La odisea siberiana de Kim Jong-il
El l¨ªder norcoreano llega a Mosc¨² para entrevistarse con Putin tras recorrer 9.500 kil¨®metros en un tren blindado
Kim Jong-il, el l¨ªder norcoreano, lleg¨® anoche a Mosc¨² despu¨¦s de recorrer 9.500 kil¨®metros en un tren blindado, con vidrios ahumados y en el m¨¢s estricto secreto. Kim, como su padre, tiene fobia a los aviones, lo que explica que haya elegido viajar a la capital rusa por v¨ªa f¨¦rrea, causando grandes incomodidades a los rusos en las estaciones por las que pasaba: por razones de seguridad, los trenes de cercan¨ªas se suspend¨ªan y nadie pod¨ªa pasar a los andenes varias horas antes de que llegara el presidente de Corea del Norte, que realiza su primera visita a Rusia.
Muchos rusos se sienten humillados por los cierres de las estaciones y los cambios en los horarios de los trenes que las autoridades han introducido a exigencia de los norcoreanos, con el fin de que nadie pueda ver a Kim o incluso acercarse al tren blindado. Como coment¨® la radio Eco de Mosc¨², el presidente Vlad¨ªmir Putin seguramente quer¨ªa 'civilizar' a Kim al invitarle, pero est¨¢ ocurriendo exactamente lo contrario: en las provincias por las que ha pasado el l¨ªder norcoreano, los gobernadores han vuelto a las peores tradiciones sovi¨¦ticas de ensalzamiento al dirigente comunista y de secretismo, impidiendo a los medios de comunicaci¨®n cumplir con su labor profesional.
En su largo recorrido, Kim abandon¨® el tren en contadas ocasiones. La principal parada fue en Omsk, ciudad siberiana en la que visit¨® una f¨¢brica de tanques y otra de embutidos. All¨ª se le dio un concierto calificado por muchos de vergonzoso: a coro todos cantaron una canci¨®n con el siguiente refr¨¢n: 'Hurra, hurra, querido Kim Jong-il, gran l¨ªder amado en todo el mundo'. Este gran conductor tiene otras man¨ªas adem¨¢s de su terror a los aviones. Siente tambi¨¦n mucho miedo a una posible infecci¨®n, por lo que quienes le acompa?an toman grandes precauciones: desinfectan todo objeto que Kim pueda tocar, adem¨¢s de que ¨¦l mismo se lava las manos y la cara con alcohol; desconf¨ªa incluso del agua extranjera, en este caso rusa, y por eso bebe s¨®lo la tra¨ªda desde Corea.
Con anterioridad a la parada en Omsk, en Novosibirsk estaba previsto que Kim Jong-il recibiera a los familiares de Y¨¢kov Novichenko, oficial ruso que salv¨® la vida de su padre, el fundador de Corea del Norte. El hecho ocurri¨® en Pyongyang, en 1946, cuando durante un mitin un hombre lanz¨® una granada contra la tribuna donde se encontraba Kim Il-sung. Novichenko cogi¨® la granada al vuelo y, como no pod¨ªa lanzarla a ninguna parte ya que por doquier hab¨ªa gente, opt¨® por apretar la granada contra su cuerpo. Como resultado, Novichenko perdi¨® un ojo y un brazo am¨¦n de recibir una quincena de heridas, pero salv¨® al padre de Kim Jong-il. Novichenko muri¨® en 1994, el mismo a?o que Kim Il-sung. Sin embargo, Kim Jong-il no tuvo el detalle de abandonar su vag¨®n en Novosibirsk para saludar a la viuda y los hijos de Novichenko, aunque s¨ª les envi¨® una maleta con regalos.
Kim Jong-il pr¨¢cticamente no se ha bajado del tren de 17 vagones blindados que le trajo a Rusia. Las excepciones, adem¨¢s de Omsk, han sido Jas¨¢n, en la frontera, y la peque?a estaci¨®n de Sludianka, donde el domingo se baj¨® para introducir sus manos en las famosas aguas del lago Baikal.
Putin y Kim Jong-il, adem¨¢s de conversar sobre temas econ¨®micos y militares, podr¨¢n compartir sus recuerdos sobre Alemania del Este, donde el primero sirvi¨® como esp¨ªa y el segundo estudi¨® hasta que se vio obligado a regresar a Corea debido a un misterioso esc¨¢ndalo. El l¨ªder coreano es conocido por su afici¨®n al vino franc¨¦s y a las mujeres. Adem¨¢s, le gusta montar a caballo y colecciona pel¨ªculas: tiene una videoteca de m¨¢s de 15.000 filmes.
Durante su recorrido, el tren de Kim iba precedido por dos locomotoras con el fin de neutralizar posibles atentados. Pero las impresionantes medidas de seguridad no han impedido que un diario especulara con que uno de los vagones blindados fue ametrallado con un Kal¨¢shnikov ni que hubiera ayer una falsa alarma de bomba en la estaci¨®n moscovita a la que lleg¨® el l¨ªder norcoreano.
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