Pagar por no morir
No s¨¦ si Mart¨ªnez es culpable o inocente: hay dos veredictos distintos, y no tengo obligaci¨®n de creer en uno de ellos. Pero pienso que todo el mundo es inocente al pie del cadalso. En este caso se reuni¨® dinero para conseguir su inocencia: noventa millones para un buen abogado. Me satisface mucho, y acepto que haya sido una causa nacional inspirada por la negaci¨®n a la pena de muerte. Es importante que un pa¨ªs que sufre graves cr¨ªmenes tenga un pensamiento b¨¢sico contra la pena de muerte. Las ejecuciones de ETA, dictadas por tribunales secretos, han influido en este rechazo: pena de muerte, ni para ellos. Ni para los traficantes de drogas ni los asesinos de mujeres, por citar los tres delitos m¨¢s odiados por la opini¨®n. No es que no los haya peores, o iguales: es que las v¨ªctimas tienen m¨¢s fuerza, m¨¢s organizaci¨®n, son m¨¢s comprendidas por nosotros.
Hay mucho delito absuelto, mucho delito legal. Las im¨¢genes de los nigerianos expulsados son las de v¨ªctimas de un delito legal. En los medios se dice que es un 'mot¨ªn'. No creo: un mot¨ªn es un movimiento de masas, y este grupito no es una masa: el mot¨ªn es contra la autoridad constituida, y lo que hicieron fue tratar de librarse de la tal autoridad (dos consiguieron huir: deseo que no los encuentren). Lo que hac¨ªan era desesperarse, inspirar compasi¨®n, lesionarse a s¨ª mismos. Supongo que 'mot¨ªn' no se les ocurre a todos los periodistas ni a los tituladores: viene de donde sale la informaci¨®n, que es el ministerio que expulsa. Las noticias (aparte de las que los periodistas consiguen por s¨ª mismos) llegan en notas ('el Gobierno informa') o en teletipos o correos electr¨®nicos; y de la agencia gubernamental. Suscitan la investigaci¨®n. Pero algunas palabras deliberadas permanecen: por descuido o comodidad. Las palabras de Rajoy me bastan para mi juicio: 'Seguiremos haci¨¦ndolo'.
Joaqu¨ªn Jos¨¦: creo que, aunque fuera culpable, los cinco a?os de tortura, especialmente los ¨²ltimos, insufribles, ser¨ªan bastante castigo. Insisto en que la vida tiene un precio muy caro. No me extra?a en el pa¨ªs del capitalismo extremista (en los otros, ni pagando). Cu¨¢ntos habr¨¢n muerto sin reunir el precio. Los negros, los chicanos, los deficientes: cualquiera que haya ardido, asfixiado o envenenado por no reunir los cien millones. O m¨¢s.
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