Los cad¨¢veres del Danubio que se?alan a Milosevic
Varios testigos acusan al ex presidente de ordenar las fosas comunes de albanokosovares asesinados
El Danubio jug¨® una mala pasada al ex presidente de Yugoslavia Slobodan Milosevic el d¨ªa en que se neg¨® a tragar un cami¨®n cargado de cad¨¢veres de albanokosovares asesinados durante los bombardeos de la OTAN. El caso del cami¨®n frigor¨ªfico lleno de cad¨¢veres, que el Danubio devolvi¨® a la superficie en abril de 1999, en plena guerra, desencaden¨® una operaci¨®n secreta de la polic¨ªa del r¨¦gimen de Milosevic para hacerlos desaparecer en fosas comunes. Dos a?os despu¨¦s, algunos de los que participaron en el sucio trabajo han hablado.
Las nuevas autoridades democr¨¢ticas de Serbia han seguido las pistas y han encontrado varias fosas comunes, en las que se calcula que pueden haber desaparecido hasta un millar de cuerpos de albanokosovares. La pista de los investigadores conduce a la c¨²pula del r¨¦gimen derrocado y apunta al mismo Milosevic como la persona que dio la orden de hacer desaparecer los cad¨¢veres para borrar huellas que pudieran servir para inculparle ante el Tribunal Penal Internacional de La Haya (TPIY), donde ayer compareci¨® por primera vez.
Las nuevas autoridades de Serbia han desenterrado cientos de cuerpos cerca de Belgrado
En su despacho del Ministerio del Interior de Serbia, el inspector de polic¨ªa Dragan Karleusa, encargado de la investigaci¨®n de las tumbas con cad¨¢veres de albaneses trasladados desde Kosovo a Serbia para hacerlos desaparecer, declara: 'Tratamos de establecer la verdad completa sobre lo ocurrido, sin dejar resquicio a la duda. No tenemos motivos para esconder nada'.
Todo empez¨® un d¨ªa de abril de 1999, cuando un cami¨®n apareci¨® flotando en las aguas del Danubio cerca de Kladovo, en la frontera con Rumania, 180 kil¨®metros al sureste de Belgrado. Todo parec¨ªa un accidente de tr¨¢fico, pero los buzos de la polic¨ªa hicieron un hallazgo macabro. El buzo Zivadin Djorjevic lo relat¨®: 'Abr¨ª la puerta y cayeron brazos y vi el cad¨¢ver de una mujer con un ni?o y un viejo a su lado'. El cami¨®n, explica Karleusa, no llevaba placas de identificaci¨®n, pero se comprob¨® que proced¨ªa de la ciudad de Prizren, en Kosovo, y hab¨ªa pertenecido a una empresa productora de carne. A?ade el polic¨ªa: 'Seg¨²n nuestras investigaciones, el presidente Milosevic dio orden al ministro de Polic¨ªa para realizar la operaci¨®n. El ministro de Polic¨ªa de entonces cumpli¨® la orden y encarg¨® a ciertas personas que tuvieron que cumplirla desde el primero al ¨²ltimo'. El ministro del Interior aquellos d¨ªas era Vlajko Stojiljkovic, viejo compinche de Milosevic. Ambos son originarios de la misma ciudad, Pozarevac. Stojiljkovic figura tambi¨¦n en las listas de los buscados por el TPIY como presuntos criminales de guerra.
De Kladovo trasladaron los cuerpos y los enterraron en dos fosas comunes en Batajnica a 20 kil¨®metros de Belgrado, al lado del Danubio, en las proximidades de un campo de entrenamiento de las fuerzas especiales de la polic¨ªa. Relata Karleusa: 'Suponemos que en cuatro o cinco tumbas en Batajnica hay unos 800 cad¨¢veres. En una primera fosa se hallaron 59 cuerpos. Los testigos dicen que ten¨ªan da?os en la cabeza, pero no heridas de bala'. En Petrovo Selo, cerca de donde surgi¨® el cami¨®n en el Danubio, aparecieron dos nuevas fosas comunes con 74 cad¨¢veres que s¨ª ten¨ªan heridas de bala.
Todo parece indicar que se realiz¨® una operaci¨®n de limpieza a gran escala para no dejar huellas comprometedoras de los asesinatos cometidos en Kosovo los d¨ªas de los bombardeos de la OTAN. La revista Vreme public¨® el testimonio de un testigo, un hombre de unos 40 a?os, que esconde su identidad para evitar represalias. Seg¨²n su relato, 'hice recorridos entre Kosovo y Bor (ciudad en el este de Serbia) una docena de veces. Me parec¨ªa extra?o que un cami¨®n tan grande tuviera que ir y volver tantas veces. Mientras en Kosovo se libraban combates y faltaban hombres para la lucha, veh¨ªculos y suministros, yo andaba all¨ª conduciendo un cami¨®n frigor¨ªfico vac¨ªo. Pronto ca¨ª en la cuenta de que algo estaba mal en todo eso'.
A?ade el testigo, que serv¨ªa como reservista: 'Siempre conduc¨ªa desde Kosovo hasta Bor de noche. Entregaba el cami¨®n a un polic¨ªa, a la puerta de la f¨¢brica de fundici¨®n de cobre en Bor. Yo esperaba a la entrada, hasta que me devolv¨ªan el cami¨®n vac¨ªo. Pronto me di cuenta de que trasladaba los cad¨¢veres. No hac¨ªa falta tener mucho cerebro para entenderlo. Estaba claro de d¨®nde llegaban los cuerpos. Lo que no quedaba claro era d¨®nde terminaban despu¨¦s de la descarga. Supuse que los incineraron en los hornos usados para fundir el cobre, pero quiz¨¢s no. Tal vez los enterrraron en alguna parte de la mina. Hay muchos agujeros por all¨ª, muchos lugares donde podr¨ªa hacerse una fosa com¨²n'.
Karleusa explica que los que participaron en la operaci¨®n eran simples polic¨ªas y civiles movilizados por la guerra: 'Mi impresi¨®n de las entrevistas con esa gente es que deseaban poder hablar y quitarse de encima las pesadillas que los acompa?aron durante estos dos a?os y los llevaron en algunos casos a depresiones graves'. Karleusa es un polic¨ªa especializado en criminalidad organizada. A la pregunta de si cree que una mafia gobern¨® Yugoslavia durante el r¨¦gimen de Milosevic, reflexiona un rato y responde con un cita de su ministro Dusan Mihajlovic: 'Cada Estado tiene sus mafias. En Yugoslavia la mafia ten¨ªa un Estado'.
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