Aumentan los 'ni?os de la calle' con la llegada de menores del Este de Europa

Tres a?os despu¨¦s de salir a la luz p¨²blica, el problema de los ni?os de la calle se agrava. El fiscal jefe de Catalu?a, Jos¨¦ Mar¨ªa Mena, constat¨® ayer esa realidad y reclam¨® del Departamento de Justicia de la Generalitat m¨¢s medios humanos y materiales porque considera 'inaplazable' resolver el problema. En su opini¨®n, 'no es bueno ni deseable que haya fricciones institucionales', por lo que exigi¨® a la Administraci¨®n auton¨®mica que asuma sus competencias y tutele a estos menores que ahora deambulan por las calles de Barcelona.

Por extra?o que parezca, nadie sabe exactamente cu¨¢ntos son estos menores desamparados, casi todos magreb¨ªes. El continuo cambio de identidad que utilizan y las dificultades para determinar su nombre y edad dificultan el control sobre ellos, pese a los esfuerzos del Grupo de Menores del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa. La cifra m¨¢s aproximada puede rondar los 300 ni?os, pero Mena asegur¨® ayer que en las ¨²ltimas semanas el n¨²mero ha ido en aumento y que a ese colectivo se han sumado menores procedentes del este de Europa.

Hay una parte importante de los ni?os de la calle -menos de la mitad- que aunque no cometan ning¨²n delito est¨¢ en el umbral de hacerlo. En algunos casos padecen graves enfermedades. Justicia asegura que no puede tutelarlos con la ley catalana de protecci¨®n del menor porque rechazan las ayudas de la Administraci¨®n, huyen de los centros a los que los conduce la polic¨ªa o bien no hay camas suficientes para acogerlos.

En la provincia de Barcelona hay ocho centros con capacidad para 158 plazas. Dos est¨¢n en la ciudad de Barcelona y cabe un m¨¢ximo de 44 menores. La fiscal¨ªa cree que es obligaci¨®n de la Generalitat hacerse cargo de estos ni?os desamparados desde el momento en que tenga constancia de su existencia.

Falta de plazas

El otro grupo est¨¢ formado por los que delinquen. Si no existe violencia contra las v¨ªctimas, la ley penal del menor tampoco permite internarlos, por lo que vuelven a la calle. Que acaben en un centro de reforma tampoco es f¨¢cil porque las 140 plazas disponibles en toda Catalu?a tambi¨¦n son insuficientes. Un informe policial presentado en la pen¨²ltima reuni¨®n que tuvieron todas las administraciones en junio ya advert¨ªa que la falta de plazas 'afecta negativamente en la delincuencia, dado que la mayor¨ªa de los detenidos por delitos graves no pueden ser ingresados'.

La fiscal¨ªa asegura que esos centros fueron pensados cuando no exist¨ªa el problema de la inmigraci¨®n y que Justicia debe construir nuevas instalaciones y contratar m¨¢s personal. Al parecer ya se est¨¢n buscando locales en Barcelona, pero los vecinos afectados se oponen. Mientras tanto, el Ayuntamiento de Barcelona record¨® ayer que hace m¨¢s de un a?o que reclam¨® a Justicia que le traspasara estas competencias y todav¨ªa no ha respondido. La Generalitat asegura que la modificaci¨®n de la ley y la construcci¨®n de nuevos centros permitir¨¢ solucionar el problema.

El problema de los ni?os de la calle se ha agravado en los ¨²ltimos meses con la llegada de familias de pa¨ªses del Este, sobre todo de Rumania. La Guardia Urbana y los Mossos d'Esquadra han advertido este verano un incremento del n¨²mero de ni?os rumanos que vagan solos por las calles pidiendo limosna. La Guardia Urbana ha identificado a una veintena de ellos, algunos de los cuales no tienen m¨¢s de siete u ocho a?os. 'Suelen pedir limosna solos, pero casi todos tienen familia, por lo que es muy dificil internarlos en un centro de menores', afirm¨® ayer un portavoz de los Mossos d'Esquadra.

Estos menores acostumbran a vagar por el metro. Cuando se suben a un convoy reparten unas octavillas donde explican su precaria situaci¨®n y piden limosna. 'Hasta ahora era normal ver a personas mayores haciendo esto, pero no a ni?os solos', recuerda un portavoz de Guardia Urbana. Cuando los agentes identifican a estos ni?os informan al ¨¢rea de Bienestar Social del Ayuntamiento y a la Direcci¨®n General de Atenci¨®n al Menor (DGAM). Pero la actuaci¨®n de las administraciones suele finalizar aqu¨ª, ya que muchos de estos ni?os son reclamados por sus padres r¨¢pidamente. En muy pocos casos la DGAM abre el procedimiento para retirar a los padres la custodia legal de los ni?os.

El fen¨®meno de los ni?os mendigos no es nada nuevo en Barcelona, aunque era un problema que las autoridades cre¨ªan controlado desde hac¨ªa tiempo. La Guardia Urbana recuerda que en la d¨¦cada de 1980 ocurri¨® algo parecido con algunos ni?os de etnia gitana. En aquel caso, el problema se ataj¨® con un plan de choque de los servicios sociales del Ayuntamiento que consigui¨® escolarizarlos y sacarlos de la calle.

M¨¢s adelante, el problema se repiti¨® con la llegada de inmigrantes portugueses que ped¨ªan limosna junto a sus hijos. Los responsables de la Guardia Urbana relacionan esta segunda oleada con la actual: 'Al igual que los portugueses, los padres rumanos ponen a sus hijos a pedir en la calle sin saber que esto es delito. Por ello, no puede hablarse de mafias organizadas'.