Maragall pierde
M¨¢s all¨¢ de la pol¨¦mica acerca del porqu¨¦, del origen y las intenciones de una encuesta ampliamente debatida desde ¨®pticas plurales, est¨¢ la objetivaci¨®n y el an¨¢lisis de los contenidos que la sostienen. Desde este ejercicio, despu¨¦s de una lectura atenta del ¨²ltimo trabajo del CIS, se pueden extraer un conjunto de consideraciones que operen en claves tanto de relatividad como de constataci¨®n.
El universo de consultados elegido responde a un conjunto que, mayoritariamente, confiesa tener el castellano como idioma materno, se siente tan catal¨¢n como espa?ol, se sit¨²a en un centro pol¨ªtico amplio y considera positivo el avance auton¨®mico, e incluso no ver¨ªa mal profundizar en el autogobierno sin que esto comportara una aventura independentista.
'Por un lado gana CiU, la herramienta, y por el otro, en clave de persona futuro, s¨®lo cuando Pujol ha anunciado que no se presenta, se elige a Maragall'
As¨ª, en un primer orden de cosas, se observa que, a pesar de todos los t¨®picos acerca del desgaste que producen los muchos a?os de gobierno, Converg¨¨ncia i Uni¨® (CiU) contin¨²a conformando el referente de confianza de la mayor¨ªa, incluso en clave de futuro.
Si se elude la inevitable personalizaci¨®n de las opciones pol¨ªticas -es necesario no olvidar que, a pesar de la propensi¨®n a hablar de l¨ªderes, a la hora de la verdad los ciudadanos votan a partidos y coaliciones-, CiU, a pesar de algunos discursos m¨¢s medi¨¢ticos que reales, sigue siendo la herramienta preferida para garantizar el bienestar, la estabilidad y el grado de autogobierno que desea la mayor¨ªa social.
Y es que el inter¨¦s en enfocar les pr¨®ximas elecciones como un duelo Mas-Maragall s¨®lo puede dar respuesta a la necesidad del segundo de concederse, hoy por hoy, una cierta ventaja.
Pero la realidad es otra: el futuro pol¨ªtico de Catalu?a, la Catalu?a posterior a Pujol, forzosamente deber¨¢ ser tambi¨¦n la Catalu?a posterior a Maragall.
El liderazgo del futuro es mucho m¨¢s el de un equipo que un liderazgo personalista. La f¨®rmula se acercar¨ªa mucho m¨¢s a la ecuaci¨®n l¨ªder-equipo-proyecto que a la de l¨ªder carism¨¢tico, que la propia trayectoria y personalidad hist¨®rica de Pujol hacen irrepetible y que deja a Maragall totalmente fuera de juego y anclado en el pasado (?de los Juegos Ol¨ªmpicos pronto har¨¢ 10 a?os!).
?sta es una constataci¨®n que en cierto modo tambi¨¦n refleja la encuesta del CIS: por un lado gana CiU, la herramienta, y por el otro, en clave de persona-futuro, s¨®lo cuando Pujol -a¨²n m¨¢s valorado- ha anunciado que no se presenta, se elige a Maragall. Una aparente contradicci¨®n que s¨®lo se explica por la decisi¨®n del presidente. Pero la herramienta, CiU, con un nuevo l¨ªder, un equipo solvente y un proyecto renovado, puede seguir teniendo la clave del futuro.
En otro orden de cosas, pero dentro del mismo episodio, si observo las ¨²ltimas intervenciones p¨²blicas de Maragall, puedo constatar que las l¨ªneas maestras de su discurso se alejan diametralmente del sentido y las voluntades mayoritarias que se desprenden de la consulta a la que me he estado refiriendo.
Cuando la gente de este pa¨ªs se inclina claramente por un futuro sin sorpresas, por la tranquilidad, la estabilidad, por la responsabilidad de sus pol¨ªticos, un Maragall m¨¢s antitodo que pronada criminaliza a CiU por el apoyo que recibe en Catalu?a del PP, utiliza la inmigraci¨®n como arma pol¨ªtica e incluso, revestido de un supuesto
republicanismo, estrena un nuevo anti para encontrar malas intenciones en los discursos del Rey.
Todo esto lo dice el Maragall que hace pocas semanas viajaba al Pa¨ªs Vasco para apoyar a sus socios de un PSE comprometido preelectoralmente y poselectoralmente con el PP. El mismo Maragall que, dando a entender que ignora la falta absoluta de competencias reguladoras de la Generalitat en materia de inmigraci¨®n, en el conflicto de las iglesias dijo que si el presidente Pujol no iba a hablar con los encerrados, ir¨ªa ¨¦l, ignorando tambi¨¦n los consejos de un socialista europeo de reconocida solvencia en materia de inmigraci¨®n, Sami Nair, que no se cansa de decirnos que no hagamos de la inmigraci¨®n un nuevo frente de confrontaci¨®n pol¨ªtica. El mismo Maragall que deja azorados y cautivados a sus propios compa?eros del PSOE con un discurso revisionista de la Constituci¨®n y con aquello del federalismo asim¨¦trico que, en la intimidad, confiesan que no entienden ni ellos.
?D¨®nde est¨¢ el mensaje tranquilo, constructivo y sobre todo responsable que la gente pide a cualquier futuro gobernante?
Tal vez el equipo y el proyecto est¨¢n tan a la sombra que ni se ven, y como dec¨ªa hace unos d¨ªas Xavier Trias, a Maragall nunca le comprar¨ªa un coche de segunda mano porque quiz¨¢ me lo vender¨ªa sin motor.
A¨²n queda bastante tiempo para las pr¨®ximas elecciones al Parlament -en pol¨ªtica, dos a?os y pico es mucho tiempo-, pero hoy por hoy, m¨¢s all¨¢ de las extrapolaciones electorales de una encuesta y de las lecturas m¨¢s o menos oblicuas que pueda hacer cada cual, Maragall pierde.
Albert Carn¨¦ i Hern¨¢ndez es jefe del gabinete del Departamento de Econom¨ªa y Finanzas.
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