Portillo queda eliminado de la pugna por el liderazgo de los conservadores brit¨¢nicos

Eligiendo a Clarke y Duncan Smith como los dos candidatos a suceder a Hague al frente del Partido Conservador, los diputados tories han puesto en primer plano el siempre delicado debate europeo y se han decidido por enfrentar a las dos personalidades m¨¢s antag¨®nicas. De los cinco candidatos que se presentaron, Clarke es el m¨¢s popular entre el p¨²blico, el m¨¢s veterano (61 a?os), el que tiene m¨¢s experiencia de gobierno, el m¨¢s europe¨ªsta. Duncan Smith es todo lo contrario: apenas conocido hasta ahora para los brit¨¢nicos, es el m¨¢s joven (47 a?os), no tiene ninguna experiencia de gobierno y es profundamente euroesc¨¦ptico.

La victoria de Kenneth Clarke en la votaci¨®n de ayer fue una gran sorpresa. La carrera por el liderazgo arranc¨® con Michael Portillo como gran favorito. La fuerte oposici¨®n que su figura y su programa han despertado en el n¨²cleo duro del partido acab¨® colocando al frente de las apuestas a Duncan Smith.

Pero ha sido Clarke el ganador de la primera parte de las primarias, y eso le convierte en el gran favorito para el triunfo final. No s¨®lo es el m¨¢s popular de los conservadores en el Reino Unido y entre los votantes tories, sino que ha ganado en terreno contrario: en un grupo parlamentario mayoritariamente antieuro. 'Espero que el partido vote por m¨ª, incluso los euroesc¨¦pticos', dijo ayer, tras este primer triunfo. 'Tenemos puntos de vista divergentes, pero tambi¨¦n convergentes en muchos aspectos de la pol¨ªtica', a?adi¨®.

Clarke, que ha sido ministro de Finanzas, del Interior, de Sanidad y de Educaci¨®n, perdi¨® las primarias conservadoras de 1997 para suceder al ex primer ministro John Major. Pero desde entonces ha sabido guardar un discreto silencio, pese a discrepar con los postulados cada vez m¨¢s derechistas y antieuropeos de los conservadores bajo el mandato de Hague. Si no fuera partidario de integrar la libra en el euro, su triunfo en el voto directo de los 330.000 militantes conservadores ser¨ªa indiscutible y probablemente abrumador.

Esencias conservadoras Duncan Smith, casi desconocido hasta hace unas semanas, ser¨¢ su rival y tendr¨¢ ahora el apoyo de los medios m¨¢s ortodoxos del partido y de los m¨¢s hostiles al euro. Pero su imagen inmovilista y ultraconservadora, que era buena para imponerse al err¨¢tico Portillo, no lo es tanto para ganar al centrista Clarke.

Ya en los ¨²ltimos d¨ªas ha puesto especial ¨¦nfasis en la necesidad de abrir el partido a nuevas ideas, aunque sin menoscabar por ello las esencias conservadoras.

Para Michael Portillo, hijo de un republicano espa?ol exiliado en el Reino Unido, el resultado de ayer ha sido un golpe terrible, comparable al que recibi¨® en 1997, cuando perdi¨® su esca?o en la C¨¢mara de los Comunes. Entonces, su traves¨ªa del desierto apenas dur¨® dos a?os. Volvi¨® a Westminster en 1999, al ganar unos comicios parciales, y se convirti¨® en n¨²mero dos del partido. Ahora, la traves¨ªa se antoja m¨¢s larga.

Ayer, aunque intent¨® sonre¨ªr, apareci¨® abrumado y anunci¨® su retirada del primer plano de la pol¨ªtica y su decisi¨®n de no participar en la nueva direcci¨®n de los tories, sea quien sea el ganador de las primarias. 'Ha llegado el momento de hacer otras cosas', admiti¨® Portillo, quien dejar¨¢ la ejecutiva del partido, pero seguir¨¢ ocupando su esca?o como diputado por Kensington y Chelsea.

Sus atrevidas posiciones y su controvertida personalidad han chocado con el establishment del partido. Dos diarios de enorme influencia entre los tories, The Daily Telegraph y Daily Mail, hicieron campa?a en su contra, trazando una imagen de hombre arrogante y poco de fiar. Sus supuestas deslealtades a Hague durante la pasada campa?a electoral para alcanzar as¨ª el liderazgo conservador, su aceptaci¨®n de la homosexualidad, sus posiciones a favor de la legalizaci¨®n del hach¨ªs, su defensa de los derechos de la mujer y sus avanzadas propuestas en materia de asilo e inmigraci¨®n han provocado m¨¢s miedo que ilusi¨®n entre los diputados conservadores. Quiz¨¢ porque son eso, conservadores.