Las denuncias contra dictadores de todo el mundo desbordan a la justicia en B¨¦lgica
Demandas contra Sadam Husein y Pinochet, mientras Sharon evita su visita a Bruselas
Las denuncias contra Sharon, contra Husein, el presidente iraqu¨ª, y contra Gbagbo, presidente de Costa de Marfil, han sido presentadas en el ¨²ltimo mes; justo despu¨¦s de que el Tribunal de Justicia de Bruselas condenara por genocidio a cuatro ciudadanos ruandeses (dos religiosas entre ellos). Era la primera vez que el tribunal llevaba hasta el final una ley belga de 1993 que permite juzgar cr¨ªmenes contra la humanidad cometidos en cualquier parte del mundo.
Tras el veredicto ruand¨¦s, y mientras la opini¨®n belga aplaud¨ªa esta suerte de tribunal internacional instituido en Bruselas, el Gobierno alertaba contra la cascada de denuncias que, finalmente, est¨¢ cayendo sobre la justicia belga y que viene a sumarse a denuncias anteriores: contra Pinochet; contra el presidente del Congo ya fallecido Laurent Kabila y su ministro de Exteriores; contra el presidente de Ruanda, Paul Kagame; contra tres ex dirigientes jemeres rojos; contra el ex ministro marroqu¨ª del Interior Driss Basri; contra dirigentes guatemaltecos, y contra el ex jefe de Estado de Chad Hiss¨¨ne Habr¨¦.
Pero la denuncia que m¨¢s incomoda a la diplomacia belga es la presentada contra Ariel Sharon, en manos ya de un juez de instrucci¨®n. Sharon ten¨ªa previsto visitar oficialmente Bruselas el pasado mes. El atentado en una discoteca de Tel Aviv que cost¨® la vida a 17 personas y dej¨® 70 heridos fue una raz¨®n contundente para anular la visita. De paso, Sharon eludi¨® aterrizar en un pa¨ªs cuya justicia puede iniciar en breve su persecuci¨®n.
Ariel Sharon emprende hoy una visita a Europa. Estar¨¢ en Berl¨ªn y Par¨ªs, pero Bruselas no figura en la agenda del viaje. Tanto la Comisi¨®n Europea como el Ministerio belga de Asuntos Exteriores alegan razones de calendario y rechazan cualquier relaci¨®n con la denuncia, pero ayer mismo el rotativo Le Soir aventuraba dicha relaci¨®n y aseguraba que el ministro israel¨ª de Exteriores, Sim¨®n Peres, ha clamado en una reuni¨®n interna que B¨¦lgica 'no tiene el derecho moral de juzgar a Israel'. Su hom¨®logo belga, Louis Michel, se re¨²ne hoy en Berl¨ªn con Sharon y en su departamento aseguran que el Gobierno belga desea la presencia del primer ministro israel¨ª en Bruselas, aun reconociendo que la ley de 1993 y las denuncias (hay dos contra Sharon) ponen a la diplomacia belga en una 'situaci¨®n embarazosa'.
La denuncia presentada a mediados de junio contra Sharon, y que ya est¨¢ en fase de instrucci¨®n, la firman 28 ciudadanos familiares de v¨ªctimas o supervivientes de la matanza de los campos de refugiados de Sabra y Chatila en 1982, donde murieron entre 700 y 3.500 personas a manos de las milicias cristianas libanesas, que actuaron con el visto bueno de Sharon, entonces ministro de Defensa.
La querella contra Sadam Husein la han presentado cinco refugiados kurdos que viven en B¨¦lgica y Holanda. La de Laurent Gbagbo va firmada por 150 personas e incluye a sus ministros de Interior, Boga Doudou, y de Defensa, Lida Kouassi. La asociaci¨®n Prevenci¨®n del Genocidio, fundada por un soci¨®logo belga, est¨¢ detr¨¢s de esta denuncia, que tambi¨¦n tiene asignado juez instructor. Ciudadanos israel¨ªes han anunciado que preparan otra denuncia contra el l¨ªder palestino, Yasir Arafat.
La avalancha y la creaci¨®n de situaciones inc¨®modas para la diplomacia han obligado a B¨¦lgica a replantearse la aplicaci¨®n de una ley pionera que le ha permitido erigirse en defensora internacional de los derechos humanos. Pero en ausencia de un acuerdo global torpedeado por EE UU que permita instituir un Tribunal Penal Internacional, B¨¦lgica no desea quedarse sola en esta batalla, como indica Michel.
Un equipo de expertos presididos por el ministro de Justicia quiere enmendar la norma este mismo a?o para poder 'filtrar' las denuncias. Se baraja consultar al Parlamento en caso de que el denunciado est¨¦ en el poder. Tambi¨¦n, crear un colegio de magistrados que resuelva los asuntos antes de admitirlos a tr¨¢mite.
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