Visi¨®n de futuro
Aznar hizo lo que ten¨ªa que hacer cuando prohibi¨® la existencia de la inmigraci¨®n (a otros les da por prohibir la rotaci¨®n de la Tierra: por probar, oye, que no quede). Si la inmigraci¨®n se resiste, la culpa es de ella, no del Gobierno. De todos modos, los sin papeles deber¨ªan saber que el desconocimiento de las leyes no exime de su cumplimiento, y que lo l¨®gico es que se volatilizaran.
-?Pero usted por qu¨¦ existe sin autorizaci¨®n?
-Porque no lo puedo evitar, es mi car¨¢cter.
Y como decimos una cosa decimos la otra, pues si bien es cierto que el Tercer Mundo deber¨ªa quedarse en su sitio y no incordiar, no lo es menos que las autoridades deber¨ªan tener m¨¢s reflejos. Pero es que hasta ahora Aznar dec¨ªa: 'H¨¢gase la luz', y la luz se hac¨ªa; 'desv¨ªense los r¨ªos', y los r¨ªos se desviaban; 'privat¨ªcese el Estado y cr¨¦ese en el r¨ªo revuelto consecuente un grupo medi¨¢tico adicto a mi persona', y se privatizaba el Estado, etc¨¦tera; 'glorif¨ªquese al funcionario p¨²blico que prevarique a mi favor', y se glorificaba al funcionario p¨²blico que prevaricaba a su favor... Aznar estaba muy mal acostumbrado, en fin, de modo que un d¨ªa dijo: 'Cese con mi Ley de Extranjer¨ªa el efecto llamada', y el efecto llamada arreci¨® hasta tal punto que Fern¨¢ndez-Miranda hubo de suspender sus vacaciones para aclarar a la opini¨®n p¨²blica que la culpa de todo, como es l¨®gico, era de Felipe Gonz¨¢lez. Comprendemos el desconcierto de Aznar; ahora bien, pasados los primeros instantes, y al ver que la Tierra continuaba rotando ajena a sus ¨®rdenes, deber¨ªa haber hecho algo.
Sea usted m¨¢s humilde, Aznar. Que Dios creara el mundo en siete d¨ªas no quiere decir que usted, por muchos poderes que tenga, lo pueda deshacer en una semana. Con bastantes cosas ha acabado en legislatura y media
'La culpa de esta llegada masiva de inmigrantes es tambi¨¦n de Felipe Gonz¨¢lez'
Pues no, se ha plantado en esa posici¨®n infantil de a ver qui¨¦n puede m¨¢s, si las leyes inmutables del universo o yo, de manera que cuando la realidad empez¨® a salirse de madre, el Gobierno ni estaba ni se le esperaba. Menos mal que funcionan las organizaciones civiles y la iniciativa privada, porque el Ejecutivo ha sido v¨ªctima del estupor. Quiz¨¢ esta inoperancia se deba al hecho de que a¨²n no saben a qu¨¦ ministerio corresponde actuar. Ni siquiera sabemos si se trata de un problema teol¨®gico (se ha desobedecido un mandato divino) o sociol¨®gico (la gente huye del hambre). Quiz¨¢ tenga un componente de ambos.
Pero por eso mismo, porque se trata de un problema en parte social y en parte teol¨®gico, uno pensaba que Fern¨¢ndez Miranda (excelente cristiano y gran bur¨®crata), ser¨ªa capaz de solucionarlo a base de oraciones por un lado y de decisiones administrativas, por otro. Pues nada, no s¨®lo no ha rezado las oraciones de su competencia, sino que ha mirado hacia otro sitio para no ver la que se le ven¨ªa encima con la llegada de los vientos favorables al Estrecho. Nosotros har¨ªamos algunas sugerencias, pero somos personas particulares y tenemos nuestras limitaciones. F¨ªjense que hasta Rato, que como buen liberal ven¨ªa confi¨¢ndolo todo a la iniciativa privada, ha empezado a considerar las bondades de la p¨²blica: acaba de asegurar que en el caso de Gescartera los controles p¨²blicos funcionaron de cine (menos mal), mientras que los privados no dieron pie con bola.
Aprovechemos, pues, esta fe en el Estado expresada por un servidor del mismo que no cre¨ªa en ¨¦l, y a ver si al Gobierno se le ocurre algo para resolver el problema de la inmigraci¨®n, que no va a cesar, como no va a cesar la rotaci¨®n de la Tierra. Ignoramos si tienen ya alguna idea, pero sugerir¨ªamos a los consejeros de Aznar que le hagan desistir de ponerse de nuevo la t¨²nica de Dios Padre y ordenar el cese de las pateras y de las tempestades. Por muchos poderes que tenga, ni las pateras ni las tempestades le van a hacer caso. Sea usted m¨¢s humilde, presidente: que Dios creara el mundo en siete d¨ªas no quiere decir que usted lo pueda deshacer en una semana. Con bastantes cosas ha acabado en legislatura y media. Siempre se pod¨ªa haber hecho m¨¢s, es cierto, pero d¨®nde encontrar al por mayor colaboradores tan letales como los Fern¨¢ndez-Miranda o los Gim¨¦nez-Reyna (dos apellidos compuestos, qu¨¦ casualidad). Quiz¨¢ en septiembre, s¨ª, deber¨ªa remodelar el Gabinete, de manera que cuando usted diga 'h¨¢gase el desastre', se haga de golpe y no con este goteo desesperante de cat¨¢strofes. Hab¨ªa un problema, en fin, y se ha resuelto. ?No dijo usted esta frase? ?Y no fue a prop¨®sito de la inmigraci¨®n ilegal? Qu¨¦ visi¨®n de futuro.
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