Gabriela Bustelo inventa un mundo futuro gobernado por mujeres
La novelista ironiza en 'Planeta hembra' sobre la guerra de sexos
Bustelo tiene miedo de que una lectura elemental o trivial de su libro haga creer a la gente que ella, la mujer que lo ha escrito (su inventiva locoide y graciosa descarta cualquier posibilidad de plagio), sea machista, hom¨®foba o mis¨®gina. 'Soy feminista desde siempre, pero ahora me veo m¨¢s como una posfeminista o una neofeminista, pero lo que no soy en absoluto es una fundamentalista', aclara para empezar. 'Y lo ¨²nico que he intentado es dar un giro radical a mi escritura', agrega. 'S¨®lo quer¨ªa escribir una novela provocadora y pol¨ªticamente muy incorrecta, porque me parece que es el momento de empezar a revisar esas viejas actitudes feministas (o femeninas) que se derivan de las posturas de los a?os setenta'.
Para ello, Bustelo imagina un mundo en guerra de sexos, donde el racismo es el sexismo, y en el que las mujeres han alcanzado finalmente el poder. Lo han hecho, adem¨¢s, de un modo absoluto, postergando a los hombres y los heterosexuales a puestos de lacayos, cuando no a la clandestinidad o el terrorismo.
La novela, llena de bromas, gui?os y giros de lenguaje e intenci¨®n futurista (la droga de moda se llama Virtux, y permite vivir virtualmente la fantas¨ªa que una piense antes de ingerirla), nos muestra el centro del poder mundial, la sede del Partido de las Hembras en Nueva York. Desde all¨ª, las mujeres m¨¢s poderosas del planeta gobiernan, controlan, educan y censuran por ordenador, dialogan con sus robots caseros o port¨¢tiles, se re¨²nen a cotillear en un gimnasio electr¨®nico donde reciben placer a la carta (tambi¨¦n electr¨®nica) o van a la peluquer¨ªa sin parar: al ser cl¨®nicas, todas seres superiores, lo que les distingue es el peinado.
La novela, que se lee como si fuera una pel¨ªcula -'antes de ser libro fue un tratamiento para un gui¨®n', dice Bustelo-, pone sobre la mesa algunos asuntos que no son broma. La utop¨ªa del matriarcado total contada por una mujer, la selecci¨®n gen¨¦tica de las razas, la elecci¨®n de los sexos en los ni?os, la educaci¨®n exclusiva por Internet con todos los contenidos inc¨®modos filtrados por el poder, la soledad llevada a sus ¨²ltimas consecuencias, el sexo como una Game boy...
La autora cree que hay que ser 'amena y pu?etera para llamar la atenci¨®n', y que ha tratado de 'hacer una cr¨ªtica de la globalizaci¨®n uniformadora, la sectorizaci¨®n, la desaparici¨®n de la cultura, el uso infame de la tecnolog¨ªa, la muerte del amor...'.
'Son peligros reales', concluye Bustelo. 'Estamos solos y debemos tender a estar juntos. Y no hay garant¨ªa alguna de que, si las mujeres o los homosexuales toman el poder, no vayan a repetir las actitudes de los hombres'.
Babelia
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