Ante la avalancha
Cuando, en beneficio mutuo, m¨¢s estrecha deber¨ªa ser la colaboraci¨®n entre Marruecos y Espa?a para controlar la inmigraci¨®n ilegal, m¨¢s distanciados pol¨ªticamente parecen Madrid y Rabat. El aviso lanzado por el ministro de Exteriores, secundado por el de Interior, para pedir a Marruecos un 'mayor esfuerzo policial' ante una situaci¨®n 'insostenible e inaceptable', deber¨ªa haber ido acompa?ado de alguna iniciativa pol¨ªtica, y no de una simple convocatoria por mando a distancia del embajador marroqu¨ª en Espa?a ante el director general correspondiente.
La mala gesti¨®n de las relaciones hispano-marroqu¨ªes est¨¢ pasando factura. En la avalancha de pateras de estos d¨ªas, en lo que Piqu¨¦ llama los ¨²ltimos 'episodios', un millar de inmigrantes ilegales han sido interceptados en un fin de semana. Lo que significa que muchos m¨¢s habr¨¢n pasado, otros habr¨¢n perdido la vida en el intento y muchos otros habr¨¢n acabado en las costas marroqu¨ªes creyendo haber llegado a Espa?a. Seg¨²n la Asociaci¨®n de Trabajadores Inmigrantes Marroqu¨ªes en Espa?a (ATIME), los muertos en la costa marroqu¨ª cuadruplican a los detectados en Espa?a.
La mitad de los interceptados son marroqu¨ªes y en virtud de un acuerdo bilateral y de la nueva Ley de Extranjer¨ªa han sido o est¨¢n siendo repatriados. Pero el nuevo marco legal no ha quebrado el ritmo de la inmigraci¨®n ilegal, que aumenta a?o tras a?o. Echar la culpa, como acaba de hacer el secretario de Estado para la Inmigraci¨®n, Enrique Fern¨¢ndez Miranda, a la anterior ley aprobada en contra del PP es simplemente rid¨ªculo. La diferencia de rentas y de expectativas vitales atrae esta inmigraci¨®n. Pero tambi¨¦n, en muchos casos puestos de relieve por las inspecciones laborales, unos empresarios que no dudan en dar trabajo ilegalmente y en r¨¦gimen de explotaci¨®n a los sin papeles. Lo l¨®gico ser¨ªa actuar desde ambos extremos: control en Marruecos de la salida y reforzamiento en Espa?a de las medidas contra la contrataci¨®n ilegal.
No todo, pues, depende de Marruecos, pero s¨ª mucho. Marruecos tiene que colaborar con Espa?a plenamente en la persecuci¨®n de las redes mafiosas que alimentan esta inmigraci¨®n ilegal de personas desinformadas e indefensas frente a sus abusos. Las autoridades del pa¨ªs vecino hacen la vista gorda seguramente porque ven en la emigraci¨®n una v¨¢lvula de escape de las tensiones sociales que se van acumulando en esa sociedad. Adem¨¢s, casi la mitad de esta inmigraci¨®n es subsahariana, y utiliza Marruecos como v¨ªa de paso hacia Espa?a y Europa. Rabat no tiene el menor inter¨¦s en que se queden en su tierra.
Cuando las relaciones pol¨ªticas entre ambos pa¨ªses atraviesan momentos dif¨ªciles, Piqu¨¦ puede haber sido poco diplom¨¢tico al ofrecer tan p¨²blicamente ayuda policial y tecnol¨®gica espa?ola para combatir estas redes de traficantes de seres humanos, y menos en una entrevista desde el Ampurd¨¢n en mangas de camisa. La oferta podr¨ªa haber sido m¨¢s discreta, m¨¢s concreta y con ello m¨¢s efectiva. Pues no hay duda alguna de que tal colaboraci¨®n es en inter¨¦s de ambos pa¨ªses, no simplemente como contrapartida a un mejor trato para los inmigrantes legales. ?A qu¨¦ espera el Gobierno para lanzar una iniciativa? El control de los flujos migratorios es un tema de primera importancia no s¨®lo para Espa?a, sino para toda la UE, y debe ocupar un papel central en la conferencia euromediterr¨¢nea que se reunir¨¢, bajo presidencia espa?ola de la UE, en el pr¨®ximo semestre. Pero no debe esperar a tal cita, sino comenzar ya con medidas concretas que sirvan para retomar unas buenas relaciones entre dos pa¨ªses que han de entenderse, sin amedrentamientos de ning¨²n tipo.
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