La rebeld¨ªa creativa
Un sentimiento de verg¨¹enza recorri¨® las venas del Celta el d¨ªa que Mostovoi quiso abandonar el estadio gijon¨¦s de El Molin¨®n en pleno partido hace ya cinco temporadas. Aquel suceso sentenci¨® la carrera del genial ruso, que se sell¨® las puertas de los clubes m¨¢s grandes. Su fama de inadaptado le super¨®. Pero tambi¨¦n ese d¨ªa el Celta hizo un quiebro a su destino con un punto y aparte hacia su progresi¨®n, la que le permite aspirar hoy al primer t¨ªtulo de su historia.
Lo ser¨ªa tambi¨¦n para Mostovoi, un veterano de aspecto infantil y desconfiado, algo hura?o y de actitud veleidosa. Es un jugador grande en un equipo peque?o al que ha ayudado a crecer; el superviviente y s¨ªmbolo de aquel Celta al que se dio en llamar la m¨¢quina o, lo que es lo mismo, f¨²tbol de sal¨®n despojado de galardones, rey sin trono.
Es el propio Mostovoi quien sostiene que el gesto ante el Sporting transform¨® al Celta. 'El club era un desastre: un campo sin c¨¦sped, el agua caliente no funcionaba, no ten¨ªamos medias... Ahora es otra cosa', reflexiona. De su importancia en la transici¨®n habla con claridad el hecho de que Berges y ¨¦l son los ¨²nicos de la actual plantilla que soportaron aquel sonrojo. Otros, como Mazinho, S¨¢nchez, Revivo, Penev o Makelele, dijeron adi¨®s.
El Benfica pudo ser el gran conjunto que encumbrara a Mostovoi, pero, seg¨²n su teor¨ªa, le persigue la mala suerte: su llegada a ¨¦l coincidi¨® con el inicio de su declive. Le esperaba el Estrasburgo, con el que perdi¨® dos Copas de Francia. Y luego, el Celta. 'O Vigo o nada', le dijo su presidente. Y Mostovoi mir¨® la clasificaci¨®n espa?ola, vio al cuadro de Bala¨ªdos en el d¨¦cimo puesto y pens¨® que, al fin y al cabo, no estaba tan mal.
Nuevo error estrat¨¦gico. Se encontr¨® en un equipo 'a medio camino entre Primera y Segunda y en el que la mentalidad consist¨ªa en evitar el descenso'. 'Pens¨¦ en muchas cosas... hasta que un d¨ªa me explot¨® la cabeza en medio de un encuentro', explica sin arrepentimiento. Cuatro a?os despu¨¦s, esta noche, levantar la Copa es, para ¨¦l, una cuesti¨®n de justicia: 'Llevamos tantos a?os jugando a gran nivel, siempre tan cerca de conseguir algo y siempre cayendo por tan poco...'.
Criado en el hockey sobre el hielo de San Petesburgo, el capit¨¢n c¨¦ltico aprendi¨® a dominar la pelota con el stick y la pastilla. Muchos atribuyen a su experiencia sobre la pista su capacidad para adelantarse a la jugada en un simple pesta?eo. S¨®lo con eso, con su f¨²tbol sin un gramo de demagogia, cambi¨® los chillidos que durante un tiempo le acompa?aron por el estribillo de una canci¨®n de Bob Marley transformada en su nombre y coreada por 30.000 gargantas en Vigo.
'No podemos irnos de Sevilla con las manos vac¨ªas', se repite mientras piensa que el Celta m¨¢s brillante no es el de hoy, sino el que comparti¨® con Mazinho en el primer a?o de V¨ªctor Fern¨¢ndez como entrenador: 'Dimos ba?os a todos'. Esta noche se conforma con la victoria aunque sea seca.
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