Silencio acusador
Estas palabras me remiten a hace ya much¨ªsimos a?os, cuando despu¨¦s de haber sido una v¨ªctima m¨¢s de un proxeneta socialmente integrado, ¨¦ste decidi¨® que ya molestaba en su misma sociedad. Entonces me aislaron, me negaron el saludo y mis amigas me abandonaron.
Desde entonces me repugnan las fuerzas sociales. Y nunca me he considerado miembro de esta oscura suciedad. Pues su respuesta fue el silencio; el m¨¢s abrumador y hostil de los silencios. El silencio que mata. No encontr¨¦ en 50 kil¨®metros a la redonda una sola persona que no me diese el silencio por respuesta. Veremos finalmente c¨®mo se nos hace justicia; siendo apartados del servicio p¨²blico a quienes no son siquiera capaces de organizar sus propias vidas, y han contribuido a dividir y a destruir la convivencia en algunas ciudades. Acaso veremos nuestro sue?o hecho realidad, porque hasta ahora lo ¨²nico que hemos recibido es un silencio acusador.
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