Hipocres¨ªa

Mi¨¦rcoles 1 de agosto, primera p¨¢gina de EL PA?S: El Congreso de EE UU proh¨ªbe clonar embriones humanos con fines m¨¦dicos. Motivo: la destrucci¨®n de un embri¨®n que conlleva la extracci¨®n de c¨¦lulas madre equivale a matar una vida humana. Consecuencias: satisfacci¨®n en la Casa Blanca y enorme decepci¨®n de Christopher Reeve (actor postrado en una silla de ruedas a causa de un accidente) y de unos cuantos millones de ciudadanos del mundo que se podr¨ªan beneficiar de los avances en la investigaci¨®n con las c¨¦lulas madre.

Lo m¨¢s chocante para m¨ª es la hipocres¨ªa con la que algunas personas hablan de la vida humana. Llama la atenci¨®n que el se?or Bush nos venga con problemas morales por la destrucci¨®n de un embri¨®n de cinco d¨ªas cuando no le ha temblado el pulso al firmar la ejecuci¨®n de cientos de personas en su ¨¦poca de gobernador. La pol¨ªtica, en el asombroso y contradictorio imperio, tiene siempre el objetivo interno de satisfacer a esa clase media -que es la que vota-, mayoritariamente conservadora y religiosa, que defiende hasta el paroxismo la vida de un embri¨®n, pero que luego no tiene empacho en armarse hasta los dientes para defender su propiedad privada.

S¨®lo me queda la esperanza -yo tambi¨¦n, como Reeve, ten¨ªa puestas muchas ilusiones en el desarrollo de esa investigaci¨®n- de que Europa no sea tan hip¨®crita como EE UU y d¨¦ m¨¢s prioridad a los vivos con graves problemas que a los embriones de cinco d¨ªas. De Espa?a, sinceramente no espero nada, pues entre la ideolog¨ªa de nuestros gobernantes y la taca?er¨ªa que nos gastamos en los presupuestos para investigaci¨®n y desarrollo s¨®lo se puede esperar que sigan investigando ellos.