'Videop¨ªldora' para explorar el cuerpo
Una nueva generaci¨®n de dispositivos en miniatura para diagn¨®sticos se abre paso en la medicina
La mayor parte de los nuevos dispositivos electr¨®nicos miniaturizados para usos m¨¦dicos, las llamadas p¨ªldoras inteligentes, se encuentran todav¨ªa en fase experimental, pero las expectativas que est¨¢n generando son enormes, sobre todo en el campo del diagn¨®stico. Tras la aprobaci¨®n de la FDA, la agencia estadounidense que regula los medicamentos y tecnolog¨ªas m¨¦dicas, la videop¨ªldora M2A, un dispositivo dise?ado por la compa?¨ªa israel¨ª Given Imaging, se ha convertido en el primero de su categor¨ªa en alcanzar el mercado. Pronto, seg¨²n sus responsables, podr¨¢ emplearse en Espa?a. Y, por lo que parece, no ser¨¢ la ¨²nica.
La M2A ha sido concebida para explorar el tubo digestivo humano. Mide 2,6 cent¨ªmetros de longitud y 1,1 de di¨¢metro. Sus dimensiones avalan los principios para los que fue creada. Esto es, convertirse en una herramienta para el diagn¨®stico de enfermedades hasta ahora de dif¨ªcil visualizaci¨®n, como las que afectan sobre todo el intestino delgado, reduciendo al m¨¢ximo las molestias al paciente que causan otras t¨¦cnicas exploratorias y procurando mayor informaci¨®n que los ex¨¢menes convencionales.
La t¨¦cnica es absolutamente indolora, y la calidad de las im¨¢genes supera lo esperado
Los ensayos realizados hasta la fecha, que alcanzan ya los dos a?os de trabajos con voluntarios humanos, han puesto de manifiesto que los objetivos se cumplen sobradamente. No s¨®lo la t¨¦cnica es absolutamente indolora, sino que la calidad de las im¨¢genes que es capaz de ofrecer de los distintos tramos del tubo digestivo, desde la boca al intestino grueso, supera con creces lo esperado.
'La p¨ªldora mantiene todas sus expectativas', explica Juli¨¢n Pan¨¦s, m¨¦dico consultor del Servicio de Gastroenterolog¨ªa del hospital Cl¨ªnico de Barcelona, aunque, aclara, le queda todav¨ªa un largo trecho por recorrer. Pese a la reciente aprobaci¨®n por parte de las autoridades sanitarias estadounidenses y al visto bueno otorgado por la Uni¨®n Europea, est¨¢ todav¨ªa lejos el momento en que se incorpore de forma efectiva a la rutina diagn¨®stica. Pero empezar¨¢ a distribuirse en EE UU y en Europa en los pr¨®ximos meses. En Espa?a se han iniciado contactos y se espera que su uso empiece a ser realidad pasado el verano.
?Qu¨¦ tiene esta videop¨ªldora para que haya despertado semejantes expectativas? La respuesta, muy probablemente, haya que buscarla en el conjunto de patolog¨ªas que afectan al sistema digestivo. Seg¨²n datos del Colegio Americano de Gastroenterolog¨ªa, las enfermedades gastrointestinales afectan cada a?o entre 60 y 70 millones de personas en Estados Unidos (de ocho a 10 millones en Espa?a), una buena parte de las cuales corresponde a patolog¨ªas inflamatorias del intestino. Entre ellas, la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa.
Para la mayor parte de estos des¨®rdenes se impone en la actualidad la exploraci¨®n endosc¨®pica, consistente en la introducci¨®n en el tubo digestivo de una videoc¨¢mara conectada a un sistema externo de visualizaci¨®n. El examen, que en general ofrece buenos resultados y toma entre 30 minutos y una hora al especialista, genera sin embargo molestias e incluso dolor en el paciente.
Tubo digestivo La videop¨ªldora, opinan los expertos de la FDA, resolver¨¢ todos estos problemas y, adem¨¢s, es capaz de dar informaci¨®n valiosa de segmentos del tubo digestivo hasta ahora poco accesibles como el intestino delgado. La opini¨®n viene respaldada por la experiencia de uno de sus creadores, el investigador brit¨¢nico Paul Swain, del Royal Hospital de Londres. ?l mismo ha participado de los ensayos voluntarios realizados hasta la fecha con resultados, afirma, satisfactorios.
