Los cazadores del 'Tigre' Effenberg
Los jugadores del Madrid se plantean provocar al capit¨¢n alem¨¢n para que le amonesten y no pueda jugar la vuelta

Su nombre suena como un gru?ido: Effenberg, Stefan Effenberg. Sus compa?eros le llaman Tiger, Tigre. Su entrenador le pone el r¨®tulo de 'jefe', de 'insustituible' en su equipo, el Bayern M¨²nich. Tiene 32 a?os, su signo zodiacal es Leo y posee el mejor pie del f¨²tbol alem¨¢n. Tambi¨¦n es hombre de pocas palabras y es dif¨ªcil verle pesta?ear o alterar el gesto permanente de quien parece contenerse para no desahogar su ira. Por eso, quiz¨¢ no sea dif¨ªcil provocarle ante el ¨¢rbitro escoc¨¦s Hugh Dallas. 'Si recibe otra tarjeta se perder¨¢ el partido de vuelta, as¨ª que hay que intentar que le saquen amarilla. Hay que darle un par de patadas', dec¨ªa el domingo un centrocampista del Madrid, reflexionando en su coche, ajeno a la reverencia que profesa Baviera por su potencial v¨ªctima. 'As¨ª se perder¨¢ el partido de vuelta en M¨²nich'.
'Conf¨ªo en la gran experiencia de Effenberg, y s¨¦ que jugar¨¢ con la cabeza absolutamente fr¨ªa', dijo ayer el t¨¦cnico del Bayern, Ottmar Hitzfeld, con una sonrisa. Momentos antes hab¨ªa comparecido el propio Effenberg con mal talante. Acababa de perderse en el aeropuerto de Barajas, donde se apart¨® de la expedici¨®n alemana en medio de un despiste y debi¨® ser localizado por la polic¨ªa cuando se dispon¨ªa a abordar un taxi.
'Es muy bonito estar aqu¨ª', dijo arqueando las cejas; 'si los jugadores del Real Madrid piensan que ya est¨¢n en la final mejor para ellos, porque supongo que se habr¨¢n levantado pensando en que m¨¢s vale que nos hubi¨¦ramos ahorrado el viaje. Pero lo cierto es que estamos aqu¨ª y queremos jugar'. ?No cree que al Bayern se le est¨¢ acabando el tiempo para ganar la Copa de Europa puesto que los ciclos de los equipos son de tres o cuatro a?os y que este es su tercer intento...? 'Nuestro ciclo es de cuatro a?os', zanj¨®.
Effenberg es un conductor de juego tan completo que se hace dif¨ªcil encontrar otro como ¨¦l. La capacidad extraordinaria para el pase de precisi¨®n, el sentido para medir los tiempos y un disparo seco y limpio que es un peligro en los tiros de falta -Casillas lo sufri¨® en sus carnes- y de media distancia son sus armas principales. La ambici¨®n y el sentido del liderazgo ponen el resto. 'Es un jugador muy influyente en el Bayern; el que m¨¢s junto con Scholl', valor¨® ayer Steve McManaman.
Los jugadores del Madrid maquinan encerronas. A Makelele y Helguera les tocar¨¢ perseguir a Effenberg, intentando que no reciba el bal¨®n, o cort¨¢ndole la l¨ªnea de pase -preferentemente con Scholl, el media punta-. El a?o pasado fueron McManaman y Redondo los encargados de esa labor, en el partido de vuela de las semifinales. Fue la noche en que Redondo -un admirador del Tiger- dijo: 'La pis¨¢bamos y pasaban de largo [los alemanes]'. Aqu¨¦l aire de suficiencia irrit¨® a Effenberg que m¨¢s tarde se quej¨® en la prensa alemana de la actitud de 'algunos jugadores del Madrid'.
Jugador intachable, si por algo se sospecha de Stefan Effenberg es por su car¨¢cter belicoso. En el Mundial de Estados Unidos, en 1994, dedic¨® su dedo coraz¨®n a todos los seguidores alemanes apostados en la grada del Soldiers Field de Chicago. Luego abandon¨® la selecci¨®n y se neg¨® a regresar. Y hace un a?o, al llegar a su discoteca preferida, en M¨²nich, se encontr¨® con un ocupante inesperado en su reservado. Se trataba de una mujer a la que pidi¨® que se marchara. Como recibi¨® una negativa, el jugador termin¨® asest¨¢ndole un sopapo.
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