Hirschhorn transforma el vest¨ªbulo del Macba en yacimiento arqueol¨®gico
La instalaci¨®n del artista suizo puede verse hasta el 24 de septiembre
Se supone que el visitante entra en un momento de descanso de los arque¨®logos, cuyos instrumentos de trabajo tambi¨¦n se encuentran dispersos en diferentes puntos del yacimiento. Todo lo que puede hacer es tratar de imaginar la relaci¨®n y el significado de los objetos que va encontrando y de los que aparecen medio soterrados entre los escombros. Balas de cart¨®n en un lado, en otra parte latas de refrescos, en otro estrato fotocopias de libros de Thomas More, Marx o Bataille, pintadas en la pared reclamando amor y paz, im¨¢genes de l¨ªderes pol¨ªticos o espirituales... En conjunto, m¨¢s informaci¨®n de la que uno es capaz de asimilar y, sobre todo, totalmente imposible de clasificar o analizar. Es una estrategia habitual en la obra de este artista suizo residente desde hace a?os en Par¨ªs. Hirschhorn realiza grandes instalaciones con materiales ef¨ªmeros y pobres, como cartones, fotocopias y residuos urbanos, en los que aporta tal cantidad de informaci¨®n sobre un tema determinado, generalmente de inter¨¦s pol¨ªtico o social, que resulta imposible asimilar cualquier tipo de informaci¨®n, algo que refleja de hecho el momento actual de sobredosis en el que los media sumergen al ciudadano.
En el Macba, cuyo director reconoci¨® que querr¨ªa que la instalaci¨®n pudiera pasar a formar parte de la colecci¨®n, ha utilizado el espacio del vest¨ªbulo. Un espacio cerrado realizado con paredes de cart¨®n contiene el valioso yacimiento que simula estar situado encima de una peque?a colina. En su interior, las catas de los niveles de excavaci¨®n se unen por estrechos pasillos por los que el visitante deambula sin acabar de saber a qu¨¦ ¨¦poca, concepto o historia corresponden los objetos encontrados. Lo ¨²nico que halla como informaci¨®n alternativa son los 35 textos del escritor franc¨¦s Jean-Charles Mass¨¦ra, que en realidad no explican la obra, sino que funcionan de forma paralela a la instalaci¨®n como una recreaci¨®n literaria sobre la cuesti¨®n del compromiso desde diferentes ¨®pticas, en especial las relacionadas con los conflictos recientes en Palestina o los Balcanes.
Hirschhorn explica que la idea de esta instalaci¨®n (hasta el 24 de septiembre) surgi¨® tras leer en un peri¨®dico que hab¨ªan condenado a unos j¨®venes por haber pintado grafitos sobre unas pinturas rupestres. Le pareci¨® injusto. '?Por qu¨¦ consideramos m¨¢s importantes las culturas rupestres que lo que se hace hoy en d¨ªa? Me interes¨® investigar los mecanismos por los que decidimos que algo es importante. A partir de ah¨ª empec¨¦ a trabajar con la idea de un sitio arqueol¨®gico, que es algo que va cambiando d¨ªa a d¨ªa en el que resulta muy dif¨ªcil saber si lo que se encuentra es importante, si est¨¢ ah¨ª por error o cu¨¢l fue el significado o el proceso que hizo que aquellos objetos acabaran all¨ª enterrados'.
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