Trintignant se rinde a la inmediatez del teatro y asegura que el cine le cansa

Un actor honesto, lejos de toda exageraci¨®n'. As¨ª se presenta Jean-Louis Trintignant, que a los 70 a?os de edad proclama de nuevo su alejamiento definitivo de la pantalla -'en el cine se espera mucho y yo ya no tengo tiempo, el cine me cansa', dice- mientras reitera su militante vocaci¨®n de actor de teatro: 'necesito su inmediatez, estar cerca del p¨²blico'. Hace unos d¨ªas, Trintignant actu¨® en solitario en Palma de Mallorca y en Ciutadella de Menorca, con El vals de los adioses, el poema testamento de Louis Aragon. El c¨¦lebre protagonista de Un hombre y una mujer lleva ya tres a?os sin intervenir en ninguna pel¨ªcula. Confiesa que 've mucho f¨²tbol y jam¨¢s cine'.

'En mi carrera', explica Trintignant, 'he tenido roles muy diferentes: he sido gentil, antip¨¢tico, vehemente, m¨ªstico: el placer del actor est¨¢ en poderse rendir a muchos personajes, tipos que ya no eres en la vida. Pero un actor nunca debe juzgar a su personaje'. Se ubica en la generaci¨®n de Jean-Paul Belmondo, Alain Delon y Philippe Noiret, m¨¢s j¨®venes que los desaparecidos Yves Montand o Marcello Mastroianni. Y le gusta se?alar como herencia de esas generaciones el ¨ªmpetu poderoso de un monstruo como G¨¦rard Depardieu.

En Francia, Trintignant actu¨® en el deb¨² de Juliette Binoche, que con el tiempo ha escalado al estrellato de granito. La ve como 'una formidable actriz comediante'. 'Muy buena', a?ade, 'magn¨ªfica dir¨ªa'. 'Yo trabaj¨¦ con ella en su primera cinta, Rendez-vous, de T¨¦chin¨¦. Tiene un aire de Catherine Deneuve, m¨¢s joven, de mujer t¨ªpicamente francesa, un poco chic, menos rubia', comenta.

Con 45 a?os de profesi¨®n, 120 cintas como actor y dos como director, al solicitarle un trabajo de direcci¨®n rese?able, que nombre a alguno de los directores con los que ha trabajado dice: 'El ¨²ltimo gran director que yo he conocido es poco conocido, es de Espa?a, Antxon Eceiza, con el que rod¨¦ en Barcelona Las secretas intenciones, que no he podido ver porque no ha llegado a Francia. Era un sujeto interesante, muy simp¨¢tico, y su obra intensa, con pocos medios, po¨¦tica'. De los directores franceses pondera en especial a Patrice Ch¨¦raux.

Trintignant se explica como un hombre 'provincial': 'Yo no soy de Par¨ªs. [Es de Nimes donde tiene vi?edos y una bodega propia]. Fui a la capital para estudiar en el instituto de altos estudios; quise ser director antes que actor. Quer¨ªa saber c¨®mo dirigir a los protagonistas para luego ser uno de ellos. 'Yo no har¨¦ m¨¢s cine', asevera Trigtinant. 'Creo que se ha acabado para siempre. El cine reclama mucho tiempo, se tiene que esperar mucho. Yo ya no tengo tiempo. El teatro es inmediato, donde anida el verdadero papel del artista, cerca del p¨²blico. El cine cansa, despu¨¦s de rodar tienes que hacer de publicista de la pel¨ªcula y es una cosa agotadora'.

'No voy al cine'

La confesi¨®n que se?ala que no es un juego verbal viene al final: 'Yo ya no veo cine, no voy a las salas. ?En televisi¨®n? Veo deporte. Mucho f¨²tbol y jam¨¢s cine'. En otras ocasiones hab¨ªa puesto al vino, a su vino de C?te de Rhone, como preferencia.

Jean-Louis Trintignant dice que no es muy nacionalista. La respuesta flota al interrogarle sobre cu¨¢l es su equipo de f¨²tbol. Se ubica en el ¨¢rea latina: 'pas¨¦ poco de tiempo en Espa?a, mucho en Italia, cinco o seis a?os y hablo italiano. Nosotros somos latinos, de la misma familia, primos. Los alemanes para m¨ª son extranjeros, lejanos. Por eso el otro d¨ªa en el partido Bayern-Madrid sent¨ª simpat¨ªa por los espa?oles'.

El artista franc¨¦s, el juez de Rojo, el filme de Kryzstov Kiezlowski, sostiene 'que en Europa se vive una cierta colonizaci¨®n de cine americano. Yo tuve la posibilidad de trabajar muchas veces en Am¨¦rica; he tenido proposiciones de Steven Spielberg, de Francis Ford Coppola pero no quise jam¨¢s ir all¨ª. 'Respeto a sus j¨®venes directores interesantes pero si no acepto trabajar en cintas en Francia menos ir¨¦ a Estados Unidos. Yo podr¨ªa vivir a Espa?a, en Italia, en B¨¦lgica, en Suiza, pero no podr¨ªa vivir en Am¨¦rica'.