La seguridad en serio
Uno de los rasgos que mejor definen el car¨¢cter de las sociedades contempor¨¢neas es la demanda generalizada de seguridad. Enti¨¦ndase ¨¦sta como reducci¨®n a la m¨ªnima expresi¨®n de los riesgos que pudiesen afectar a sus ciudadanos en el disfrute de sus libertades y bienes. Catalu?a no es una excepci¨®n. Un planteamiento ingenuo o demasiado simplista podr¨ªa llevarnos a la conclusi¨®n de que ello se consigue mediante una elevada presencia de polic¨ªas en la calle. Ojal¨¢ fuese tan sencillo. Pero un mayor n¨²mero de polic¨ªas es poca cosa m¨¢s que eso: una proporci¨®n m¨¢s elevada de profesionales de la seguridad por habitante. Numerosas experiencias han demostrado que no existe una correlaci¨®n directa entre la reducci¨®n de la criminalidad y un incremento del personal policial, como tampoco la hay entre el endurecimiento desproporcionado de las penas y la disminuci¨®n de las delitos.
Centr¨¦monos en el caso de Catalu?a. En los ¨²ltimos 15 a?os, las dotaciones policiales en nuestro pa¨ªs no han variado significativamente, aunque se insista en afirmar lo contrario. Sin embargo, los niveles de seguridad han fluctuado hasta llegar a la situaci¨®n actual, mejor que la de hace una d¨¦cada. A pesar de que ¨²ltimamente se percibe un cierto repunte, son los mismos ciudadanos los que, seg¨²n la ¨²ltima edici¨®n de la Encuesta de Seguridad P¨²blica, eval¨²an la sensaci¨®n de seguridad en Catalu?a con una media de 7 en una escala del 0 al 10. Unas pol¨ªticas de seguridad modernas y eficaces requieren un tratamiento multisectorial, horizontal y de implicaci¨®n ciudadana que integre actuaciones en el ¨¢mbito de la educaci¨®n, el empleo, los servicios sociales, la sanidad y la justicia. El alcalde de Barcelona ha declarado hace poco, para justificar el decremento de la plantilla de la Guardia Urbana, que las soluciones pasan por la reforma, por ejemplo, de la Administraci¨®n de justicia de primer nivel y de la tipificaci¨®n penal de la reincidencia. En ello coincido con ¨¦l, siempre y cuando estas medidas se complementen con unas dotaciones policiales adecuadas.
John Stuart Mill escrib¨ªa: 'Los principales elementos que integran una vida satisfecha son dos: la tranquilidad y el est¨ªmulo'. Estimulemos, s¨ª, el debate sobre las acciones m¨¢s eficaces para conseguir la tranquilidad colectiva, pero no confundamos a los ciudadanos con un laberinto de cifras y argumentos efectistas. Nuestra responsabilidad como servidores p¨²blicos es desbrozar el camino. Nos jugamos demasiado.
Xavier Pom¨¦s i Abella es consejero de Interior de la Generalitat de Catalu?a.
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