Crisis en el Ulster
El proceso de paz en Irlanda del Norte sufri¨® ayer un serio rev¨¦s con la dimisi¨®n del primer ministro norirland¨¦s, el unionista moderado David Trimble, tras haber anunciado que tomar¨ªa esta decisi¨®n si el IRA no comenzaba a destruir sus arsenales. A pesar de ello, el proceso de paz seguir¨¢. Porque, verdaderamente, hoy por hoy no hay alternativa. Lo que ha llegado a su fin es la ambig¨¹edad: el IRA tiene que empezar a desarmarse; ya no basta con ense?ar sus dep¨®sitos de armas a observadores extranjeros. Parad¨®jicamente, le puede resultar m¨¢s f¨¢cil hacerlo sin Trimble.
La situaci¨®n pol¨ªtica se ha complicado. Las elecciones generales brit¨¢nicas han segado la hierba bajo los pies de Trimble, al ganarle la mano el partido de Ian Paisley, el extremista Partido Dem¨®crata Unionista, en principio opuesto al acuerdo de Stormont de 1998 pero que participa en sus instituciones. En la parte cat¨®lica y republicana, el gran triunfador ha sido el Sinn Fein, el brazo pol¨ªtico del IRA. Es decir, que han ganado los extremos.
Seg¨²n los acuerdos institucionales, el Ejecutivo norirland¨¦s puede vivir descabezado seis semanas m¨¢s, es decir, hasta el 12 de agosto. Quiz¨¢s le resulte m¨¢s f¨¢cil al IRA comenzar a destruir las armas en este tiempo, sin presi¨®n aparente, que bajo la amenaza de dimisi¨®n de Trimble. ?ste deja un hueco real, y hay que reconocerle su aportaci¨®n esencial al acuerdo de Stormont, en contra de una opini¨®n protestante reticente, lo que le vali¨® compartir el Premio Nobel de la Paz con el cat¨®lico moderado John Hume. Es tranquilizador, en todo caso, que le haya sustituido Reg Empey, uno de sus lugartenientes partidarios del acuerdo.
La salida m¨¢s razonable para volver a encarrilar el proceso, aunque sin garant¨ªas, ser¨ªa convocar nuevas elecciones en el Ulster cuando se haya restablecido la serenidad y si el IRA toma medidas que realmente contribuyan a generar un clima de confianza. La tensi¨®n entre cat¨®licos y protestantes vuelve a dispararse, especialmente en las zonas m¨¢s pobres. El inicio de la estaci¨®n de las absurdas y desafiantes marchas protestantes orangistas echar¨¢ aceite al fuego.
?ste no es el mejor ambiente para que el IRA, que tambi¨¦n se suele presentar como defensor armado de los cat¨®licos, comience su desarme. Sin embargo, no ha habido un momento mejor. ?Lo entender¨¢n los dirigentes del grupo terrorista? Al menos se mantiene la tregua y no hay signos de que el IRA vaya a romperla. ?se s¨ª ser¨ªa el final del proceso de paz.
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