Javier Tomeo da una nueva vuelta de tuerca en su literatura

'Cuesta admitir que un hombre que se pasa las horas muertas viendo la televisi¨®n no sepa quienes fueron los faraones. Lo m¨¢s probable es que me est¨¦ tomando el pelo, as¨ª que, por si acaso, le explico que fueron una especie de emperadores chinos', le dice Rafael a Ram¨®n en La soledad de los pir¨®manos (Espasa), la ¨²ltima novela de Javier Tomeo. Durante la presentaci¨®n del libro el pasado viernes en Madrid, el escritor y director del espacio televisivo La Mandr¨¢gora, F¨¦lix Romeo, dijo de esos personajes que eran 'dos perdedores totales que no se resignan a perder'. Advirti¨® tambi¨¦n de la presencia permanente de la televisi¨®n en esta ¨²ltima novela del escritor aragon¨¦s, 'uno de los narradores espa?oles m¨¢s personales y originales', coment¨® Romeo. Y subray¨®: 'se ha dicho que Tomeo tiende a repetirse en sus libros, pero eso es radicalmente falso. Cada nuevo t¨ªtulo dinamita al anterior'.

En esta nueva entrega de Javier Tomeo (Quincena, Huesca, 1932) sigue presente el humor, est¨¢ ese estilo que adelgaza cada vez m¨¢s para decir lo m¨¢ximo con lo m¨ªnimo, hay de nuevo situaciones estacionarias que se cargan de absurdo y sinsentido, y se suceden una serie de incendios, que contempla at¨®nita una ni?a pelirroja. Y est¨¢ Barcelona, la ciudad que recorren los dos oficinistas cuarentones, que no se resignan al paso del tiempo y que practican un poco de deporte con la vaga hip¨®tesis de mantenerse en forma.

F¨¦lix Romeo defini¨® la literatura de Tomeo aludiendo a su 'serenidad cargada de p¨®lvora' y llam¨® la atenci¨®n sobre las referencias pol¨ªticas que ha introducido por primera vez en una novela suya y sobre el protagonismo que ha otorgado a Barcelona. La soledad y el ensimismamiento son caracter¨ªsticas habituales de los personajes de Tomeo, y esta nueva novela no es ninguna excepci¨®n.

Novelas interactivas

Tomeo explic¨®, a prop¨®sito de los incendios, que seguramente escribe las novelas 'por pares', ya que el fuego empez¨® a tomar cierta relevancia en su anterior libro y, tambi¨¦n, porque ha advertido, viendo su ya larga obra con cierta distancia, que sus obras se parecen mucho si se toman de dos en dos. En cuanto a la sensaci¨®n que producen sus tramas de que all¨ª no pasa nada, el escritor coment¨® que sus libros 'son interactivos', que proponen finales abiertos y que nunca dan soluciones. 'Eso es cosa de los pol¨ªticos y de otros profesionales, pero no tiene nada que ver con la literatura', sentenci¨®.

Tomeo es, efectivamente, un escritor at¨ªpico en el panorama de la novela espa?ola. La cr¨ªtica le ha encontrado relaciones con Kafka, los surrealistas, Bu?uel o Thomas Bernhard -ese parentesco fue el que resalt¨® Romeo-, entre otros, pero al fin resulta inclasificable. Otro rasgo diferente: los europeos enloquecen con sus obras y las convierten en piezas teatrales, que han tenido adem¨¢s un ¨¦xito indiscutible. El mismo Tomeo es un bicho raro. Sigue escribiendo por placer y lejos del bullicio. Sigue insistiendo que obedece a un ¨²nico principio: la econom¨ªa de lenguaje.