La comunidad musulmana tiene 110 oratorios que se usan como mezquita
En 10 a?os se ha triplicado el n¨²mero de centros isl¨¢micos en Catalu?a
Anton Ca?ellas afirm¨® que la llegada del imam a una poblaci¨®n, en la que normalmente se hace cargo del oratorio, 'produce inicialmente un cierto retraimiento en la actitud de los musulmanes residentes' en su proceso de integraci¨®n. Para corregir esta situaci¨®n, el s¨ªndic propone que la Generalitat forme a los imames para que ¨¦stos puedan transmitir a su comunidad los valores de la sociedad catalana.
Las palabras del s¨ªndic vienen avaladas por algunos asistentes sociales y educadores, quienes afirman que a menudo la llegada de un imam a una comunidad tiene como consecuencia el alejamiento de los musulmanes que hasta entonces hab¨ªan realizado una aproximaci¨®n a la cultura local. Esta actitud, que acostumbra a ser pasajera, se debe a la influencia que ejercen sobre la comunidad algunos imames que interpretan el Cor¨¢n en clave conservadora y, en ocasiones, integrista.
La mayor parte de los inmigrantes abandona la pr¨¢ctica religiosa en su pa¨ªs de acogida
El antrop¨®logo Jordi Moreras, autor del libro Los musulmanes en Barcelona, afirma que el imam tiene un gran protagonismo en la integraci¨®n de los inmigrantes, y establece un paralelismo entre la actual ola migratoria y la que se produjo en Espa?a durante los a?os cincuenta y sesenta. 'El imam desempe?a un papel similar al de los curas de localidades andaluzas que emigraron hacia el norte con todo su pueblo'.
Sin embargo, pese a este protagonismo del imam, las personas que ocupan ese cargo en pa¨ªses que desconocen en buena parte la cultura isl¨¢mica tienen como problema a?adido la falta de formaci¨®n cor¨¢nica. En los pa¨ªses ¨¢rabes y del Magreb, al imam se le exige un certificado de estudios isl¨¢micos que raramente poseen los que ejercen en Catalu?a. Y muchos tambi¨¦n desconocen la cultura aut¨®ctona. En muchos casos, no comprenden ni hablan ni el castellano ni el catal¨¢n.
Los imames son contratados por las propias comunidades isl¨¢micas. La escasa capacidad econ¨®mica de las asociaciones que mantienen estos oratorios les lleva a contratar como imames a personas que no han recibido la formaci¨®n m¨¢s adecuada. 'Cuando contratamos al imam s¨®lo le exigimos que supiera leer y que conociera el Cor¨¢n', explica el portavoz de una asociaci¨®n cultural isl¨¢mica del cintur¨®n de Barcelona.
Teresa Losada, responsable del centro cultural Bayt al-Thaqafa, admite que les faltan 'imames cultivados' y que esta carencia es uno de los grandes problemas que debe afrontar la comunidad musulmana de Espa?a. Sin embargo, tampoco cree que los imames perjudiquen el proceso de integraci¨®n de los inmigrantes. 'Si el imam llega cuando la comunidad ya se ha organizado, ¨¦sta contin¨²a su proceso hacia adelante. No hay que olvidar que en nuestra sociedad la mezquita es autogestionada por sus socios colaboradores, por lo que el imam no representa de por s¨ª una figura de autoridad'.
Mezquitas bajo control
Los imames de barrio o de pueblo, que raramente ingresan m¨¢s de 100.000 pesetas al mes, se mantienen gracias a las mensualidades que pagan las personas adscritas a cada mezquita, que no suelen superar las 2.000 pesetas al mes. Sin embargo, no son pocos los oratorios que tambi¨¦n reciben ayuda de Marruecos o, especialmente, de Arabia Saud¨ª. Con estas aportaciones pretenden mantener bajo control a los emigrantes que se instalan en pa¨ªses que la ortodoxia isl¨¢mica tacha de 'tierra de infieles'.
Emilio Galindo, experto arabista y director de la revista Encuentro Islamo-Cristiano, considera que este apoyo econ¨®mico gubernamental 'imprime car¨¢cter' a los imames, pero que esto 'no tiene por qu¨¦ condicionar a la comunidad'. Galindo pone como ejemplo la popular mezquita construida al lado de la M-30 de Madrid, que, pese a sus fara¨®nicas dimensiones, no est¨¢ consiguiendo la implantaci¨®n que esperaban sus promotores. Galindo recuerda que esta mezquita se construy¨® con capital saud¨ª -el rey Fahd aport¨® m¨¢s de 2.000 millones de pesetas - y que ello la ha alejado de la realidad de la comunidad isl¨¢mica. 'La ven como algo artificial, ajena a su realidad'.
Lo cierto es que la implantaci¨®n de mezquitas no siempre va seguida de un incremento de fieles. Algunos responsables de centros isl¨¢micos de Barcelona admiten que s¨®lo un tercio de los musulmanes, o incluso menos, acude a la mezquita para realizar la preceptiva oraci¨®n del viernes. Las mujeres casi no van nunca pero tampoco muchos hombres, que cuando se instalan en Catalu?a dejan a un lado la pr¨¢ctica de su religi¨®n. En el oratorio de la Meridiana, el m¨¢s antiguo de Barcelona, s¨®lo acuden regularmente unas 60 personas. A pesar de ello, el iman Najem Alhassan asegura que 'el 70% de los musulmanes sigue orando en las mezquitas'.
El portavoz de la Asociaci¨®n Cultural Isl¨¢mica de Catalu?a, Mohamed Halhoul, cree que 'muchos musulmanes rezan desde casa, por lo que menos de la mitad acuden a la mezquita'. El ejemplo de algunas mezquitas lo demuestra. En Vic (Osona), donde viven m¨¢s de 1.000 magreb¨ªes, s¨®lo unos 50 acuden a la oraci¨®n comunitaria en la principal mezquita de la ciudad.
Confluencia con EuropaA falta de estad¨ªsticas oficiales, estas cifras indican que la comunidad musulmana catalana no es muy diferente de las que se encuentran en Alemania, Holanda o Francia, pa¨ªses donde la pr¨¢ctica religiosa entre los musulmanes se sit¨²a entre el 20% y el 50%. Los expertos lo atribuyen a que muchos de los musulmanes que viven en Europa son hombres solos que no han conseguido reunir a su familia en el pa¨ªs de acogida. Cuando lo consiguen, las cosas cambian puesto que muchos de ellos intentan que sus hijos se eduquen sin perder sus ra¨ªces. Entonces vuelven a acercarse a la mezquita, entre otras cosas para que sus hijos aprendan el ¨¢rabe y la cultura isl¨¢mica.Pero los musulmanes catalanes contin¨²an pidiendo m¨¢s facilidades para seguir sus preceptos. El imam de la mezquita de la Meridiana cree b¨¢sico para su comunidad contar con una gran mezquita en la capital catalana. 'Barcelona necesita una mezquita donde se pueda orar, estudiar e impartir el Cor¨¢n'. En su opini¨®n, el miedo de las autoridades a que el templo se convierta en un foco integrista no est¨¢ justificado. '?Es que hay integrismo en las mezquitas de M¨¢laga, Madrid o Marbella?', pregunta.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.