Su funcionamiento se basa en una min¨²scula c¨¢mara de v¨ªdeo, una l¨¢mpara de luz fr¨ªa para iluminar el interior del tubo digestivo y unas peque?as bater¨ªas con una duraci¨®n de casi ocho horas. La c¨¢mara emite de dos a cuatro im¨¢genes por segundo que se transfieren a una unidad externa que lleva el paciente atada a un cintur¨®n a trav¨¦s de un sistema de radiofrecuencia. Unos sensores situados en el abdomen informan de la posici¨®n del artilugio en el interior del organismo.
Una vez las bater¨ªas se han agotado, se excreta el artilugio, que es de un solo uso. Los datos han quedado almacenados en la unidad externa y luego son volcados a un sistema inform¨¢tico que permite visualizar toda la trayectoria. Durante todo el proceso, el paciente puede hacer vida normal.
Sin embargo, no todo es positivo en este artilugio. Cuando se present¨® el a?o pasado en una convenci¨®n internacional celebrada en San Diego aprovechando la publicaci¨®n de los primeros resultados obtenidos en la revista Nature, el propio Swain admit¨ªa alguna de sus limitaciones. En primer lugar, quedaba por resolver el problema de su autonom¨ªa, prevista inicialmente para 12 horas, adem¨¢s de c¨®mo dirigirla para obtener las im¨¢genes deseadas. Asimismo, indic¨® entonces, el precio de salida del dispositivo podr¨ªa ser un serio obst¨¢culo para generalizar su uso.
Un a?o despu¨¦s estos problemas a¨²n no han sido resueltos. La videop¨ªldora se mueve aprovechando el impulso de los movimientos perist¨¢lticos, que impulsan la comida durante la digesti¨®n. Por ahora no hay posibilidad de dirigir la c¨¢mara hacia un punto concreto, sino que depende en buena medida del azar. Ello implica que en el es¨®fago pr¨¢cticamente no puede ver nada, dada la velocidad del tr¨¢nsito, mientras que en el est¨®mago, donde puede permanecer por espacio de 150 minutos, la exploraci¨®n puede llegar a depender de las caracter¨ªsticas individuales de cada persona. No obstante, sus autores refirieron recientemente en un art¨ªculo publicado en la prestigiosa revista The Lancet, la observaci¨®n de peque?os sangrados causados por ulceraciones que hab¨ªan pasado inadvertidos a los m¨¦todos convencionales.
Visualizar lesiones Los mejores resultados se hanobtenido en el intestino delgado, donde la c¨¢mara puede llegar a permanecer hasta dos horas. En ese tramo, los expertos han logrado visualizar peque?as lesiones responsables de molestas inflamaciones, as¨ª como ulceraciones o incluso tumores.
En opini¨®n de Josep Merlo, director de la Unidad M¨¦dico-Quir¨²rgica de Aparato Digestivo (Servidigest) de la cl¨ªnica del Pilar, en Barcelona, la videop¨ªldora por el momento s¨®lo va a constituir una alternativa real a la enteroscopia, la observaci¨®n por m¨¦todos endosc¨®picos del intestino delgado. Quedar¨¢n fuera de su campo de acci¨®n el es¨®fago, el est¨®mago y el intestino grueso. Y 's¨®lo en caso de sospecha', o lo que es lo mismo, en alteraciones de 'causa no aclarada', se emplear¨¢ para el delgado.
'No es una p¨ªldora milagrosa', dice Merlo, cuya unidad ya ha iniciado contactos para incorporar el dispositivo. Adem¨¢s, aclara, su coste tambi¨¦n va a limitar su uso. La videop¨ªldora costar¨¢ alrededor de 85.000 pesetas, pero el sistema inform¨¢tico que lo acompa?a, junto con el equipo necesario, puede ascender hasta unos seis millones de pesetas. A todo ello hay que sumar el coste de la exploraci¨®n, estimado en algo m¨¢s de 200.000 pesetas cada una, y el tiempo de la misma, de pr¨¢cticamente tres d¨ªas. El contraste con las t¨¦cnicas convencionales es considerado excesivo.
Pese a ello, los expertos creen que el sistema se acabar¨¢ imponiendo, aunque de momento para unas pocas opciones. Los resultados obtenidos, dice, no admiten comparaci¨®n con los extra¨ªdos de las exploraciones radiol¨®gicas convencionales. Merlo apunta que en el momento que la videop¨ªldora pueda tomar muestras del interior, algo que ya han previsto los responsables de Given Imaging, empezar¨¢ a competir con otros m¨¦todos diagn¨®sticos.
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