Las culturas del mundo se citan en el Festival de Torroella de Montgr¨ª

F¨¢tima Derouich vend¨ªa ayer en Torroella de Montgr¨ª los dulces t¨ªpicos de su pa¨ªs, Marruecos. F¨¢tima lleg¨® hace dos veranos a esta localidad ampurdanesa de poco m¨¢s de 6.000 habitantes para visitar a un familiar, que trabajaba en la recolecci¨®n de fruta. 'Pens¨¦ que ser¨ªa un buen sitio para criar a mis hijos y me instal¨¦ aqu¨ª hace ahora un a?o', dice. Su sonrisa al contar su llegada a Torroella es suficiente para comprender que est¨¢ contenta de haber tomado esta decisi¨®n. 'Vivo en el centro del pueblo y me gano la vida cocinando dulces para la gente de aqu¨ª', explica. Peor suerte tuvo su vecino de puesto, tambi¨¦n marroqu¨ª. Hace poco m¨¢s de un mes, unos guardias jurado le negaron la entrada en una discoteca de Girona y le dieron una paliza. El resultado fue una costilla rota y 40 d¨ªas de baja laboral. Ayer, tambi¨¦n en Torroella, intentaba ganar algo de dinero extra vendiendo los productos gastron¨®micos de su pa¨ªs.

Ellos representan las dos caras de la inmigraci¨®n en Catalu?a y estas dos realidades compart¨ªan ayer espacio en Torroella, un pueblo habituado a convivir con gente llegada de otros pa¨ªses, bien por el turismo costero de L'Estartit, bien por la llegada de jornaleros para la recolecci¨®n de la fruta. 'La labor desarrollada por la ONG Nord Sud en Torroella ha favorecido mucho la integraci¨®n. La gente convive con sus nuevos vecinos y lo ve como algo positivo, pero no hay que bajar nunca la guardia ante los ataques xen¨®fobos', aclara Lloret.

Magreb¨ªes, africanos, filipinos, jud¨ªos, italianos, indios, paquistan¨ªes y suramericanos ofrecen hasta esta noche desgustaciones gastron¨®micas y muestras de artesan¨ªa de sus pa¨ªses en Torroella como forma de acercar a la poblaci¨®n local y a los visitantes su cultura. 'El miedo es la ¨²nica barrera para que la gente se relacione. Por eso son importantes iniciativas como ¨¦stas para que gente se conozca', explica el senegal¨¦s Amadeu Sam, director de Gramc (Grup de Recerca i Actuaci¨® Sobre Minories Culturals).

Tras la voz del senegal¨¦s se escuchaba ayer por la tarde el arm¨®nico ruido de un grupo de massais llegado desde Nairobi integrado por cuatro hombres y dos mujeres. 'Imaginen que tienen que bailar una sardana en Nueva York', coment¨® el presentador del espect¨¢culo para explicar los nervios del grupo a los habitantes de Torroella, turistas de paso e inmigrantes de la comarca que llenaban la plaza de la Muralla. Vestidos con llamativas t¨²nicas rojas y armados los hombres con lanzas, los massai bailaron una danza tradicional para pedir consejo al brujo de la tribu antes de salir de caza.