Los 'tories' deciden su futuro

Las encuestas apuntan a un triunfo del derechista y antieuropeo Ian Duncan Smith frente al centrista y europe¨ªsta Kenneth Clark en las primarias para suceder a William Hague como l¨ªder del Partido Conservador brit¨¢nico. A poco m¨¢s de una semana del final de la votaci¨®n de las bases, cuyo resultado se har¨¢ p¨²blico el pr¨®ximo d¨ªa 12, Clarke parece necesitar una participaci¨®n masiva para inclinar la balanza a su favor, pese a ser el conservador m¨¢s popular fuera del partido. El casi desconocido Duncan Smith intenta ahora centrar su imagen derechista.

Antes de la pausa estival, las votaciones en el grupo parlamentario tory en Westminster eliminaron de la carrera por el liderazgo a Michael Portillo, Michael Ancram y David Davis, reservando para Ian Duncan Smith y Kenneth Clarke el honor de participar en la primera votaci¨®n de las bases en la elecci¨®n de su l¨ªder. A dos semanas del final de las votaciones, m¨¢s de 180.000 de los casi 320.000 militantes tories hab¨ªan enviado ya su voto por correo.

El formidable triunfo de Clarke en la ¨²ltima votaci¨®n parlamentaria le situ¨® como favorito en las apuestas, a pesar de su europe¨ªsmo y su apoyo a que la libra se integre en el euro. Pero, poco a poco, Ian Duncan Smith ha ganado protagonismo en la campa?a, aunque fuera por pasiva, rechazando las acusaciones de que cuenta con el apoyo de la extrema derecha. A mediados de agosto, los conservadores expulsaron del partido a Edgar Griffin, miembro del equipo de campa?a de Duncan Smith y padre de Nick Griffin, presidente del fascista Frente Nacional en Gales.

Pero su imagen derechista no parece perjudicarle. Hace un mes, una encuesta de la agencia Mori para The Times situaba a Clarke 13 puntos por delante, pero a final de agosto Duncan Smith era considerado por los conservadores como el mejor l¨ªder, cinco puntos por delante. Las encuestas entre el p¨²blico general siguen considerando al centrista Clark el m¨¢s adecuado. Pero no votan.

?se es el principal problema que deber¨¢ afrontar Iain Duncan Smith si es elegido: su elevado cr¨¦dito entre los tories contrasta con su nula popularidad en el pa¨ªs. En los ¨²ltimos d¨ªas, convencido quiz¨¢ de que el ala m¨¢s conservadora del partido ya ha votado a su favor, intenta proyectar una imagen m¨¢s progresista. Ha hecho campa?a a favor de las mujeres y, sorpresa, ahora defiende la eliminaci¨®n de la ley que impide a los ayuntamientos tolerar la homosexualidad. Hace un mes dijo exactamente lo contrario.

A pesar de su conservadurismo ideol¨®gico y personal y su afinidad con la ex primera ministra Margareth Thatcher, Duncan Smith ha sabido proyectar una imagen de renovaci¨®n, de sangre fresca, frente a la sensaci¨®n de que Kenneth Clarke es uno de los de siempre.

El centrista Clarke parece atrapado por su propia imagen. Su simpat¨ªa personal le convierte en el conservador m¨¢s popular del pa¨ªs, pero no entre los propios tories. Demasiada experiencia acumulada -61 a?os, ex ministro Hacienda, del Interior, de Educaci¨®n y de Sanidad, entr¨® en el Gobierno como secretario de Estado de Transportes en 1979- para representar la renovaci¨®n, le pesa su europe¨ªsmo.

Los militantes conservadores, con una media de edad superior a los 60 a?os, est¨¢n mayoritariamente en contra del euro. Y parece costarles demasiado apoyar a un l¨ªder que s¨ª est¨¢ a favor del euro y que defiende las virtudes de la Uni¨®n Europea. Eso quiz¨¢ no les importar¨ªa demasiado en otro momento, pero elegir a un partidario de la moneda ¨²nica precisamente cuando los laboristas pueden convocar un refer¨¦ndum para decidir si la libra ingresa o no en el euro, eso ya parece harina de otro costal.

Clarke conserva dos esperanzas. La primera, que una elevada participaci¨®n acabe derrotando a los sondeos. La segunda, que todas las encuestas se han equivocado hasta ahora en la carrera por el liderazgo conservador. Primero situaron a Michael Portillo como gran favorito, pero se qued¨® fuera de la votaci¨®n popular. Luego apostaron por Duncan Smith, pero fue Clarke quien se situ¨® en primer lugar en la ¨²ltima votaci¨®n. Ahora le niegan a este centrista, fumador, bebedor y europe¨ªsta, el liderazgo tory.