¨ªa aire y confianza, cosa que se aprecia en la velocidad de la pelota y la precisi¨®n del pase. Va el cuero todav¨ªa demasiado blando o cuanto menos m¨¢s lento de lo que requiere un dispositivo tan atrevido como el azulgrana, en el que cada futbolista siempre expuesto a tener que jugar la pelota de primera.
A¨²n aturdidos, los azulgrana se batieron con nobleza y a ratos con determinaci¨®n, pero no est¨¢n para ganar con la gorra, y menos frente al Celta, el mejor equipo de la segunda vuelta de la Liga. A Charly le queda mucho por hacer. Y el s¨¢bado le aguarda el derby.
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