El reloj como complemento
Tiene 150 tiendas en Espa?a y el deseo de llegar a Estados Unidos
Valent¨ªn Ramos, que actualmente tiene 54 a?os, decidi¨® en 1968 abrir una gran superficie comercial en su pueblo, Niebla (Huelva): un edificio de cinco plantas, con todo tipo de productos, en una poblaci¨®n de 5.000 habitantes. Hubo vecinos que pensaron que Valent¨ªn se hab¨ªa vuelto loco. Pero el joven empresario, de tan s¨®lo 21 a?os, ten¨ªa miras m¨¢s ambiciosas: abastecer con sus productos a toda la comarca del Condado onubense. As¨ª ocurri¨®. En ese tiempo no exist¨ªan a¨²n las grandes superficies comerciales de la actualidad. Valent¨ªn Ramos se adelant¨®, pues, a su tiempo.
Hombre emprendedor y viajero, a?os despu¨¦s Valent¨ªn Ramos entr¨® en contacto con los directivos de una firma de bol¨ªgrafos alemanes, Goldrin, y los empez¨® a distribuir por toda Espa?a. En el estuche a?adi¨® un reloj de dise?o propio. Y observ¨® que los relojes se vend¨ªan m¨¢s que los bol¨ªgrafos.
As¨ª naci¨®, desde un rinc¨®n de la provincia onubense, Niebla, la cadena de relojes de Valent¨ªn Ramos, que actualmente cuenta con 150 tiendas en Espa?a, 12 en Portugal, cuatro en Francia, una facturaci¨®n de 3.500 millones de pesetas anuales y proyectos en firme de expandirse en breve por Grecia, Venezuela, Rep¨²blica Dominicana, hasta llegar a Estados Unidos.
La provincia espa?ola en la que mayor n¨²mero de establecimientos de Valent¨ªn Ramos hay es Madrid, con 16. Huelva, por ejemplo, tiene dos. El volumen de tiendas va siempre en funci¨®n del n¨²mero de habitantes de cada provincia, seg¨²n Daniel Ramos, de 24 a?os, hijo de Valent¨ªn y director gerente de la empresa. Todav¨ªa resulta posible ampliar el n¨²mero de establecimientos en Espa?a, porque hay ciudades a las que Valent¨ªn Ramos no ha llegado, como Granada o Guadalajara.
Valent¨ªn Ramos pretende que sus tiendas se asemejen en lo posible a 'un supermercado del reloj'. Los relojes, cuyos precios oscilan entre 3.000 y 5.500 pesetas, se exhiben en estanter¨ªas, en estuches atractivos, para que todo cliente que lo desee pueda prob¨¢rselos, todos los que quiera y cuantas veces desee, sin que sea necesaria la intervenci¨®n del dependiente. En cada establecimiento suele haber una variedad de 300 relojes.
'Nuestro producto estrella, sin duda, es el reloj. De todo tipo: de pared, de pulsera, despertadores... Estamos tambi¨¦n introduciendo una l¨ªnea de perfumes: agua de madera de pino, agua de menta, agua de madera de eucalipto... Y una l¨ªnea de marroquiner¨ªa, con cinturones. Adem¨¢s de los tradicionales bol¨ªgrafos', explica Daniel Ramos.
Son establecimientos con productos especialmente concebidos para regalos, que visita una clientela mayoritariamente femenina. 'Las mujeres regalan m¨¢s que los hombres. Compran para sus compa?eros, para su padre, para sus amigos. Son generosas', indica Daniel Ramos. Adem¨¢s, acude a estos establecimientos un p¨²blico joven, en edad o en esp¨ªritu. 'Se trata de personas que, independientemente de la edad que marque su Documento Nacional de Identidad, se sienten j¨®venes y les gusta ir a la moda: los que est¨¢n atentos a los complementos que llevan cada d¨ªa y no s¨®lo a la ropa', se?ala el director gerente de la empresa.
Y es que Valent¨ªn Ramos concibe sus relojes como complementos. 'El concepto que se est¨¢ creando es el de reloj como complemento, no el de decir 'voy a comprarme un reloj que me dure 20 a?os', como ocurr¨ªa antes. Ahora existe un concepto moderno. Se piensa: 'si llevo una camisa roja, pues llevo un reloj rojo; si voy a la playa, me pongo un reloj sumergible'. En definitiva, el reloj como cualquier otra prenda de vestir', afirma.
?La clave del ¨¦xito de un empresario? Para Daniel Ramos est¨¢ claro: el trabajo cultivado sin descanso. 'Nadie se hace rico o llega a un volumen X de negocios sin hacer nada. Ha de trabajar y moverse. Y las telecomunicaciones han ayudado much¨ªsimo, sobre todo Internet', explica.
Adem¨¢s, Daniel Ramos considera que sus establecimientos responden actualmente a un concepto ¨²nico de negocio. 'Cuando llegue la competencia, que vendr¨¢, sobrevivir¨¢ el m¨¢s fuerte, no el que primero estuvo. Pero nosotros hemos dado la vuelta al concepto tradicional de reloj, que antes era un producto de lujo, expuesto en las vitrinas de las joyer¨ªas y a precios alt¨ªsimos. Ahora los relojes est¨¢n al alcance de todos', concluye Daniel Ramos.
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