Un parentesco peligroso

Por primera vez, un equipo de investigadores de la Estaci¨®n Biol¨®gica de Do?ana (EBD) ha logrado secuenciar un fragmento de ADN del ¨¢guila imperial ib¨¦rica, comparando sus caracter¨ªsticas con las de una especie pr¨®xima, el ¨¢guila imperial europea, mucho menos amenazada que la primera. El trabajo ha puesto de manifiesto algo que ya sospechaban los cient¨ªficos: el material gen¨¦tico de nuestra rapaz m¨¢s amenazada est¨¢ sufriendo un notable deterioro.

Al distribuirse en poblaciones muy peque?as, y aisladas entre s¨ª, son frecuentes los emparejamientos entre familiares, de manera que la endogamia provoca una notable p¨¦rdida de variabilidad gen¨¦tica. Los ejemplares tienden a parecerse cada vez m¨¢s entre s¨ª, algo que los hace muy vulnerables a cualquier alteraci¨®n ambiental o enfermedad imprevista.

En una especie que apenas mantiene algo m¨¢s de 120 parejas en todo el mundo, este proceso es particularmente peligroso. Por un lado, aumenta la posibilidad de que se fijen y transmitan genes nocivos, responsables de determinadas dolencias o taras. Al mismo tiempo, se van perdiendo alternativas gen¨¦ticas, elementos que podr¨ªan suponer la soluci¨®n a un problema futuro, a una situaci¨®n que a¨²n no se ha planteado. Por ejemplo, si los individuos son pr¨¢cticamente cl¨®nicos y aparece una enfermedad v¨ªrica, su respuesta va a ser similar, es decir, si un individuo enferma todos los dem¨¢s tambi¨¦n enfermar¨¢n, porque gen¨¦ticamente quiz¨¢ hayan perdido un elemento que los hac¨ªa resistentes a ese microorganismo.

Problemas

En opini¨®n de Miguel Ferrer, investigador de la EBD y coordinador de este trabajo, 'la baja variabilidad gen¨¦tica encontrada en el ¨¢guila imperial ib¨¦rica supone la aparici¨®n de un problema m¨¢s en sus expectativas de supervivencia y, para nosotros, significa la necesidad de incorporar, en las estrategias de conservaci¨®n de la especie, consideraciones de tipo gen¨¦tico'.

Hasta ahora solo dos hembras de poblaciones silvestres, una en Do?ana y otra en C¨¢ceres, han mostrado secuencias distintas en el ADN analizado por los bi¨®logos, de manera que, lo razonable, explica Ferrer, 'ser¨ªa proponer un plan de manejo que incluya la posibilidad de intercambiar los hijos de estas dos ¨¢guilas, que tienen caracter¨ªsticas gen¨¦ticas distintas, con la descendencia de otras hembras, y as¨ª conseguir que la poca variabilidad que a¨²n queda no desaparezca definitivamente'.

A¨²n as¨ª, las perspectivas para la especie no son muy halag¨¹e?as. La propia Estaci¨®n Biol¨®gica de Do?ana trabaja en un estudio de viabilidad poblacional que permitir¨¢ establecer las posibilidades de supervivencia que tienen, en las circunstancias actuales, las diferentes poblaciones de ¨¢guila imperial ib¨¦rica.

Ya hay, sin embargo, datos que anuncian un panorama sombr¨ªo. 'En Do?ana', revela Ferrer, 'la probabilidad de extinci¨®n para esta rapaz, teniendo en cuenta las elevadas tasas de mortalidad adulta que se han registrado en los ¨²ltimos a?os, es superior al 95% en un periodo de apenas 15 a?os'. En el resto del pa¨ªs, al distribuirse las imperiales en peque?as poblaciones aisladas, el sistema es tambi¨¦n muy inestable, por lo que si uno de estos n¨²cleos desaparece es muy dif¨ªcil que se recolonice con cierta rapidez.

No se trata de mantener un n¨²mero de ejemplares determinado, sino de conservar poblaciones viables a largo plazo, capaces de mantener, al menos, m¨¢s de un 95% de probabilidades de supervivencia en un plazo de 100 a?os. En Andaluc¨ªa se calcula que viven entre 20 y 30 parejas de ¨¢guila imperial, distribuidas en varios n¨²cleos de nidificaci¨®n: Do?ana, Sierra Norte de Sevilla, Hornachuelos (C¨®rdoba), Sierra Morena (Ja¨¦n) y Villaviciosa de C¨®rdoba.

Pero, con independencia de las actuaciones que se lleven a cabo en estos n¨²cleos silvestres, la reproducci¨®n en cautividad sigue siendo una opci¨®n imprescindible, sobre todo si la situaci¨®n de la especie sigue empeorando. Hasta ahora todos los intentos por lograr que ejemplares cautivos se reproduzcan han fracasado. En la actualidad se mantienen 33 imperiales en cautividad, repartidas entre los centros de reproducci¨®n de Quintos de Mora (Toledo, 12 ejemplares), Sevilleja de la Jara (Toledo, 19 ejemplares) y Cazorla (Ja¨¦n, 2 ejemplares).

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