Contratos a medias
Si en alg¨²n aspecto existe hoy consenso en la comunidad cient¨ªfica es sobre la existencia en Espa?a de una generaci¨®n de j¨®venes que, por primera vez, poseen capacidades comparables con las de otros pa¨ªses desarrollados, pero no encuentran la posibilidad de usarlas en nuestro pa¨ªs por falta de puestos. De ah¨ª que se suscitaran grandes esperanzas cuando el nov¨ªsimo Ministerio de Ciencia y Tecnolog¨ªa anunci¨® el a?o pasado un plan para la recuperaci¨®n de cerebros.
Aquel anuncio se ha concretado en el Plan Ram¨®n y Cajal, que prev¨¦ para este a?o la creaci¨®n de 800 plazas laborales para investigadores en las universidades y otros centros, y 2.000 plazas en total hasta el 2003. Se cubrir¨¢n mediante contratos de cinco a?os, pero el ministerio plantea a universidades y comunidades aut¨®nomas el compromiso de convertirlas en fijas una vez finalizado ese periodo, siempre y cuando el cient¨ªfico contratado cumpla con las expectativas.
En una primera aproximaci¨®n, la valoraci¨®n es positiva. Se ofrece una v¨ªa de integraci¨®n en el sistema de ciencia a dos millares de j¨®venes doctores que, de otra manera, deber¨ªan seguir desarrollando su trabajo en el extranjero o abandonar la investigaci¨®n. Pero si el planteamiento es positivo, su concreci¨®n no lo es. Inicialmente se anunciaron contratos de cinco a?os, ampliables en cinco m¨¢s. Ese segundo quinquenio se ha ca¨ªdo y ha sido sustituido por un d¨¦bil compromiso sobre la eventual fijeza de la plaza. Esta exigencia, adem¨¢s, ha sido planteada por el ministerio por sorpresa. Las universidades se encuentran ahora ante una dif¨ªcil disyuntiva: improvisar planes para no perderse las plazas del Ram¨®n y Cajal o renunciar a ellas, porque el plazo de presentaci¨®n de solicitudes finaliza el pr¨®ximo 8 de mayo.
Como ha pasado ya con otras iniciativas del Ministerio de Ciencia y Tecnolog¨ªa, creado hace exactamente un a?o, una buena idea corre el peligro de malograrse porque se aplica de manera confusa y sin el suficiente debate. Valdr¨ªa la pena que el Gobierno se planteara promover un gran acuerdo global que permita a la ciencia en Espa?a alcanzar el lugar que merece.
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