'Jaritos, el comisario de mis libros, es un tipo normal al que le desborda el crimen organizado'
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Petros Markaris es uno de los escritores que han viajado a Gij¨®n. Un trayecto peque?o para quien no ha dejado de desplazarse. De su Turqu¨ªa natal a la Grecia en la que creci¨® y de ah¨ª a Alemania, donde estudi¨®, y as¨ª sucesivamente. Hasta que por fin recal¨® en Atenas, la ciudad en la que vive y en la que trabaja el comisario Kostas Jaritos, el personaje que protagoniza novelas como Noticias de la noche y la recientemente traducida Defensa cerrada, ambas en Ediciones B. Dice Markaris, que habla con entusiasmo, que 'para un escritor de izquierdas es dif¨ªcil dar el salto y escribir novelas policiacas'. Y se explica: 'La gente de izquierdas odiamos a los polic¨ªas, sean como sean, y ponerse a escribir con todo ese odio no es bueno'. Pero ocurri¨® que un buen d¨ªa Jaritos se present¨® delante de Markaris. 'Es un hombre de lo m¨¢s corriente, que gana un mal sueldo, que tiene una familia a la que quiere y a la que tiene que alimentar y un jefe que le impone respeto y al que teme'.
As¨ª que Markaris le abri¨® las puertas de sus libros, y ah¨ª est¨¢: 'Le salva la perseverancia y la voluntad de resolver los asuntos en los que se ve envuelto'. Eso s¨ª, para Markaris, 'el crimen organizado de nuestros d¨ªas es tan complejo que Jaritos siempre va superado, porque es eso lo que les toca ahora a los comisarios, lidiar con organizaciones criminales globalizadas y frente a las cuales poco se puede hacer'. Jaritos hace lo que puede. El mundo puede seguir enfangado, pero el comisario cumple con su deber.
Defensa cerrada se inicia con un terremoto. La Tierra se mueve y aparece un cad¨¢ver. 'Nunca s¨¦ lo que va a pasar cuando empiezo a escribir', dice Markaris. 'S¨®lo necesito una imagen, quiz¨¢ por deformaci¨®n profesional de mi trabajo habitual como guionista. En esta novela, s¨®lo ten¨ªa el terremoto. Luego apareci¨® el cad¨¢ver casi desfigurado. Y cuando Jaritos fue a averiguar de qui¨¦n se trataba, no tuve m¨¢s remedio que acompa?arlo'.
Despu¨¦s todo se complica. Aparece otro muerto, un importante hombre de negocios. Locales nocturnos, clubes de f¨²tbol de tercera, blanqueo de dinero, corrupci¨®n. 'No se meta donde no le llaman', cuenta Markaris que le advierten a Jaritos, y luego comenta que fue tambi¨¦n lo que le dijeron a ¨¦l cuando necesit¨® investigar en los negocios sucios del f¨²tbol para poder escribir la novela de su personaje. Cuatro meses de investigaci¨®n, cuatro de escritura.
Las novelas de Markaris se leen de un tir¨®n. La vida normal de un tipo normal entra en conflicto con las complejas y secretas tramas del crimen organizado. Jaritos se relaja mirando diccionarios. Y trabaja incansable, medio a escondidas de las advertencias de sus jefes, que le han pedido que archive el crimen de mayor vuelo. Atenas es una ciudad ca¨®tica. El mundo, tal vez, es ca¨®tico para todos los mortales. Algunos de ellos siguen creyendo que no tienen m¨¢s remedio que hacer bien su trabajo. Jaritos es uno de ellos; Markaris, otro. Las armas de este ¨²ltimo son las palabras. Ah¨ª est¨¢n sus libros, en los que, despu¨¦s de tirar de un simple hilo, se deja vislumbrar c¨®mo el crimen ha establecido su hogar en el coraz¨®n de las sociedades democr¨¢ticas. Y en el resto del mundo.
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