Arafat pide una cumbre ¨¢rabe extraordinaria ante la 'ofensiva israel¨ª contra los palestinos'
La Liga solicita al G-8 el env¨ªo de observadores internacionales a los territorios aut¨®nomos
'Necesitamos el apoyo de todas las naciones ¨¢rabes para detener la agresi¨®n israel¨ª. Voy a examinar la cuesti¨®n con el rey Abdal¨¢ de Jordania, presidente de la Liga', asegur¨® ayer, a primera hora de la tarde, Arafat al llegar a Gaza procedente de El Cairo, donde hab¨ªa participado en una reuni¨®n especial del comit¨¦ ministerial de la Liga encargado de tutelar la causa palestina. La propuesta de Arafat fue precocinada ayer en El Cairo, despu¨¦s de que se examinara la situaci¨®n en los territorios aut¨®nomos palestinos y se acordara adem¨¢s, entre otras medidas, un apoyo financiero de 45 millones de d¨®lares (cerca de 8.800 millones de pesetas) para la Autoridad Nacional Palestina y pedir a los jefes de Estado participantes en la reuni¨®n del G-8 el env¨ªo de observadores internacionales a la zona.
Si la propuesta de Arafat prospera, ¨¦sta ser¨¢ la tercera cumbre que la Liga ?rabe celebra desde el principio de la Intifada. La primera se llev¨® a t¨¦rmino en El Cairo el pasado octubre, pocos d¨ªas despu¨¦s de una reuni¨®n de mediaci¨®n celebrada en Sharm el Sheij, y la segunda, en Amm¨¢n en marzo, de la que sali¨® el acuerdo de retirada de los embajadores y los representantes diplom¨¢ticos ¨¢rabes ante el Gobierno de Israel.
El presidente egipcio, Hosni Mubarak, que apadrina esta convocatoria de la Liga, se?alaba ayer su escepticismo ante la situaci¨®n de bloqueo creada en los territorios al asegurar que 'con [el primer ministro israel¨ª] Sharon no hay ninguna soluci¨®n; es un hombre que s¨®lo conoce las muertes, los ataques y la guerra; el principio de Sharon es el recurso a la fuerza, ¨¦l no acepta la paz'.
El Gobierno israel¨ª orden¨® ayer un despliegue masivo de tropas en los accesos de todas las ciudades de Cisjordania, especialmente en Yen¨ªn y Bel¨¦n, en represalia por el lanzamiento de dos obuses de mortero sobre las viviendas del asentamiento de Gilo. Aunque los obuses no causaron v¨ªctimas, para el Ej¨¦rcito y el Gobierno, aquel ataque ha supuesto una transgresi¨®n imperdonable que ha 'colmado el vaso de la paciencia'.
La maniobra militar supone un castigo psicol¨®gico para los palestinos, a los que se les somete a nuevos y complicados controles cuando intentan moverse sobre el territorio. Pero al mismo tiempo la operaci¨®n tiene un segundo objetivo: impermeabilizar las 'fronteras' entre Israel y los territorios aut¨®nomos, impidiendo el paso de los activistas radicales que traten de entrar en las zonas limpias para efectuar actos terroristas.
El Gobierno de Sharon apoy¨® esta acci¨®n militar con una serie de medidas legislativas destinadas a entorpecer el trabajo de los palestinos en Israel, sancionando incluso con multas y penas de prisi¨®n a los empresarios israel¨ªes que contraten clandestinamente a obreros ¨¢rabes. La operaci¨®n, utilizada como arma punitiva durante la primera Intifada, supondr¨¢ un castigo irreversible para los palestinos, ya que implica la contrataci¨®n de gran n¨²mero de extranjeros, posiblemente rumanos o asi¨¢ticos.
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