Las Mama Chicho
. La Fortes y yo casi antes de dirigirnos la palabra nos ense?amos las tetas (o las peras, como dice Carmen Posadas, y si lo dice Posadas, que tiene m¨¢s clase que yo, me siento autorizada)
NADA M?S conocernos, la escritora Susana Fortes y yo nos desnudamos por completo. No me entiendan esta frase en un sentido metaf¨®rico, no es que abri¨¦ramos nuestros corazones, es que fue conocernos y quedarnos en bolas. Tampoco entiendan que Susana Fortes y yo hemos salido del armario. Conste que a m¨ª no me importa que me saquen un d¨ªa en la revista Zero, incluso pienso que me puede dar como un nivel de misterio, un toque Dietrich, pero no quisiera comprometer a otras escritoras que tienen m¨¢s verg¨¹enza que yo. Lo que dice mi santo cuando ve que me pongo a escribir esta columna: 'Lindurri, revu¨¦lcate en el fango t¨² si quieres, pero no salpiques a los dem¨¢s'. Retomo el asunto: la Fortes y yo, casi antes de dirigirnos la palabra, nos ense?amos las tetas (o las peras, como dice Carmen Posadas, y si lo dice Posadas, que tiene m¨¢s clase que yo, me siento autorizada). No lo hicimos en ning¨²n acto literario, fue una cosa m¨¢s discreta, en una habitaci¨®n las dos solas y con el fin decente de vestirnos de supermarcas para que nos retrataran. Yo qu¨¦ s¨¦, una vez que te has ense?ado las peras, como que te sientes m¨¢s unida a una persona y te lanzas a preguntarle cosas que en otra situaci¨®n no har¨ªas. Por ejemplo: '?C¨®mo se te qued¨® el cuerpo despu¨¦s de que no te dieran el Premio Primavera?'. La Fortes es discreta, y aun desnuda guard¨® las formas: 'Si he quedado finalista, ser¨¢ porque el jurado, a ¨²ltima hora, decidi¨® no votarme'. 'Bueno', le dije, 'tal y como est¨¢n las cosas, mejor que no le den a una ning¨²n premio'. Volvamos a los entra?ables tiempos en los que se dec¨ªa: 'El mejor premio para un escritor son sus lectores, aunque s¨®lo sea tu madre'.
Hablando de madres: me llama el compa?ero Ruiz Mantilla y me dice que su madre le sac¨® de la cama el domingo para decirle, primero, que con el nuevo formato no encontraba mi art¨ªculo. A m¨ª eso me envanece; ?es que no es m¨¢s bonito el cari?o de las madres que cualquier premio? La segunda cosa que ten¨ªa que decirle la madre de Mantilla a Mantilla era en relaci¨®n a la foto publicada en este peri¨®dico de la comida de celebraci¨®n del 25? aniversario de EL PA?S, en la que aparec¨ªan en primer plano los superjefes, y en segundo, un mont¨®n de cabecillas diminutas, el hormiguero: 'Hijo m¨ªo, te pones de una forma para salir en las fotos que parece que no tienes cuello'. Todas las madres padecen de la vista, pero a la hora de encontrar a sus hijos son linces. Estoy segura de que el domingo todas las madres de los periodistas de EL PA?S echaron mano de la lupa para encontrar a sus peque?uelos, como en ?D¨®nde est¨¢ Wally? Tengo que decir que alg¨²n padre (?el m¨ªo?) opin¨® que, por una vez, los se?oritos pod¨ªan haberse puesto detr¨¢s: 'Al fin y al cabo, ellos salen cada dos por tres en la foto'.
Los padres velan por nosotros. El otro d¨ªa fui a ver al m¨ªo a Moratalaz, a fin de refrescarme un poco la memoria, y me asalt¨® por la calle un compa?ero del colegio. Le dimos un repaso a los buenos tiempos, y al final me dijo: 'Qui¨¦n iba a decir que llegar¨ªas tan lejos, t¨² precisamente, qui¨¦n lo hubiera dicho...'. Me lo dec¨ªa el t¨ªo como con extra?eza, como si tuviera delante a la m¨¢s tonta de la clase. Llegu¨¦ a casa de mi padre con mal rollo, ¨¦l estaba con su lupa jugando al ?D¨®nde est¨¢ Wally? 25? aniversario. 'No me digas d¨®nde est¨¢s, yo te encuentro'. En la tele estaban poniendo El liguero m¨¢gico, una pel¨ªcula m¨ªtica de Mariano Ozores de hace un mont¨®n. 'Mira tu amiga', me dijo mi padre. Es verdad: ah¨ª estaba jovenc¨ªsima Adriana Ozores haciendo de criada sordomuda, sujetando la bandeja mientras dos se?oritas ense?aban el parr¨²s a Pajares y Esteso. De ah¨ª salt¨® la Ozores a ser musa del teatro cl¨¢sico. Estoy montando un club en el que para ser miembro hace falta haber tenido un pasado dudoso: me ha pedido entrar la actriz Eulalia Ram¨®n, y su credencial es una gira que hizo en Ponferrada con los Calatrava en la que ella aparec¨ªa en pantalones cortos y camiseta ce?ida del Bar?a; Adriana se apunta tambi¨¦n con los play back que hac¨ªa en la Antolog¨ªa de la Zarzuela, en TVE; Jordi Soc¨ªas, el fot¨®grafo que provoc¨® el encuentro en bolas entre Fortes y yo, me ha pedido su ingreso, alegando un pasado como representante de relojes Duward, se puso muy serio y me recit¨®: 'Reloj Duward, reloj perfecto'; a Ruiz Mantilla le avalan sus tiempos de tenor c¨®mico; a Mercedes Abad no tengo el gusto de conocerla, pero el otro d¨ªa contaba que empez¨® a escribir porque se present¨® a un casting del Un, dos, tres, se torci¨® el pie y tuvo que distraerse leyendo; y yo ?tengo tantas papeletas!, por ejemplo, la de guionista de las Mama Chicho, aquellas buenorras italianas que Lazarov trajo a Espa?a, o guionista de Super-Ramba, otra que ven¨ªa ya en el avi¨®n en biquini y con metralleta. Gran pasado. De ah¨ª que mi deformaci¨®n profesional me llevara a preguntarle a la Fortes: 'Pero, chica, con el cuerpo que t¨² tienes, ?c¨®mo no te has dedicado a otra cosa?'. A lo mejor pens¨® que era un comentario de una mujer machista, pero nada m¨¢s lejos; si acaso, de una mujer superficial y vaga, porque si yo hubiera tenido un cuerpazo no me habr¨ªa dedicado a escribir. Con lo que hay que pensar. Vamos, que entre escribirle los guiones a las Mama Chicho o ser una de las Mama Chicho, me hubiera quedado con lo segundo. Como hay Dios.
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