El sue?o de una ma?ana de mayo

Eduardo Zaplana se quit¨® la chistera el ¨²ltimo s¨¢bado de mayo en un acto de partido y extrajo una propuesta revolucionaria y muy poco meditada para solucionar la precariedad laboral en el seno de la Administraci¨®n auton¨®mica. La iniciativa provoc¨® revuelo y gener¨® inmediatas expectativas entre los cerca de 30.000 empleados p¨²blicos que no tienen garantizado su puesto de trabajo. A lo largo de toda la semana, el equipo del presidente de la Generalitat ha reunido a los responsables de personal de las ¨¢reas de Educaci¨®n, Sanidad y Administraci¨®n P¨²blica, y a representantes sindicales y portavoces de las asociaciones de interinos para intentar trasladar al papel el sue?o de una ma?ana de mayo. Pero apenas han logrado tropezar con la cruda realidad: la iniciativa es legalmente inviable si no se modifican previamente normas de rango estatal; los funcionarios de carrera se han movilizado ante lo que consideran un atentado contra su leg¨ªtimo derecho a la promoci¨®n profesional; y los proleg¨®menos del posible pacto s¨®lo han generado recelos entre los representantes laborales de los distintos sindicatos. Adem¨¢s, nadie parece haberse preocupado de calibrar la repercusi¨®n econ¨®mica que tendr¨ªa la incorporaci¨®n a la plantilla fija de la Administraci¨®n auton¨®mica de semejante n¨²mero de empleados sobre las mermadas arcas de la Generalitat. Ante el c¨²mulo de inconvenientes, Zaplana ha evitado enfangarse y ha optado por trasladar a Carlos Gonz¨¢lez Cepeda, consejero de Administraci¨®n P¨²blica, la presentaci¨®n formal de la iniciativa del Consell ante el pleno de las Cortes esta semana.

Zaplana ha optado por trasladar a Gonz¨¢lez Cepeda la presentaci¨®n de la iniciativa

Cuando Zaplana lleg¨® a la Generalitat, en julio de 1995, los populares afrontaron con muchas suspicacias el pesado aparato de la Administraci¨®n auton¨®mica construido bajo mandato socialista. A lo largo de toda la primera legislatura, sin prisa pero sin pausa y, sobre todo, sin concursos, el Consell abus¨® de la provisi¨®n de plazas a trav¨¦s de la denominada comisi¨®n de servicios. Para acceder a un puesto en comisi¨®n de servicios s¨®lo se requiere acreditar la titulaci¨®n adecuada y gozar del favor del responsable pol¨ªtico de la designaci¨®n. M¨¢s a¨²n, los responsables de Administraci¨®n P¨²blica intentaron convertir la provisi¨®n de plazas en comisi¨®n de servicio en una v¨ªa de acceso directo a la funci¨®n p¨²blica o, al menos, traducir los a?os de servicio en un m¨¦rito computable en futuras ofertas de empleo p¨²blico. Pero los tribunales han frenado ambas posibilidades.

Las necesidades de dotar las suplencias en las ¨¢reas de Educaci¨®n y Sanidad obligan a mantener un cierto porcentaje de personal interino. Pero la ausencia de convocatorias de empleo ha disparado el volumen del personal que trabaja para la Administraci¨®n en condiciones precarias. Las primeras ofertas de empleo p¨²blico de entidad convocadas por la Generalitat desde 1995 fueron pactadas a finales de 1998, pero las pruebas apenas han empezado a hacerse efectivas este a?o.

Las protestas del personal interino al servicio de la Generalitat son recurrentes y llegaron a ser violentas en otros tiempos. Pero las movilizaciones no han sido especialmente significativas en los ¨²ltimos meses, seg¨²n coinciden en se?alar varios representantes sindicales que expresan su sorpresa ante la espectacular iniciativa del presidente de la Generalitat mientras maniobran para ganar el favor de un n¨²mero importante de trabajadores a los tradicionalmente han negado su apoyo, con la ¨²nica excepci¨®n del STEPV.

Pero la propuesta s¨ª ha levantado ampollas entre los funcionarios de carrera, que exigen resolver concursos de traslados y fomentar sus posibilidades de ascenso profesional antes de abrir la puerta de la Administraci¨®n a muchos empleados p¨²blicos que nunca han superado un concurso de m¨¦ritos.

El debate entre los responsables de recursos humanos de las distintas ¨¢reas tambi¨¦n ha puesto de relieve la inexperiencia de ciertos directores generales para afrontar un reto de envergadura que exige hilar muy fino en materia jur¨ªdica, puesto que el recurso individual de cualquier ciudadano puede dinamitar cualquier pacto para resolver la situaci¨®n sin una base legal adecuada.

Gonz¨¢lez Cepeda est¨¢ abocado a introducir en la futura ley de funci¨®n p¨²blica de la Generalitat alg¨²n resquicio si pretende primar el acceso de los interinos en la Administraci¨®n general. Un real decreto de 1999 permite al Consell cierta flexibilidad en el ¨¢rea de Sanidad. Pero los problemas legales son decisivos en Educaci¨®n. En todos los casos, adem¨¢s, superar una oposici¨®n sequir¨¢ siendo requisito imprescindible.

Zaplana tiene una ocasi¨®n de oro para mostrar su capacidad de influencia sobre el Gobierno de Madrid, que tambi¨¦n aire¨® el ¨²ltimo s¨¢bado de mayo, puesto que su propuesta s¨®lo ser¨ªa viable si se modificaran ciertas leyes de rango estatal.

La oposici¨®n teme que el presidente s¨®lo persiga hacer ruido para paralizar todos los concursos y mantener a muchos allegados en los puestos que ocupan por designaci¨®n pol¨ªtica. Pero defraudar las expectativas de los cerca de 30.000 empleados p¨²blicos que sirven en precario puede derivar en una rebeli¨®n. El feliz sue?o de una ma?ana de mayo podr¨ªa derivar entonces en una aut¨¦ntica pesadilla.