El ¨¢rbitro maneja el partido
El Deportivo super¨® al Alav¨¦s jugando con uno menos en un encuentro con tres penaltis
El ¨¢rbitro transform¨® el duelo en una feria y, contra todas las apariencias, el Deportivo sobrevivi¨® en medio de un paisaje grotesco. Al cuarto de hora de partido, el equipo de Javier Irureta estaba en una situaci¨®n desesperada: con un gol en contra y un hombre menos, despu¨¦s de que el ¨¢rbitro convirtiese un toquecito de Naybet a Javi Moreno dentro del ¨¢rea en una sangrienta agresi¨®n. Las remotas ilusiones de alcanzar al Madrid y hasta la necesidad de asegurar la Liga de Campeones parec¨ªan esfumarse. Pero el Depor reaccion¨® con furia, y el ¨¢rbitro pen¨® sus culpas y se solidariz¨® con la causa. Le regal¨® un penalti y los de Irureta aprovecharon el obsequio. para culminar la remontada gracias otra pena m¨¢xima, la m¨¢s clara de las tres, en una noche completamente tronada a la que el Depor sobrevivi¨® contra todas las apuestas.
Hay dos viejos defectos de nuestro f¨²tbol que irritan de una manera especial. Uno lo encarnan los ¨¢rbitros, con su estrecha mentalidad burocr¨¢tica y su autoritarismo de caricatura. El otro es patrimonio de los jugadores: esa penosa afici¨®n a la teatralidad tan jaleada por algunos como muestra de las esencias de la picaresca hispana. Ambas perversiones se juntaron anoche en Riazor, desnaturalizaron un partido de f¨²tbol y a?adieron un episodio m¨¢s a la terror¨ªfica lista de desatinos arbitrales que ha ido engrosando esta Liga.
El jaleo se mont¨® all¨¢ por el minuto 13, cuando Javi Moreno se plant¨® en el ¨¢rea y Naybet le arrebat¨® la pelota. El delantero persisti¨® en el acoso al defensa local, que ya estaba de espaldas, y ¨¦ste le lanz¨® un manotazo hacia atr¨¢s. La mano abierta no fue m¨¢s all¨¢ de rozar la cara de Javi Moreno, pero el internacional del Alav¨¦s cay¨® como si lo hubieran ametrallado. Y el amable brazo de la ley acudi¨® en socorro de la v¨ªctima. El ¨¢rbitro proces¨® sus legajos mentales y aplic¨® la legislaci¨®n vigente: penalti y tarjeta roja. As¨ª, con toda la ligereza y el desparpajo, como quien manda a un preso al pat¨ªbulo con el testimonio de una se?ora que oy¨® contar algo a su vecina.
El Deportivo hab¨ªa tenido problemas desde el principio ante un Alav¨¦s que no se anda con los se?oritismos de otros: ese cansancio mental que tanto afecta a los equipos de m¨¢s altos vuelos no va con el conjunto de Man¨¦, que, a pesar de su hist¨®rica cita del mi¨¦rcoles en Dortmund, encar¨® el partido con la humildad, la abnegaci¨®n y la claridad de ideas que le distinguen. Si el Deportivo ya lo estaba pasando mal al principio, la desventaja en el marcador y en la alineaci¨®n parec¨ªa abocarlo a una noche de pesadilla. Curiosamente, el efecto fue el contrario. El p¨²blico y los jugadores se encabritaron, y el Deportivo, herido por la incompetencia ajena, sac¨® el orgullo. M¨¢s que jugar, empuj¨®, pero la reacci¨®n tuvo la virtud de inyectarle un vigor que no hab¨ªa tenido al principio. Bien es verdad que el Deportivo volvi¨® a salvarse gracias a Molina, que confirm¨® su excepcional temporada. El guardameta mantuvo un duelo con Javi Moreno que alcanz¨® momentos de (*CF13*)western:(*CF*) en tres ocasiones se enfrentaron cara a cara y sin testigos, y en las tres Molina se llev¨® la pelota.
Desde la grada y desde el campo, el ¨¢rbitro no cesaba de recibir presiones, y la t¨¢ctica, como era previsible conociendo el percal, dio resultado. Cuando el descanso se acercaba, Contra carg¨® un poquito a V¨ªctor en el ¨¢rea, el deportivista se cay¨® y el ¨¢rbitro pit¨® un penalti que nunca lo hubiese sido de no mediar todo lo anterior. Y as¨ª como le hab¨ªan echado a patadas del choque, el Deportivo recibi¨® un empuj¨®n para regresar a ¨¦l. Con una novedad, adem¨¢s: a la siguiente ocasi¨®n, el ¨¢rbitro acert¨®. Al poco de empezar la segunda parte, Contra derrib¨® a V¨ªctor y el segundo penalti sirvi¨® para que Trist¨¢n se reivindicase en su pulso con Irureta, para que su antiguo equipo, el Mallorca, cobre 300 millones de pesetas -recompensa estipulada en el traspaso si el jugador rebasaba los 15 goles- y para que el Deportivo saliese de las cuerdas.
El Alav¨¦s se vio en la situaci¨®n que menos le gusta, obligado a llevar la iniciativa, y ya no supo c¨®mo manejar el partido. Adem¨¢s, el ¨¢rbitro se cans¨® de pitar penaltis. Y eso que pudo haber alguno m¨¢s en el ¨¢rea deportivista. Pero la feria ya no daba m¨¢s de s¨ª.
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