'Me siento igual de c¨®modo en un parto y en un aborto'
El siglo XVIII dio el cond¨®n; el XIX, el diafragma; el XX, la p¨ªldora anticonceptiva y la p¨ªldora abortiva. Sin embargo, esta ¨²ltima ha tenido que esperar al siglo XXI para empezar a aplicarse en Espa?a de forma legal. Josep Llu¨ªs Carbonell, pionero en su aplicaci¨®n en sus cl¨ªnicas de Valencia y Castell¨®n, y vicepresidente de la Asociaci¨®n Nacional de Cl¨ªnicas Acreditadas para la Interrupci¨®n del Embarazo, lamenta los nueve a?os de retraso en su uso respecto a Francia, 'porque se hubiese podido salvar la vida a muchas mujeres'.
Pregunta. ?Por qu¨¦ usted es m¨¢s conocido en Estados Unidos que en Espa?a?
Respuesta. Bueno, casi es as¨ª porque las publicaciones cient¨ªficas que hemos publicado a ra¨ªz del macroprograma de investigaciones en ginecobstetricia, que Mediterr¨¤nia M¨¦dica est¨¢ patrocinando y dirigiendo cient¨ªficamente en Cuba, ha generado 17 publicaciones en revistas cient¨ªficas internacionales. Eso ha supuesto una llamada de atenci¨®n muy fuerte y, a partir de aqu¨ª, he sido invitado a participar en diversos foros cient¨ªficos.
P. ?Y qu¨¦ propugna este macroprograma?
R. Nuestros resultados eran que con cuatro pastillas de misoprostol, un an¨¢logo sint¨¦tico de las prostalandinas PG1, que se pueden comprar en cualquier farmacia de Espa?a o de los 80 pa¨ªses donde est¨¢ comercializado, provocan un aborto en el 91% o 92% de los casos. Hasta nueve semanas de gestaci¨®n. De 9 a 12, la eficacia es de un 84% o un 85%. Este f¨¢rmaco est¨¢ autorizado oficialmente para la prevenci¨®n y el tratamiento de la ¨²lcera gastroduodenal, pero tambi¨¦n tiene un efecto que hace que se desprenda el ¨®vulo del ¨²tero y provoca un aborto. El prospecto informa sobre el riesgo de aborto, pero no est¨¢ autorizado legalmente para ello.
P. Por eso estuvieron a punto de meterle en la c¨¢rcel hace unos a?os.
R. Siempre he sido un defensor a ultranza del aborto farmacol¨®gico por una serie de razones t¨¦cnicas e ideol¨®gicas. Es menos traum¨¢tico, porque no hay que introducir ning¨²n instrumento en el ¨²tero y, como no precisa de un m¨¦dico que lo practique, facilita el derecho al aborto y da m¨¢s independencia e intimidad a la mujer. Nuestro inter¨¦s era contribuir a desarrollar un nuevo m¨¦todo que pusiera las cosas m¨¢s f¨¢ciles a las mujeres. Pero no s¨®lo a las mujeres espa?olas, que ya ten¨ªan una ley de aborto, sino principalmente a las mujeres de Am¨¦rica Latina, ?frica y Asia, donde se practican 50 millones de abortos al a?o y 20 de ellos en condiciones infrahumanas e infrasanitarias. Porque cuando una mujer est¨¢ condenada a la deshonra, a la expulsi¨®n de la familia o al destierro, como ocurre en muchas religiones orientales o cat¨®licas, recurre a lo que sea con tal de abortar. El ¨²ltimo informe de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud habla de 78.000 mujeres muertas por aborto realizado en condiciones infrasanitarias. ?sa es la realidad. Por eso, el aborto farmacol¨®gico tiene una gran importancia. ?sta es una de esas hist¨®ricas ocasiones en las que un descubrimiento cient¨ªfico tiene una enorme trascendencia.
P. ?Busc¨® una alternativa a falta de la p¨ªldora RU-486, que entonces no se pod¨ªa conseguir en Espa?a?
R. Siempre hab¨ªa sido partidario de este f¨¢rmaco y, de hecho, nosotros organizamos en 1992 el primer congreso de la RU-486 en Espa?a, con cerca de 500 congresistas. Entonces, combinando el misoprostol con el metrotexato, que es un f¨¢rmaco que se utiliza desde hace 50 a?os contra el c¨¢ncer, se obten¨ªa una eficacia abortiva del 98% o el 99%. Era otra RU-486. Pero yo no he descubierto nada: soy un buen copiador. Quiz¨¢ hemos mejorado o puesto a punto algunas cosas, pero no las hemos descubierto. Hab¨ªa le¨ªdo un art¨ªculo publicado en el New England Journal of Medicin, del doctor Haukshneth del Mont Sinai Hospital, de Nueva York, y viaj¨¦ hasta all¨ª para hablar con ¨¦l. Utilizando metrotexato y misoprotol obten¨ªa una tasa de aborto completo de casi el 100%. Tras estas meticulosas averiguaciones empec¨¦ a aplicarlo en nuestro pa¨ªs, siempre con el consentimiento informado de todas las pacientes que lo decidieron voluntariamente.
