Qu¨¦ hacer con el aceite de orujo

Todo empez¨® cuando, ante la perplejidad de mis compa?eras, confes¨¦: 'Yo compro aceite de orujo'. Luego tuve que hacer mi segunda confesi¨®n: '?No s¨¦ qu¨¦ hacer con el aceite de orujo!'. '?Hasta mi madre sabe que no hay que tirarlo por el desag¨¹e!', me indic¨® una amiga. Aquella observaci¨®n no me solucionaba nada. Decid¨ª esperar a que alguien diera instrucciones y cuando los catalanes se levantaron t¨ªmidamente y advirtieron de lo pernicioso que era para el Medio Ambiente el residuo incontrolado de aceite, pens¨¦: 'Bien, ahora vendr¨¢n las instrucciones'. Pero nadie dijo nada. Fui al supermercado donde hab¨ªa hecho mi adquisici¨®n: '?Pero qu¨¦ quiere, que le devolvamos el dinero?', 'no, s¨®lo quiero saber si est¨¢ previsto alg¨²n tipo de recogida'. Nadie sab¨ªa nada, pues nadie hab¨ªa dicho nada. Me miraron at¨®nitos, aunque cogieron mi botella y me devolvieron el importe. Era evidente que nadie se hab¨ªa pasado por all¨ª interes¨¢ndose por lo mismo. La ministra Villalobos nos tranquiliza ofreci¨¦ndonos su protecci¨®n, pero nadie ha dicho nada a¨²n sobre esto. ?A d¨®nde han ido a parar esos miles de litros de aceite de orujo ya adquiridos? Vivo cerca de la cloaca m¨¢s grande de Europa: el r¨ªo Segura.