LA DESCARGA DE MANU CHAO

Fueron cerca de tres horas de tralla. Manu Chao se apoya en nueve m¨²sicos excelentes que mezclan el punk-rock con el reggae y el rap, a base de guitarras, bajo, tromb¨®n, trompeta y acorde¨®n. Todo ello mezclado con sampleados lanzados desde el teclado. No faltaron tampoco las grabaciones incorporadas de sonidos recogidos de emisoras de radio o del metro madrile?o. Todo encadenado de forma que sonara como una sola canci¨®n. No hubo un minuto de descanso. Para que un concierto as¨ª funcione hace falta mucho ensayo y la banda de Manu Chao lleva dos meses y medio en la carretera recorriendo diferentes pa¨ªses, lo que les proporciona una gran seguridad en el escenario.

Con puntualidad brit¨¢nica, a las doce en punto de la noche, subi¨® el primer m¨²sico al escenario, Bidji, un jamaicano que ser¨ªa el ¨²ltimo en bajarse y que empez¨® a jalear al p¨²blico. Manu Chao irrumpi¨® despu¨¦s colgado de su guitarra y cantando Welcome to Tijuana. El delirio no hab¨ªa hecho m¨¢s que empezar.

La plaza del Gas, una hondonada rodeada de empinadas laderas, estaba a rebosar de p¨²blico. Durante d¨ªas se alert¨® en los medios de comunicaci¨®n sobre la inseguridad del lugar, ante la posiblidad de que se produjera una avalancha de gente y la m¨¢s que dif¨ªcil evacuaci¨®n de una plaza que es una aut¨¦ntica ratonera, dado que s¨®lo se puede acceder a ella por una estrecha calle.

El miedo debi¨® disuadir a muchos, pero m¨¢s de 8.000 personas asistieron al concierto desde la plaza y varios miles m¨¢s lo siguieron desde una pantalla instalada frente al Ayuntamiento, junto a la r¨ªa. En ning¨²n momento se lleg¨® a cortar el acceso al recinto y no se produjeron m¨¢s incidentes que los protagonizados por los seguidores de Manu Chao que trataron, como es habitual en la mayor parte de los conciertos de estas caracter¨ªsticas, de subir al escenario y que fueron reducidos por el equipo de seguridad.

Ajenos a esos detalles, Manu Chao y Radio Bemba Sound System dieron la talla. La expectaci¨®n creada en torno al concierto se correspondi¨® con lo que se ofreci¨® en el escenario. Chao, que no par¨® de saltar y cantar, demostr¨® una vez m¨¢s que es una bestia esc¨¦nica y que realmente el concierto de Bilbao era muy importante para ¨¦l. El m¨²sico repas¨® sus cerca de veinte a?os de carrera. Hubo temas de Mano Negra, su antigua banda, de sus discos en solitario, Clandestino y de Pr¨®xima estaci¨®n: Esperanza y varios temas in¨¦ditos, entre los que destacaron, Marijuana y Rumba de Barcelona, una continuaci¨®n u otros hermanitos de los dos ¨¢lbumes anteriores. En total, casi cuarenta canciones sin contar los tres bises. Eso s¨ª, no tocaron Me gustas t¨², su canci¨®n m¨¢s comercial. Posiblemente un gui?o ir¨®nico para reafirmar su independencia.

Cerca de las tres de la madrugada, el p¨²blico, sudoroso y contento, abandonaba un recinto que ma?ana ocupar¨¢ Ferm¨ªn Muguruza, ex l¨ªder de Negu Gorriak y banda amiga de Mano Negra. Posiblemente ¨¦se sea el ¨²ltimo concierto que se celebre en la plaza del Gas, donde est¨¢ previsto que se levante un front¨®n, pisos y un aparcamiento.