'A mi novia y a m¨ª nos confundieron con polic¨ªas'
Un grupo de encapuchados quema la cara a un joven de Pamplona al que confundi¨® con un polic¨ªa
El rostro de Jorge era ayer, 36 horas despu¨¦s de la agresi¨®n, un poema. El ¨¢cido de una de las seis botellas que impactaron contra su coche le produjo graves heridas en el rostro. 'Menos mal que esa botella en concreto no lleg¨® a arder', explic¨®, 'aunque yo me qued¨¦ rodeado de fuego tras el ataque'.
En su piel se incrustaron fragmentos de cristal del c¨®ctel incendiario. Sufri¨® un corte en la barbilla que requiri¨® puntos de sutura y a¨²n no sabe si tendr¨¢n que operarle el ojo derecho. El parte m¨¦dico de este t¨¦cnico en electr¨®nica que s¨®lo quer¨ªa disfrutar en paz y con sus amigos de las fiestas de su barrio considera de pron¨®stico reservado sus quemaduras faciales de primer y segundo grado.
Indignado, pero sereno, Go?i recib¨ªa ayer la visita de los periodistas, de sus amigos y familiares. Y, sin dejar de darle vueltas a lo ocurrido intentaba, en vano, hallar una explicaci¨®n. 'Era la una de la madrugada', recordaba. 'Mi novia y yo hab¨ªamos cenado con unos familiares y llegamos al cruce de las calles Mugazuri y Ferm¨ªn Daoiz, muy cerca de donde he vivido toda mi vida y de donde est¨¢n las txosnas pol¨ªticas. Aparqu¨¦ en doble fila y mi novia sali¨® corriendo a un local para avisar a unos amigos. Yo me qued¨¦ en el veh¨ªculo. Entonces o¨ª jaleo y vi a unos 20 encapuchados que ven¨ªan desde las txosnas y comenzaban a tirarme piedras y c¨®cteles m¨®lotov. Todo empez¨® a arder...'
Los recuerdos de Jorge son n¨ªtidos, pese al terror que sufri¨®. 'Sal¨ª del coche grit¨¢ndoles '?qu¨¦ hac¨¦is?, ?est¨¢is locos?' Y en ese momento cay¨® el c¨®ctel que me quem¨®. Los encapuchados desaparecieron al instante'.
Rodeado por las llamas, Jorge corri¨® desorientado y cay¨® por un terrapl¨¦n. Cuando se incorpor¨®, su novia y sus amigos ya hab¨ªan llamado a una ambulancia. Le dol¨ªa la cara, ten¨ªa sangre por todas partes y apenas ve¨ªa con el ojo derecho. Pudo lavarse el rostro en una fuente cercana y una patrulla del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa le traslad¨® al Hospital de Navarra. 'Creo que a mi novia y a m¨ª nos confundieron con polic¨ªas y pensaron que est¨¢bamos vigil¨¢ndolos o algo as¨ª', dec¨ªa ayer el herido.
No acab¨® ah¨ª todo. Parad¨®jicamente, cuando iba hacia el hospital la polic¨ªa par¨® el coche patrulla y le obligaron a bajar del mismo para cachearle. Jorge segu¨ªa ayer sin dar cr¨¦dito a lo ocurrido. 'Es terror¨ªfico que estos incontrolados puedan llegar a matar a cualquier persona de forma tan absurda. No saben siquiera qu¨¦ es lo que hacen', se lamenta.
Go?i denunciar¨¢ los hechos en cuanto le den el alta. 'Me produce escalofr¨ªos esta sinraz¨®n total', a?ade. 'Jam¨¢s me he metido en pol¨ªtica, as¨ª que no quiero ni pensar en c¨®mo tienen que pasarlo las miles de personas que simpatizan o militan en partidos o asociaciones que no son gratas para estos energ¨²menos. Yo ya s¨¦ que he sido una v¨ªctima m¨¢s de esta locura'.
Jorge reconoce que, como otros muchos j¨®venes de la Chantrea, un barrio de inmigrantes de aluvi¨®n, construido en el franquismo, cuando ten¨ªa 16 a?os tambi¨¦n estuvo 'flirteando con la movida de las barricadas y corriendo delante de la poli. Pero agrega rotundo: 'Jam¨¢s atent¨¦ contra la vida de las personas'. El barrio vota mayoritariamente a UPN o a los socialistas, aunque sus se?as de identidad exterior las hayan puesto durante a?os los autores de un persistente terrorismo callejero que, por ejemplo, ha atentado 16 veces contra la vivienda de la dirigente del PSN-PSOE Mariasun Apestegu¨ªa, vecina del lugar. 'Una de las cosas que m¨¢s pena te da es que los que vigilan tus movimientos son tus propios vecinos', lleg¨® a declarar Apestegu¨ªa.
Quiz¨¢s Go?i se present¨® a la hora incorrecta en el lugar m¨¢s inoportuno, justo cuando decenas de j¨®venes radicales iban buscando jaleo. El Renault Clio del joven, que ayer segu¨ªa aparcado en el lugar del atentado como testigo mudo de la barbarie, recibi¨® la carga de odio de quienes sospecharon la llegada de los efectivos policiales que vigilaban la zona pr¨®xima a las barracas festivas donde los radicales despliegan su parafernalia. Una falsa invasi¨®n de su per¨ªmetro de seguridad a la que los aprendices de terroristas respondieron con botellas incendiarias.
Seg¨²n la Delegaci¨®n del Gobierno en Navarra, fueron seis los c¨®cteles lanzados contra el veh¨ªculo de Go?i. En la zona no hab¨ªa habido disturbios previos.
[La Ertzaintza hizo explotar ayer de forma controlada en un pol¨ªgono industrial de Urnieta (Guip¨²zcoa) una bomba lapa casera, compuesta por kilo y medio de p¨®lvora, que podr¨ªa haberse desprendido de alg¨²n veh¨ªculo seg¨²n las primeras investigaciones, informa Maribel Mar¨ªn. El artefacto ten¨ªa un dispositivo muy rudimentario que, al parecer, se activaba con el movimiento].

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