El jilguero de Vivaldi en Torroella
Il Giardino Armonico, una formaci¨®n de tama?o variable fundada en Mil¨¢n en 1985, actu¨® el lunes en el Festival Internacional de M¨²sicas de Torroella de Montgr¨ª presentando una de las especialidades de la casa: m¨²sica instrumental italiana entre mediados del siglo XVII y mediados del siglo XVIII, un ¨¢mbito y un repertorio en el que este conjunto es considerado una autoridad. En este concierto, Il Giardino Armonico estuvo formado ¨²nicamente por seis instrumentistas: Giovanni Antonini en las flautas de pico y la direcci¨®n; Marco Bianchi y Riccardo Minassi, violines; Paolo Breschi, violonchelo; Luca Pianca, la¨²d, y Riccardo Doni, clavic¨¦mbalo.
El programa, interesant¨ªsimo, recorri¨® en la primera parte sonatas de Dario Castello, Marco Uccellini, Tarquinio Merula y Giovanni Legrenzi y se cerr¨® con la soberbia Chacona de Tarquinio Merula. En la segunda parte, separadas por un breve preludio y fuga para la¨²d de Leopold Weiss, se interpretaron dos obras de Antonio Vivaldi, el Concierto en sol menor RV104 'La notte', para flauta de pico, y el Concierto en re mayor RV90 'Il gardellino' (el jilguero), para flauta de pico 'sopranino'.
Fue siempre una interpretaci¨®n soberbia, atrevida y arriesgada y de un nivel t¨¦cnico y art¨ªstico muy alto. En algunos momentos la fascinaci¨®n por el arabesco y los abellimenti lleg¨® a amenazar la consistencia misma de las l¨ªneas mel¨®dicas fundamentales y la solidez estructural de la pieza, era como si el peso de la decoraci¨®n pusiera en peligro el edificio.
La interpretaci¨®n estuvo en todo momento amenizada por parte del flautista Antonini y los dos violinistas por una gesticulaci¨®n muy a la moda actual orientada al ¨¦nfasis r¨ªtmico-mel¨®dico, era una gestualidad tan hipertrofiada que casi cabr¨ªa hablar de coreograf¨ªa. Era un a?adido que en sentido estricto no aportaba nada al discurso musical, pero resultaba muy entretenido y aparente. As¨ª, con tanto movimiento, el 'jilguero' vivaldiano no s¨®lo pi¨® y gorje¨® espl¨¦ndidamente, sino que, dej¨¢ndose un gorgorito por aqu¨ª y una pluma por all¨¢, hasta revolote¨® libre y atrevidamente por Torroella de Montgr¨ª.
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