El carret¨®n infund¨ªa m¨¢s respeto
Les echan hoy a los novilleros lo que antes soltaban en la becerrada de los zapateros. Peor (o mejor, seg¨²n se mire), porque aquellos becerros le pod¨ªan jugar un disgusto a quien no anduviera listo, mientras estos novillos de ahora son la tonta del bote. El carret¨®n de los entrenamientos infunde mayor respeto, y si lo maneja uno con mala leche puede resultar peligroso.
Los novillos de Gim¨¦nez Indarte que salieron en la Fira de Juliol no se entiende c¨®mo pudieron aprobarlos los veterinarios, salvo que estemos en pleno auge del compadreo en la fiesta. Lo que no se descarta, y hasta podr¨ªa tratarse de un ensayo de la autogesti¨®n que pretenden los taurinos.
Cuando se derogue el reglamento y los taurinos hagan el suyo, y pongan en el palco los presidentes de su cuerda, y manden a sus veterinarios para los reconocimientos de las reses (si es que hay reconocimiento de las reses), saldr¨¢n al ruedo, sin impedimento alguno, toros y novillos acornes, desmedrados, inv¨¢lidos, modorros e in¨²tiles. Ganado a la manera de lo de Gim¨¦nez Indarte que soltaron en el coso valenciano, para desprecio de su historia y burla de la afici¨®n.
Naturalmente, la afici¨®n burlada se aburri¨® de muerte. Los novilleros pegaban pases y a nadie le importaba en absoluto. Uno que se pone a pegarle pases a un becerro adormilado, es como si se opera, seg¨²n se suele decir.
De la entrega del valenciano Juan Alberto, que encabezaba la terna, no se podr¨¢ dudar, y destacaron las ganas con que trataba de embraguetarse a la ver¨®nica, las ortodoxas formas con que ensayaba el derechazo y el natural. S¨®lo que, a poco, los abecerrados novillos tomaban el aire de los de Guisando y all¨¢ se quedaban, inm¨®viles e incons¨²tiles.
Un gusto, quiz¨¢ un arte especial se advirti¨® en Javier Valverde. Ya que su primer novillo tomaba los enga?os con la sumisi¨®n propia de los siervos de la gleba, aprovech¨® para aplicar puntualmente los tiempos de las suertes sin ahorrar ninguno, a?adiendo una interpretaci¨®n pulcra a base de templar y prolongar en su cabal medida los viajes. Y le premiaron el gesto con una oreja.
Al quinto novillo, en cambio, Javier Valverde no le pudo hacer nada que se aproximara a lo anterior, pues el animalito se qued¨® de un aire, inerte, sosteniendo el inm¨®vil cuerpecillo con las cuatro pezu?icas agarradas a la arena, y all¨ª se las dieron todas. Se las dieron, claro: fue Javier Valverde, le arre¨® un pinchazo, luego una estocada y pues ni se inmut¨® al recibir los aceros, puede que doblara sin apercibirse de que acababan de matarlo.
El concepto del arte admite cuantas versiones sea capaz de concebir la mente humana, y si se trata de tauromaquia, a¨²n m¨¢s. En tauromaquia, el arte agradece f¨®rmulas m¨¢gicas que no admitan ninguna explicaci¨®n. As¨ª -por ejemplo-, en tauromaquia, el mejor arte es aquel que no-se-pu¨¦-aguant¨¢, y con eso queda dicho todo, ?ea!
Los taurinos, sin embargo, pretenden reducirlo a modos eminentemente pragm¨¢ticos y suelen predicar del toreo que, para ser art¨ªstico, ha de hacerse despacio. Ahora bien, aparte de que no est¨¢ tan claro el aserto, no saben las funestas consecuencias que ha tra¨ªdo, pues hay toreros que lo aplican a rajatabla y se ponen pesad¨ªsimos.
C¨¦sar Jim¨¦nez, que posee unas magn¨ªficas condiciones para practicar el arte de C¨²chares, las desnaturaliza por seguir aquella norma falsa, y no es que toree despacio sino que va a todas partes despacito, coge los trastos despacito, se va a la cara del toro despacito (del becerro se quiere decir), lo cita despacito... y no acaba nunca.
Prueba de su t¨¦cnica y sus aptitudes toreras fue que a los renuentes e inv¨¢lidos becerros los ogligaba a tomar el enga?o y se not¨® que los mandaba las pocas veces que las flacas fuerzas los permit¨ªan obedecer. Luego los becerros se quedaban crepusculares, y as¨ª los pegaran manotazos o les pincharan con los aceros (que de todo hubo), daba la impresi¨®n de que ni sent¨ªan ni padec¨ªan; que en lugar de carnes deb¨ªan de tener serr¨ªn, y en vez de sangre, agua mineral sin gas.
Al sexto novillo, ni con la voluntad de triunfar ni con el esp¨ªritu de sacrificio, ni con el inquebrantable optimismo pod¨ªa C¨¦sar Jim¨¦nez hacerle nada, ya que a los pocos pases se qued¨® convertido en un mu?eco del pim-pam-pum. Con lo cual mont¨® Jim¨¦nez la espada y lo estoque¨® sin acierto.
Cuando abandonaba el hist¨®rico coso, ¨¦l y sus compa?eros de terna dejaban atr¨¢s un p¨²blico abatido por el aburrimiento; se iban los tres marcados por el estigma del fracaso... Y as¨ª quieren los taurinos que sea la fiesta.
Gim¨¦nez / Alberto, Valverde, Jim¨¦nez
Novillos de Gim¨¦nez Indarte, sin trap¨ªo alguno, tres primeros abecerrados y resto chicos, pobres de cuerna, varios sospechosos de pitones, inv¨¢lidos, aborregados e in¨²tiles. Juan Alberto: estocada (aplausos y salida al tercio); pinchazo y estocada corta (silencio). Javier Valverde: estocada trasera (oreja); pinchazo y estocada (aplausos y salida al tercio). C¨¦sar Jim¨¦nez: pinchazo, estocada atravesada que asoma, rueda de peones y se echa el novillo (palmas y sale al tercio); tres pinchazos y dos descabellos (silencio). Plaza de Valencia, 23 de julio. 5? corrida de feria. Media entrada.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.