Rama ilegalizada
Un auto del juez Garz¨®n acord¨® ayer la ilegalizaci¨®n de Haika, rama juvenil del llamado entorno de ETA. Fruto de la fusi¨®n, hace un a?o, de Jarrai y su organizaci¨®n hom¨®loga en el Pa¨ªs Vasco franc¨¦s, nunca hab¨ªa sido legal: era una organizaci¨®n alegal, como lo fue siempre su antecesora Jarrai, integrada en KAS, la coordinadora en la que participaba ETA y encuadraba a diversas organizaciones sectoriales; la propia KAS era una estructura alegal, al igual que su sucesora, Ekin, tambi¨¦n ilegalizada recientemente por Garz¨®n.
Por orden suya, el pasado 6 de marzo fueron detenidos varios dirigentes de Haika y registrados diversos locales, en los que, seg¨²n declar¨® entonces el director general de la Polic¨ªa, se incaut¨® 'documentaci¨®n como para llenar un cami¨®n'. Un efecto inmediato del an¨¢lisis de esa documentaci¨®n fue la localizaci¨®n de una cita entre miembros de Haika y dos activistas de ETA, que fueron detenidos al acudir a la misma; un efecto diferido es la ilegalizaci¨®n de la organizaci¨®n juvenil como resultado de las pruebas que Garz¨®n cree haber encontrado en los papeles requisados. El juez considera que Haika es 'un ap¨¦ndice integrado en la estructura terrorista de ETA', a la que 'sirve de cantera'.
Prosigue as¨ª la l¨ªnea de investigaci¨®n iniciada hace tres o cuatro a?os por Garz¨®n y seg¨²n la cual ETA no est¨¢ integrada ¨²nicamente por los comandos, sino que son ¨¦stos los que forman parte de una estructura m¨¢s amplia y que cuenta con una parte sumergida y una parte visible. La alegalidad en que se ha movido tradicionalmente la parte visible ha permitido a esos sectores actuar con relativa impunidad durante a?os. La especialidad de Jarrai/Haika ha sido amenazar mediante carteles y pintadas y atacar mediante acciones de acoso y violencia callejera a profesores, pol¨ªticos, escritores, periodistas y otras personas, algunas de las cuales, como Jos¨¦ Luis L¨®pez de Lacalle, ser¨ªan posteriormente asesinadas por ETA.
Muchas personas se espantan ante la extensi¨®n de la cultura de la violencia entre los j¨®venes abertzales, pero se oponen a cualquier intento de poner fin, con la ley en la mano, a la atm¨®sfera de impunidad y legitimaci¨®n condescendiente en que ha germinado. El nacionalismo ha tendido a minimizar el efecto de esa violencia juvenil y a desautorizar (garzonadas) las iniciativas del juez, a las que atribuye una motivaci¨®n pol¨ªtica. Esa sospecha fue reiterada ayer por Egibar, que atribuy¨® a Garz¨®n la voluntad de ponerse al servicio de Mayor Oreja al tomar esta decisi¨®n en v¨ªspera de las elecciones. Si hubiera esperado al lunes, es seguro que le habr¨ªan acusado de retrasar la decisi¨®n para no perjudicar al partido del Gobierno. Lo cierto es que nada resulta tan pol¨ªticamente oportuno como dejar actuar sin trabas a los jueces.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.