AMAZONAS DEL SIGLO XXI
Han transcurrido seis a?os desde que un grupo de unas cuarenta mujeres y sus hijos se trasladaron a Koh Kor, en la desembocadura del r¨ªo Tonle Sap y a unos 30 kil¨®metros al sur de Phnom Penh, para poner en marcha la primera comunidad de Camboya sin hombres. Y no parece irles mal del todo. Viudas o abandonadas por maridos violentos, sobreviv¨ªan de las limosnas, y con sus hijos pasaban las noches a la intemperie en alguna esquina de la calles de Phnom Penh, hasta que la organizaci¨®n no gubernamental noruega Hagar Project las recogi¨®. Hoy, las siete hect¨¢reas de esa isla, en la que no reside ning¨²n hombre, son el para¨ªso particular de este grupo de mujeres, que con mucho esfuerzo ha construido una aldea modelo. Las casas de madera levantadas sobre pilares son coquetonas, los jardines les dan un toque alegre, y las f¨¦rtiles huertas que circundan la aldea est¨¢n perfectamente cuidadas. Durante el d¨ªa, las mujeres cosen a m¨¢quina en los porches de las casas o en el humilde taller de costura y luego las confecciones se venden en los mercados de la provincia, mientras que los ni?os asisten a la escuela del pueblo vecino. Por turnos, bajo un calor abrasador o en medio de copiosas lluvias, las mujeres trabajan en las huertas, en las que cultivan verduras, y cr¨ªan cerdos, patos, gallinas y peces que venden en las aldeas cercanas. 'Ahora somos 40 mujeres y 107 ni?os. Todas hemos perdido a nuestros maridos, que han muerto o nos han abandonado, y no ten¨ªamos hogar o tierras para trabajar', explica Nham Mon, de 42 a?os y l¨ªder de la comunidad. Aunque la presencia de hombres en la isla no est¨¢ prohibida, las mujeres de Koh Kor se sienten bien sin ellos, y los que pisan la aldea son familiares o personal contratado para realizar aquellos trabajos que precisan mano de obra especializada, como un grupo de t¨¦cnicos llegados para reparar el tendido el¨¦ctrico.-
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.