P. Pero no estaba autorizado.
R. Lo que yo empec¨¦ a hacer no era ilegal en los Estados, pero la Consejer¨ªa de Sanidad abri¨® un expediente disciplinario con amenaza de cierre, el Colegio de M¨¦dicos estuvo valorando mi expulsi¨®n y la retirada del t¨ªtulo y el fiscal jefe del TSJ de la Comunidad Valenciana abri¨® un expediente judicial. Pero, afortunadamente, se hizo justicia y la sentencia fue absolutoria.
P. La Iglesia equipar¨® esta p¨ªldora con un arma qu¨ªmica letal. ?El alboroto que causa esta p¨ªldora es m¨¢s moral que cient¨ªfico?
R. Indudablemente. La Iglesia mantiene una posici¨®n troglodita respecto al aborto, pero, cient¨ªficamente, son muchos los especialistas que han lamentado no disponer antes de un f¨¢rmaco de estas caracter¨ªsticas muchos a?os antes. Su eficacia como p¨ªldora del d¨ªa siguiente est¨¢ pr¨¢cticamente comprobada y como hormona tiene aplicaciones multidisciplinarias.
P. ?Por qu¨¦ es el medicamento m¨¢s perseguido de la historia?
R. Es el que m¨¢s d¨¦cadas ha tardado en incorporarse a la farmacopea internacional por su condicionamiento pol¨ªtico. En Francia se usa desde 1991 y aqu¨ª hemos tardado ocho a?os. ?Los sufrimientos que hubi¨¦semos podido ahorrar a miles de mujeres!
P. ?Ha practicado m¨¢s abortos que partos?
R. S¨ª, muchos m¨¢s.
P. ?D¨®nde se siente m¨¢s c¨®modo, en un aborto o en un parto?
R. Me siento igual de c¨®modo, aunque, personalmente, soy antiabortista. Siempre que se pueda evitar un aborto, hay que evitarlo, pero soy un profesional al servicio de las mujeres.
P. ?El ¨®vulo fecundado hay que considerarlo un ser vivo, como defiende la Conferencia Episcopal?
R. No lo creo. Es una cuesti¨®n cultural. Hasta 1812 el aborto estaba permitido en todo el mundo cat¨®lico; luego empezaron las regulaciones en Inglaterra y los Estados Unidos, y se extendieron al resto de Europa. Para m¨ª es lo mismo practicar una interrupci¨®n de embarazo de ocho semanas que de 18. Es una vida que no nace, pero hay que anteponer el derecho de la madre a tenerlo o no.
P. ?Ha mejorado la educaci¨®n sexual de los espa?oles?
R. Mejor¨®, pero ahora estamos a la baja. Las generaciones j¨®venes se supone que tienen unos conocimientos que no tienen. Lo que aprendimos por nuestra cuenta quienes tenemos entre 40 y 50 a?os no se imparte en las escuelas. La tasa m¨¢s alta de abortos que tiene Espa?a es de gente de 20 a?os hacia abajo, porque la prevenci¨®n de embarazo no se imparte en las escuelas ni todos los padres informan.
PERFIL
En 1996, la Consejer¨ªa de Sanidad de la Generalitat valenciana le abri¨® un expediente disciplinario administrativo a Josep Llu¨ªs Carbonell (Valencia, 1955), con amenaza de clausurar su cl¨ªnica, Mediterr¨¤nia M¨¨dica, por utilizar el misoprostol y el metrotexato con fines abortivos sin la preceptiva autorizaci¨®n. Este m¨¦dico, especializado en salud p¨²blica y diplomado en cancerolog¨ªa cl¨ªnica por la Universidad de Par¨ªs, estuvo hace unos a?os a punto de terminar en la c¨¢rcel. Sin embargo, los tribunales le dieron la raz¨®n y sentaron un precedente important¨ªsimo en ese campo. Desde 1996 est¨¢ realizando un macroprograma de investigaciones en ginecobstetricia en el hospital docente ginecobst¨¦trico Eusebio Hern¨¢ndez de Cuba, conocido como la Maternidad Obrera. Participa en los foros cient¨ªficos de la National Abortion Federation de los Estados Unidos de Am¨¦rica y asesora temporalmente al comit¨¦ que dirige m¨¢s de 200 investigaciones en el mundo bajo el auspicio de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud y el Fondo Nacional de la ONU para el Desarrollo Poblacional. Mientras la p¨ªldora abortiva RU-486 cuesta 13.000 pesetas, el combinado realizado por Carbonell con misoprostol y metrotexato, tambi¨¦n llamado 'la p¨ªldora de los pobres', consigue casi la misma tasa abortiva por s¨®lo 200 pesetas.
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