'Tuya-m¨ªa'
A ¨²n podemos entrar en una selva tropical, recoger el primer insecto que nos salga al paso y dar as¨ª con una especie nunca antes descrita. Y si permitimos que el animal siga su camino treinta segundos m¨¢s, igual observamos un raro comportamiento jam¨¢s descifrado hasta entonces. Es el caso de la hormiga Blepharidatta conops. Patricia Romano da Silva, una joven doctorando del Museo de Zoolog¨ªa de S?o Paulo, trabaja con varias colonias vivas de esta especie. Una tarde, en su laboratorio, Patricia me muestra el prodigio:
Inmediatamente despu¨¦s de que una obrera decide transportar un inmaduro (huevo, larva o pupa), otra obrera se le echa encima para disputarle el privilegio de tan alta responsabilidad. Se inicia as¨ª un rito que dura varios segundos, un sereno y tenso tuya-m¨ªa, un duelo que define una vencedora. El premio es encargarse de la misi¨®n; el consuelo, partir en busca de una nueva oportunidad.
?Para qu¨¦ hacen eso?
?No s¨¦!
Hay que dise?ar un plan para averiguarlo. ?Cu¨¢l? Pi¨¦nsese media hora antes de continuar. Continuamos. Se marcan todas las obreras y se toma buena nota del resultado de los torneos. Necesitaremos, eso s¨ª, un poco de m¨¦todo cient¨ªfico para procesar los datos de tan singular liga deportiva. Se dir¨ªa que s¨®lo pueden ocurrir estas cuatro cosas:
1. Las que pierden siempre pierden y las que ganan siempre ganan. Consecuencia: las obreras tienen una ligera subdivisi¨®n del trabajo. Existen obreras sparring y obreras transportadoras. En este caso, el ritual es una especie de prueba para asegurar la buena forma o la buena t¨¦cnica de las transportadoras. Por ejmplo: la fiabilidad del agarre de las mand¨ªbulas, no vaya a ser que ¨¦stas cedan al primer tropiezo o al primer tir¨®n de un ladr¨®n hambriento. Es como el escudero que comprueba el estado de las trinchas de la montura antes de que el caballero arranque a galopar.
2. Una obrera concreta a veces gana y a veces pierde, de modo que el resultado final determina un ranking. Es decir, existen la obrera n¨²mero 1, la n¨²mero 2, etc¨¦tera. En una colonia bien estudiada se podr¨ªa apostar bien, como en el tenis de ¨¦lite, por el ganador de cada encuentro. La respuesta en este caso no puede ser m¨¢s darwiniana, porque el ritual es un mecanismo de selecci¨®n preol¨ªmpica para actualizar la lista de las mejores mand¨ªbulas en cada momento y lugar.
3. Una obrera concreta gana (o pierde) aleatoriamente. En este caso, el tuya-m¨ªa, o bien es para detectar inmaduros accidentalmente mal agarrados o bien no se refiere en absoluto a las obreras, sino al propio inmaduro. Lo importante es s¨®lo agitar antes de usar. Quiz¨¢ haya programado un tiempo m¨¢ximo de forcejeo y, tras el toque de la campana, la vencedora se decide con una moneda al aire. Puede ser tambi¨¦n que el tuya-m¨ªa suponga alg¨²n tipo de est¨ªmulo para preparar el viaje. Otra respuesta posible es que no haya respuesta. El ritual no tiene sentido... de momento...
4. Ninguna de las alternativas anteriores se corresponde con los datos. Las pautas son complejas. La investigaci¨®n, continua...
Este plan ilustra muy bien una bella met¨¢fora del a?orado Richard Feynman: el cient¨ªfico descubre las leyes de la naturaleza como el novato que deduce las reglas de juego del ajedrez tras largas horas de mir¨®n en partidas de caf¨¦.
Hoy ha llegado una buena noticia. Tras unos meses de pruebas, Patricia ha conseguido marcar las 128 obreras de una colonia, con un fin¨ªsimo pelo de tej¨®n y un c¨®digo de cuatro colores. S¨®lo ha habido dos bajas. Las hormigas han desisitido por fin de lavarse la marca de su espalda y ya han vuelto al trabajo. Ahora viene lo bueno.
Jorge Wagensberg es director del Museo de la Ciencia Fundaci¨®n La Caixa (Barcelona).
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