El turismo del futuro
Seg¨²n el empresario Gabriel Escarrer, el respeto al entorno y un crecimiento equilibrado ser¨¢n la clave del ¨¦xito para el turismo del futuro. El turista de los pr¨®ximos a?os, ha dicho Escarrer, ser¨¢ una persona que huya de los espacios limitados, de la masificaci¨®n, del ruido ambiental; alguien que preferir¨¢ alojarse en hoteles integrados en el paisaje y que rechazar¨¢ las grandes construcciones de car¨¢cter uniforme e impersonal. Sin duda, Escarrer conoce a la perfecci¨®n el tema del que habla: no en balde es presidente de una de las cadenas hoteleras m¨¢s importantes del mundo, el Grupo Sol Meli¨¢. ?L¨ªbreme Dios de discutir las opiniones de una persona tan calificada! Aunque, si no discutirlas, s¨ª me atrever¨ªa a matizarlas. Francamente, creo que si el se?or Escarrer hubiera visitado la costa de Alicante antes de formular esos vaticinios y hubiera observado con dedicaci¨®n el turismo que en ella se produce, sus palabras habr¨ªan sido diferentes.
Yo no dudo que en otras latitudes los turistas prefieran espacios dilatados, amables y poco ruidosos para disfrutar sus vacaciones. Sin duda, hay gente a la que le gustan esas cosas y est¨¢ dispuesta a pagar por ellas. Incluso a pagar mucho dinero. Pero, puedo asegurarle al se?or Escarrer que ese no es el viajero que mayormente frecuenta nuestras costas. El forastero que nos visita -y que nos visita con una cierta frecuencia- lo hace precisamente porque aqu¨ª dispondr¨¢ de un espacio limitado, deber¨¢ disputar un lugar en la playa a su vecino y, durante las 24 horas del d¨ªa, vivir¨¢ envuelto en un alboroto considerable. Estos inconvenientes que desalentar¨ªan a otras personas, act¨²an sobre nuestros visitantes a modo de reclamo y les incitan a regresar. Conozco poblaciones de nuestra provincia donde el n¨²mero de turistas no deja de aumentar a?o tras a?o, pese a que carecen de agua potable y no tienen asegurado el suministro el¨¦ctrico.
A las propuestas del se?or Escarrer les veo yo, adem¨¢s, una dificultad para que se impongan. El respeto a la naturaleza es un negocio oneroso y a largo plazo, en el que pocos de nuestros empresarios desear¨ªan invertir, por m¨¢s que p¨²blicamente manifiesten lo contrario. Frente a estas iniciativas imposibles de Escarrer, yo pondr¨ªa como ejemplo la ciudad de Torrevieja, que es una de las poblaciones que mejor definen nuestro modelo de turismo. En los ¨²ltimos a?os, se han construido en esta poblaci¨®n m¨¢s de 70.000 viviendas, destinadas todas ellas a los forasteros. A¨²n se espera edificar otras 40.000. El gran ¨¦xito de Torrevieja no es, sin embargo, haber satisfecho la demanda de numerosas personas que deseaban poseer una vivienda de vacaciones en la poblaci¨®n, sino la creaci¨®n de un sistema que permite la construcci¨®n indefinida. Y eso es tanto como decir la riqueza indefinida. El procedimiento -muy sencillo- consiste en emplear una construcci¨®n de baja calidad que, en unos cuantos a?os, provoca el deterioro del edificio. Llegados a este punto, se derriba lo obrado y sobre el solar -una vez modificadas oportunamente las ordenanzas municipales- se construye ahora en altura. Como la demanda de pisos no cesa, en Torrevieja, todos se benefician con esta operaci¨®n: propietarios, constructores, ayuntamiento y quienes desean adquirir una nueva vivienda. ?Creen que frente a este sistema, las sugerencias de Gabriel Escarrer tendr¨¢n alg¨²n efecto?
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