El ¨²ltimo p¨¢lpito de una estrella
Astr¨®nomos de Espa?a y EE UU logran visualizar los choques de nubes de gas que preceden al fin de un astro como el Sol
Investigadores del Observatorio Astron¨®mico Nacional (OAN) y del Jet Propulsion Laboratory, en Pasadena (EE UU), han logrado visualizar por vez primera la estructura de los violentos choques de nubes de gas que preceden a la muerte de una estrella y al nacimiento de una nebulosa planetaria. La imagen, captada por el telescopio espacial Hubble, muestra el momento en que un imponente chorro de gas es expelido a gran velocidad de una estrella moribunda en la llamada Nebulosa de la Calabaza. La fuerza del gas, en lo que podr¨ªa considerarse su ¨²ltimo p¨¢lpito, es suficiente para alterar la estructura de la nebulosa.
La investigaci¨®n ha sido llevada a cabo por los astr¨®nomos Valent¨ªn Bujarrabal y Javier Alcolea, del OAN, y Carmen S¨¢nchez Contreras y Rahvendra Sahai, desde EE UU. Tras enfocar las c¨¢maras del Hubble a la nebulosa, situada a unos 5.000 a?os-luz en la Constelaci¨®n de la Puppis, los astr¨®nomos trataron las im¨¢genes e identificaron las zonas de la enorme nube de gas y polvo que se ven alteradas por la colisi¨®n con el chorro de gas.
Los astr¨®nomos calculan que se produjo una s¨²bita aceleraci¨®n de una gran masa de gas hace unos 800 a?os y que bastar¨ªan otros 1.000, apenas nada en la escala astron¨®mica, para finalizar el proceso de expulsi¨®n violenta de material y energ¨ªa de la estrella. Seg¨²n sus c¨¢lculos, el chorro de gas expelido avanza a m¨¢s de un mill¨®n de kil¨®metros por hora. Posteriormente, siguiendo los modelos te¨®ricos, la estrella iniciar¨¢ despacio su decadencia hasta fenecer. La expulsi¨®n de material y energ¨ªa ser¨ªa equivalente al '¨²ltimo suspiro antes de entrar en una lenta agon¨ªa', resume Bujarrabal.
El fen¨®meno descrito, dice el experto, no es sino un paso en la evoluci¨®n de miles de millones de a?os que siguen muchas de las estrellas, las que son similares al Sol. Es un proceso muy distinto al de las estrellas m¨¢s masivas, cuya vida acaba en una explosi¨®n gigantesca.
Para las estrellas de tipo solar, como lo fue ¨¦sta hace miles de millones de a?os, los modelos describen c¨®mo paulatinamente van ampliando su volumen visible hasta transformarse en gigantes rojas, estrellas de enorme di¨¢metro y superficie relativamente fr¨ªa. Este proceso, previsto tambi¨¦n para el Sol, puede tomar varios miles de millones de a?os. Una vez se ha convertido en gigante roja, expulsa constantemente materia en forma de gas y polvo que va dispers¨¢ndose.
Al final de la etapa de gigante roja, y en un proceso que tiende a autoacelerarse, explica Bujarrabal, hay una violenta expulsi¨®n de gas y polvo que, literalmente, deja al descubierto el n¨²cleo de la estrella, que ilumina las nubes de materia que la rodean. Estas nubes, por efecto de la '¨²ltima exhalaci¨®n', han perdido su forma esf¨¦rica para adoptar una simetr¨ªa axial, en este caso en forma de calabaza.
Cuando ello ocurre, la gigante roja da paso a una enana blanca, mucho m¨¢s peque?a y caliente. Con el tiempo, la enana perder¨¢ su brillo hasta hacerse invisible a los ojos de cualquier observador y habr¨¢ dejado de existir.
Para Bujarrabal, el hallazgo ayuda a comprender mejor las ¨²ltimas etapas de la vida de una estrella, aunque no aclara c¨®mo el gas se acelera hasta estas 'fant¨¢sticas' velocidades. 'Nuestra aportaci¨®n', agrega, 'es haber detectado esos movimientos de gas y la interacci¨®n de sus componentes con gran precisi¨®n'.
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