Submarinos bajo sospecha
El Parlamento chileno y el PSOE investigan el destino del pago de 546 millones a una intermediaria
La motivaci¨®n real del pago en 1998 de 546 millones de pesetas por la empresa p¨²blica Baz¨¢n a una intermediaria para vender dos submarinos a Chile emerge un metro cada d¨ªa. ?Los 546 millones eran una comisi¨®n sobre el precio de venta de los submarinos o respond¨ªan al coste real de los servicios prestados? La intermediaria, Seapoint Enterprises, despeja el enigma: 'A cambio de sus servicios, Seapoint recibi¨® una comisi¨®n econ¨®mica'. Lo asegura Matthew Robbins, directivo de Mourant and Co., trust radicado en las islas Jersey que se dice administrador de Seapoint.
Izar Construcciones Navales, la antigua Baz¨¢n, niega que el pago fuera una comisi¨®n. Que tal abono encerrara una comisi¨®n lo sugiri¨® d¨ªas atr¨¢s Josep Piqu¨¦, ministro de Exteriores y responsable indirecto de Baz¨¢n en la fecha de la venta como titular de Industria. Piqu¨¦ afirm¨®, tras conocerse el pago por un informe del Tribunal de Cuentas, que no deber¨ªa extra?ar que en una venta de tal envergadura (60.000 millones pag¨® Chile) se abonase alguna comisi¨®n.
Segundo misterio: ?Qu¨¦ servicio prest¨® Seapoint a cambio de los 546 millones? Ni siquiera los responsables de Izar se ponen de acuerdo sobre su cometido. Mientras Emilio Jim¨¦nez, director corporativo de Izar, defiende que se contrat¨® a Seapoint para 'sondear la voluntad real de los chilenos de comprar los submarinos', un portavoz de esta empresa p¨²blica asegur¨® que la consultora tuvo como tarea neutralizar 'una feroz campa?a de prensa chilena', auspiciada por empresarios alemanes tras perder el concurso. Pero cuando se contrat¨® a Seapoint, Baz¨¢n ya conoc¨ªa 'la voluntad real' de compra de los chilenos: les hab¨ªan otorgado seis meses antes el contrato de construcci¨®n de los submarinos. De la 'feroz campa?a de prensa', Izar aporta s¨®lo dos ejemplos: las cr¨ªticas a los submarinos espa?oles de un experto llamado Daniel Prieto y las del vicealmirante chileno Juan Mackay. El ramillete de cr¨ªticas period¨ªsticas aportadas por Izar como prueba de la campa?a que debi¨® neutralizar Seapoint ofrece otras dudas. Todas ellas se produjeron entre noviembre de 1997 y enero de 1998, es decir, en torno a la fecha en que Chile fall¨® el concurso: diciembre de 1997.
No hay ninguna muestra de que tal campa?a siguiera cuando se contrat¨® a Seapoint en mayo de 1998. Seapoint, a trav¨¦s de Mourant and Co., explica as¨ª su misi¨®n: 'En 1998, Seapoint hizo un acuerdo comercial con otras compa?¨ªas por el cual aport¨® servicios de consultor¨ªa especializada relativos al contrato de construcci¨®n de dos submarinos para la Armada chilena. A cambio de tales servicios, Seapoint recibi¨® una comisi¨®n econ¨®mica. Seapoint retuvo e invirti¨® tal comisi¨®n en otros leg¨ªtimos negocios. No ser¨ªa correcto para Seapoint revelar m¨¢s detalles. Mourant, como administrador de Seapoint, mantiene detallada documentaci¨®n de las actividades de esta compa?¨ªa y se muestra convencida de que no hubo ninguna irregularidad en la conducta de Seapoint'.
Tercer misterio: ?Qui¨¦n es Seapoint? 'Seapoint es un proyecto de consultor¨ªa comercial registrada en las Islas V¨ªrgenes Brit¨¢nicas y administrada en las islas Jersey (por Mourant)', describe esta ¨²ltima. Esto explica por qu¨¦ Seapoint no tiene direcci¨®n, oficina ni tel¨¦fono ni en las islas Jersey ni en las V¨ªrgenes. Las se?as en Jersey facilitadas por Izar corresponden a los de su tuteladora: Mourant. Hasta la fecha no hay un solo dato que indique que Seapoint tuvo algo m¨¢s que una existencia nominal. Izar no aclara qu¨¦ viento le llev¨® a buscar tal consultora en islas del Caribe o del Canal de la Mancha con similar paradisiaco clima fiscal.
Investigaci¨®n chilena
Este caso ha provocado un desfile de mandos castrenses en Chile ante la comisi¨®n parlamentaria creada para investigar si el dinero de Seapoint influy¨® en la compra de los submarinos. Uno de los citados es el jefe de la Armada chilena, Jorge Arancibia, incondicional de Pinochet, que ha dimitido para saltar a la arena pol¨ªtica. Curiosamente, s¨®lo la derecha pinochetista rehus¨® apoyar la creaci¨®n de esta comisi¨®n para investigar el destino final de los 546 millones. La posible extradici¨®n de Pinochet a Espa?a produjo el peor escollo a este negocio. En noviembre de 1998, la Armada chilena amenaz¨® con rescindir el contrato si segu¨ªa adelante el proceso. Luego, las aguas se aquietaron. Izar asegura que en la extinci¨®n de tal fuego no intervinieron ni Seapoint ni sus 546 millones, cuyo pago fraccionado se produjo paralelamente al amansamiento de tal conflicto.
En Espa?a, el diputado socialista Jordi Marsal ha pedido el contrato de Baz¨¢n con Seapoint, y la comparecencia urgente en el Congreso del ministro de Hacienda, Crist¨®bal Montoro.
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