Piqu¨¦ no est¨¢ maduro

He de pedirle al amigo Josep Vicent Marqu¨¦s que me explique qu¨¦ es eso del 'calor sociol¨®gico', como experto en la materia. Parece ser que se trata de los grados de temperatura necesarios para que un ciudadano merezca ser sometido a investigaci¨®n demosc¨®pica. Es la raz¨®n que el presidente del CIS, don Ricardo Montoro, ha dado para justificar que en una encuesta realizada en Catalu?a se incluyese el nombre de Josep Piqu¨¦, ministro de Asuntos Exteriores, para conocer la valoraci¨®n que los catalanes le otorgaban como pol¨ªtico, por si al se?or Aznar se le ocurr¨ªa presentarle como posible candidato a la presidencia de la Generalitat en unas pr¨®ximas elecciones. No parece que d¨¦ la talla. Entre todos los pol¨ªticos catalanes sometidos a consulta, el se?or Piqu¨¦ fue el menos valorado. Pero p¨¦simamente valorado. Es decir, que el 'calor sociol¨®gico' que el presidente del CIS advert¨ªa en el se?or Piqu¨¦, los ciudadanos catalanes encuestados lo rebajaron de grados hasta ponerle 'bajo cero'. ?Fr¨ªo, fr¨ªo!. Como dir¨ªa el se?or Aznar, Piqu¨¦ 'no est¨¢ maduro'. Nuestro primer ministro y jefe absoluto del PP, no encuentra nada maduro ¨²ltimamente. La sociedad vasca no est¨¢ madura para 'el cambio'. Parece ser que la Uni¨®n Europea tampoco est¨¢ madura para entender las propuestas del presidente del gobierno espa?ol. Lo mismo sucede con la Universidad, que no da muestras de madurez, de aqu¨ª que el lider del PP haya decidido, seg¨²n se advierte en el borrador de reforma de la ley universitaria, meter sus pecadoras manos en el mundo universitario para 'madurarlo'. Mucho me temo que en las pr¨®ximas elecciones generales, si los espa?oles no le vuelven a dar la mayor¨ªa absoluta con sus votos, nos diga que tampoco la sociedad espa?ola est¨¢ madura. Aqu¨ª, por lo visto, el ¨²nico que est¨¢ maduro es el se?or Aznar. Lo que no se sabe, a ciencia cierta, es para qu¨¦ est¨¢ maduro. Porque para gobernar en democracia no parece que d¨¦ muestras de excesiva madurez. Que se lo pregunten, si no, a dirigentes del PP y a miembros del Gobierno de su digna presidencia. Le tienen m¨¢s miedo que a un nublado. S¨®lo hay que hablar con alguno de ellos en los pasillos del Congreso de los Diputados, si tienes confianza, para saber c¨®mo est¨¢ el patio.

Los resultados de la encuesta fueron presentados en rueda de prensa, ante el personal medi¨¢tico que labora habitualmente en el Congreso, por don Jorge Fern¨¢ndez D¨ªaz, secretario de Estado de Relaciones con las Cortes. La avispada familia de mis colegas de la prensa escrita, radiada y televisada, quisieron que el se?or secretario de Estado les aclarase a 'santo de qu¨¦' aparec¨ªa el ministro Piqu¨¦ en esta encuesta. Don Jorge, entre titubeos y gestos de complicidad con los periodistas vino a decir: 'Pues no lo s¨¦'. Al d¨ªa siguiente, en declaraciones a la COPE, m¨¢s tranquilo y habiendo meditado mejor la respuesta, se limit¨® a decir: 'Habr¨¢ sido un error, ni intencionado ni cometido de mala fe ni buscando intenciones torticeras'. A las veinticuatro horas, sali¨® a la palestra el presidente del CIS y dijo aquello de que el se?or Piqu¨¦ emanaba un 'calor sociol¨®gico'. ?Alabado sea Dios! ?Menos mal!. As¨ª hemos podido saber que el ministro no padece ning¨²n 'recalentamiento'. Los ciudadanos catalanes, seg¨²n la encuesta, han opinado que el se?or Piqu¨¦ se encuentra, m¨¢s bien, en 'fr¨ªo sociol¨®gico'. Es de suponer que el se?or Aznar habr¨¢ tomado buena nota: 'Piqu¨¦ no est¨¢ maduro'.

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