Grandes ¨¦xitos

Perro viejo en el rock bussiness, a sus 52 a?os, Mark Knopfler debe tener muy claro que la ¨²nica manera de no perder el sitio es apelar al pasado exitoso de una carrera que ronda ya el cuarto de siglo. A esta tarea se empe?a el brit¨¢nico en su ¨²ltima gira, empa?ando los efectos de su ¨²ltimo disco, Sailing to Philadelphia, mediante la rendici¨®n a la nostalgia de lo que fueron Dire Straits.

La plaza registr¨® un lleno enorme para disfrutar de un espect¨¢culo veraniego y de pocas exigencias. Poca cantidad de sonido, luces no muy all¨¢ y una escenograf¨ªa impersonal fue lo escogido por el compositor, guitarrista y cantante, que sali¨® casi con un disco de Grandes exitos a modo de lista de repertorio. La primera andanada contuvo Calling Elvis, Walk of life, Romeo & Juliet y Sultans of swing, para delirio de un respetable que se encend¨ªa con cada demostraci¨®n. Knopfler parec¨ªa un tanto desganado. ?l y su banda pon¨ªan las notas pero el alma parec¨ªa de vacaciones.

En el tramo final se gan¨® intensidad con Telegraph Rd., pero la parte m¨¢s lucida qued¨® reservada a los bises, en los que, yendo a lo seguro, Knopfler atac¨® con Brothers in arms, Money for nothing, So far away y el tema del filme Local hero. El concierto acab¨® con el p¨²blico rendido. Knopfler hizo su trabajo de una manera correcta, al tiempo que daba otra lecci¨®n de lo f¨¢cil y agradecido que es en el rock vivir de las rentas.