Gallegos centenarios
A cinco meses de las elecciones auton¨®micas gallegas, los partidos de la oposici¨®n han pedido a la Junta Electoral Central (JEC) que investigue el posible uso fraudulento del censo de residentes en el extranjero. La desconfianza de nacionalistas y socialistas est¨¢ justificada porque existen evidencias de que ese censo contiene numerosos errores y porque no hay garant¨ªas que impidan el que otras personas aprovechen esa circunstancia para votar en lugar de fallecidos o residentes en poblaciones distintas a aquellas en las que est¨¢n censados. A ello podr¨ªa a?adirse la existencia de antecedentes de supuesta utilizaci¨®n fraudulenta por parte del PP del censo de inmigrantes: un tribunal investiga en Formentera la supuesta compra de votos de residentes en el extranjero.
Actualmente hay 269.000 gallegos con derecho a voto residentes en el extranjero; es decir, casi el 15% del censo total. En 1993 apenas superaban los 100.000, lo que significa que ha habido inter¨¦s en actualizar el registro correspondiente. Tal vez demasiado inter¨¦s. Era estad¨ªsticamente imposible que en Buenos Aires hubiera m¨¢s gallegos centenarios que en toda Galicia. El censo de La Habana o Montevideo registra igualmente un ¨ªndice de longevidad extravagante. La ¨²nica explicaci¨®n racional era que numerosas personas fallecidas segu¨ªan figurando en el censo.
La prueba de que la denuncia ten¨ªa fundamento es que ayer mismo el Consulado General de Buenos Aires redujo la lista de gallegos centenarios residentes en esa ciudad, de 473, a s¨®lo 18. Los dem¨¢s, como cab¨ªa suponer, hab¨ªan fallecido.
El segundo problema es la falta de garant¨ªas del voto por correo. Desde la reforma de la Ley Electoral, en 1995, todas las personas inscritas en el censo de residentes ausentes reciben, lo soliciten o no, la documentaci¨®n y papeletas para votar. Pero en las oficinas postales de los pa¨ªses de residencia no se pide -pues no dependen de la Administraci¨®n espa?ola- la acreditaci¨®n de identidad de quien env¨ªa su voto por correo. En teor¨ªa, cualquier otra persona podr¨ªa votar utilizando la documentaci¨®n enviada de oficio a esos residentes (incluidos los fallecidos no dados de baja). El riesgo mayor de manipulaci¨®n reside en los env¨ªos colectivos. Y el antecedente de Baleares indica las posibilidades de decidir una elecci¨®n utilizando la opacidad del voto por correo de residentes en el extranjero.
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