La elecci¨®n est¨¢ clara

El 7 de junio pr¨®ximo, la mayor¨ªa de votantes, si hay algo que les importe de todo esto, estar¨¢n felices de que se haya acabado. Queda a¨²n una tarea pendiente para todos aquellos a quienes s¨ª les importa, entre los que, desde luego, se incluye The Economist. Se trata de elegir a qu¨¦ partido votar. Si las encuestas se han hecho m¨¢s o menos bien, la elecci¨®n ya se ha hecho: el Partido Laborista de Tony Blair saldr¨¢ reelegido, virtualmente por aclamaci¨®n. (...) El cuadro de logros del laborismo no es malo, pero tampoco justificar¨ªa una prolongada ovaci¨®n en las pr¨®ximas elecciones. (...) ?Qu¨¦ explica, pues, tan holgada ventaja laborista? Una respuesta es la muy limitada confianza de los votantes en lo que puedan conseguir los gobiernos. (...) Esto refleja en parte una tolerancia a la mediocridad muy brit¨¢nica. La segunda explicaci¨®n se encuentra en los conservadores, que desde 1997 afrontan una dif¨ªcil situaci¨®n: el laborismo ha robado sus pol¨ªticas, y es duro enfrentarte a tus propias ideas. Los tories no acertaron y han tomado posturas antiliberales sorprendentes. Su pol¨ªtica sobre el euro ('salvemos la libra', pero s¨®lo durante cinco a?os) es rid¨ªculamente atolondrada.

Por eso, The Economist deposita aqu¨ª su voto por los laboristas. (...) Tony Blair es el ¨²nico conservador disponible ahora. Con todo, sigue siendo tan ambiguo como siempre. El Blair que apoyamos es el que admira a Margaret Thatcher y ha continuado muchas de sus pol¨ªticas, (...) y que sabe que un escoramiento a la izquierda ser¨ªa suicida porque permitir¨ªa a los conservadores reconquistar su viejo territorio.

Londres, 2 de junio