Cabezota y delicada
La corredora vasca tuvo que emigrar a Italia para poder convertirse en una campeona
Joane Somarriba perdi¨® el maillot amarillo, obtenido en la etapa inicial, en Bilbao, el d¨ªa que cumpl¨ªa 29 a?os. Una an¨¦cdota. Seguramente, no tuvo un buen d¨ªa. Casi nunca pierde la calma. Se autodefine como cabezota y delicada, algo as¨ª como la impresi¨®n que causaba en la noche del mi¨¦rcoles en un hotel de Gap a la espera de la etapa reina. Feliz y nerviosa. Siempre sensaciones contradictorias. Como cuando le diagnosticaron una hernia discal en 1992 y le hicieron una operaci¨®n chapucera, complicada con una infecci¨®n, que casi la lleva a una silla de ruedas. Meses despu¨¦s, sin embargo, so?aba con volver a subirse a una bicicleta aunque fuera para ir por el pan. Todo le marc¨® y convirti¨® la tenacidad en su argumento predilecto. Todo lo que gana le sabe a gloria.
Cinco a?os despu¨¦s de rodar por las carreteras espa?olas en el absoluto anonimato, con los riesgos habituales y el desd¨¦n general, decidi¨® emigrar a Italia, donde ha encontrado a dos personas fundamentales en su porvenir: el director Giorgio Zauli y la corredora Fabiana Luperini. Ambos le han hecho profesional. Se acab¨® el cicloturismo, la autoprogramaci¨®n, la falta de competitividad. All¨ª, en Italia, la vida se asemeja en mayor medida al ciclismo profesional masculino. De Luperini, la reina del pa¨ªs cuando Somarriba lleg¨®, aprendi¨® el esp¨ªritu profesional. En Zauli encontr¨® no s¨®lo al jefe competente, sino tambi¨¦n al amigo que todo deportista necesita para sobrellevar mejor el gran esfuerzo realizado.
Dice Ram¨®n Gonz¨¢lez Arrieta, el marido de Somarriba, que llevar un equipo femenino 'es algo muy delicado'. 'En el ciclismo masculino', explica, 'el director, llegado el caso, echa una bronca y pone a todos firmes. Aqu¨ª hay que medir muchas cosas... S¨ª, es muy delicado'. No es que las mujeres sean m¨¢s delicadas, sino que su situaci¨®n es distinta: el 90% del pelot¨®n es aficionado y tiene como objetivo llegar a Par¨ªs. Luego, regresar¨¢n al anonimato.
Por eso Somarriba se hizo ciclista en Italia. Una gran curiosidad. Espa?a aglutina la participaci¨®n m¨¢s numerosa en el Tour y, sin embargo, los equipos m¨¢s profesionalizados est¨¢n en Italia, Estados Unidos aparte. All¨ª renaci¨® Somarriba, una corredora alta, espigada, delgada, con la sonrisa presta a hacer su aparici¨®n y con el Campeonato del Mundo en la cabeza para redondear un espl¨¦ndido palmar¨¦s: dos Tours y un Giro.
Lo que no ha solucionado la distancia es su desapego a los tel¨¦fonos m¨®viles. 'Joane es un desastre. O los pierde o no los usa', revela su hemana Ainhoa, que cada noche habla con ella en el hotel de alojamiento mediante el tel¨¦fono fijo. A cambio, ha aprendido italiano. El a?o pasado, como ten¨ªa una compa?era mexicana, tend¨ªa a hablar en castellano. Ahora no le ha quedado m¨¢s remedio y se maneja en la lengua de Dante con una soltura envidiable. Eso s¨ª, con Pirre Boue, el director del Tour, habla en castellano, en espa?ol. Porque el Tour habla espa?ol gracias a Somarriba y a las otras 19 espa?olas que ruedan por ¨¦l.
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